Fotogramas

Fotomatón.

Él es el tercer vértice del triángulo amoroso que se crea en Entre Blanca Suárez y Javier Rey, este actor, licenciado en Filología Inglesa y provenient­e del teatro y la ‘performanc­e’, muestra una fascinante gama de poderosísi­mos registros.

- Pablo Molinero.

¿Cuándo pensó por primera vez en ser actor? Me picó el bicho en la universida­d, cuando creamos una compañía, La casual, con la que hacíamos intervenci­ones, performanc­es, algo muy físico. Ya de niño, en la urbanizaci­ón donde veraneaba, salía en las funciones a hacer imitacione­s, coreografí­as y sketches.

¿Cuándo vio que lo había conseguido? Lo pongo en duda constantem­ente, en cada proyecto, y está bien que no se dé siempre por hecho. Cuando empiezas a ganarte la vida, a sobrevivir, y tu trabajo es valorado, ya eres feliz.

¿A quién admiraba de pequeño? A Paco Rabal.

¿A quién admira ahora? Me gusta el trabajo de The Wooster Group, una compañía teatral de Nueva York que trabaja mucho con Willem Dafoe, que me encanta. Y a Matthew McConaughe­y.

¿Qué necesita? Amor, paz, campo, mi familia cerca y tiempo libre.

¿Qué le sobra? Llevo mal los conflictos, los malos rollos, lo que tenga que ver con guerras desde su base primigenia. La gente que vive peleándose con la vida no me gusta nada.

Mi punto fuerte… La buena energía, la alegría, el entusiasmo.

Mi talón de Aquiles:

El orgullo, la soberbia, el entrar a veces en el lado oscuro que todos tenemos y sacar la mala leche que llevo dentro.

Me horroriza: Cuando veo en la mesa de al lado a un niño con el móvil o la tablet.

Me estresa: La televisión, la promoción de las películas, las entrevista­s, las fotos.

Una manía: Dar mil vueltas por la casa antes de acostarme. Mi chica ya ni me espera.

¿De quién aprendió más?

De David Climent, mi compañero en la compañía de teatro Los corderos.

Me habría gustado conocer…

A Luis Buñuel. Creo que era uno de esos genios accesibles.

Mito erótico confesable:

Bo Derek.

Hacer escenas eróticas es: Incómodo. Pero intento normalizar­lo y quitarle hierro. Hay cosas más duras, como interpreta­r la pérdida de un hijo.

‘EL VERANO QUE VIVIMOS’ SE ESTRENA EL 6 DE NOVIEMBRE

WOODY ELENA DONOSTI

√ El Woody Allen de Rifkin’s Festival no es el de Manhattan, Hannah y sus hermanas, Delitos y faltas y muchísimos títulos más con su firma. Eso es una certeza. Sin embargo, si algo sabemos gracias a Allen es que no existen las certezas, y que el mundo, incluso su filmografí­a, es un lugar donde se siguen planteando preguntas sin respuestas, y las que nos lanza al espectador su último film me parecen cien por cien Allen.

Gabriel Castro (vía e-mail).

Recuerdos noche de Boris Grushenko.

PADRE NO HAY MÁS QUE UNO

√ Leí la excelente entrevista a Viggo Mortensen en el número pasado. ¡Cuánta razón en sus declaracio­nes! Falling es un film difícil y nada complacien­te, como afirma el actor, ahora brillante director, pero llena de verdad, algo que se echa de menos en el aséptico e infantiloi­de Hollywood de hoy.

Laia García (vía e-mail). √ Falling tenía todos los números para ser uno de esos dramas gritones donde los actores sobreactúa­n y los ‘grandes temas’ se solapan unos con otros para al final caer en tópicos y en el mayor de los conservadu­rismos. Viggo Mortensen, tanto delante como detrás de las cámaras, soslaya todo eso y consigue emocionar sin artificios, con aspereza incluso.

Joan María Riera (vía Facebook). √ La sobrecoged­ora y trágica interpreta­ción de Lance Henriksen, uno de esos regalos de fin de carrera para un

√ No quiero ser cruel, pero Woody

Allen debería haberse jubilado hace ya años. Rifkin’s Festival, por muchas y reverencia­das citas cinéfilas que maneje con autocompla­cencia, y mucha simpatía que nos despierte San Sebastián, no es más que una cansina resaca de unas vacaciones pagadas.

Iñaki Usero (vía Facebook).

√ Woody Allen compite consigo mismo y su esplendoro­sa filmografí­a. Así llevará siempre las de perder, claro. No obstante, Rifkin’s Festival me parece uno de sus mejores trabajos, una suerte de meditada y asumidamen­te intrascend­ente despedida/resumen de su obra.

Imma Delplà (vía e-mail).

CONTESTA MR. BELVEDERE

Rifkin’s Festival, hipster

La última actor veterano, es lo más destacable de Falling, drama indie de manual lleno de lugares comunes para contentar al público actual.

Alejandro Trasto (vía e-mail).

CONTESTA MR. BELVEDERE

Falling,

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Tal vez sea la (provecta) edad que tanto Mr. Allen como servidor compartimo­s, pero he disfrutado con con su refunfuño respecto al cine (francés) pedante actual, con ese perder siempre a las mujeres amadas, con la nostalgia y con esa inteligent­e reescritur­a de la propia con el humor de
Lo que más me gusta de además de un Lance Henriksen destinado a ganar todos los premios del año (si hay premios este año), es la humildad de Viggo Mortensen en la puesta en escena de este drama paternofil­ial que arrancaría los aplausos de ultratumba de Nicholas Ray.
Viggo Mortensen, un debut que se ha hecho esperar.
Elena Anaya y Wallace Shawn. Tal vez sea la (provecta) edad que tanto Mr. Allen como servidor compartimo­s, pero he disfrutado con con su refunfuño respecto al cine (francés) pedante actual, con ese perder siempre a las mujeres amadas, con la nostalgia y con esa inteligent­e reescritur­a de la propia con el humor de Lo que más me gusta de además de un Lance Henriksen destinado a ganar todos los premios del año (si hay premios este año), es la humildad de Viggo Mortensen en la puesta en escena de este drama paternofil­ial que arrancaría los aplausos de ultratumba de Nicholas Ray. Viggo Mortensen, un debut que se ha hecho esperar.

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