Fotomatón.
Él es el tercer vértice del triángulo amoroso que se crea en Entre Blanca Suárez y Javier Rey, este actor, licenciado en Filología Inglesa y proveniente del teatro y la ‘performance’, muestra una fascinante gama de poderosísimos registros.
¿Cuándo pensó por primera vez en ser actor? Me picó el bicho en la universidad, cuando creamos una compañía, La casual, con la que hacíamos intervenciones, performances, algo muy físico. Ya de niño, en la urbanización donde veraneaba, salía en las funciones a hacer imitaciones, coreografías y sketches.
¿Cuándo vio que lo había conseguido? Lo pongo en duda constantemente, en cada proyecto, y está bien que no se dé siempre por hecho. Cuando empiezas a ganarte la vida, a sobrevivir, y tu trabajo es valorado, ya eres feliz.
¿A quién admiraba de pequeño? A Paco Rabal.
¿A quién admira ahora? Me gusta el trabajo de The Wooster Group, una compañía teatral de Nueva York que trabaja mucho con Willem Dafoe, que me encanta. Y a Matthew McConaughey.
¿Qué necesita? Amor, paz, campo, mi familia cerca y tiempo libre.
¿Qué le sobra? Llevo mal los conflictos, los malos rollos, lo que tenga que ver con guerras desde su base primigenia. La gente que vive peleándose con la vida no me gusta nada.
Mi punto fuerte… La buena energía, la alegría, el entusiasmo.
Mi talón de Aquiles:
El orgullo, la soberbia, el entrar a veces en el lado oscuro que todos tenemos y sacar la mala leche que llevo dentro.
Me horroriza: Cuando veo en la mesa de al lado a un niño con el móvil o la tablet.
Me estresa: La televisión, la promoción de las películas, las entrevistas, las fotos.
Una manía: Dar mil vueltas por la casa antes de acostarme. Mi chica ya ni me espera.
¿De quién aprendió más?
De David Climent, mi compañero en la compañía de teatro Los corderos.
Me habría gustado conocer…
A Luis Buñuel. Creo que era uno de esos genios accesibles.
Mito erótico confesable:
Bo Derek.
Hacer escenas eróticas es: Incómodo. Pero intento normalizarlo y quitarle hierro. Hay cosas más duras, como interpretar la pérdida de un hijo.
‘EL VERANO QUE VIVIMOS’ SE ESTRENA EL 6 DE NOVIEMBRE
WOODY ELENA DONOSTI
√ El Woody Allen de Rifkin’s Festival no es el de Manhattan, Hannah y sus hermanas, Delitos y faltas y muchísimos títulos más con su firma. Eso es una certeza. Sin embargo, si algo sabemos gracias a Allen es que no existen las certezas, y que el mundo, incluso su filmografía, es un lugar donde se siguen planteando preguntas sin respuestas, y las que nos lanza al espectador su último film me parecen cien por cien Allen.
Gabriel Castro (vía e-mail).
Recuerdos noche de Boris Grushenko.
PADRE NO HAY MÁS QUE UNO
√ Leí la excelente entrevista a Viggo Mortensen en el número pasado. ¡Cuánta razón en sus declaraciones! Falling es un film difícil y nada complaciente, como afirma el actor, ahora brillante director, pero llena de verdad, algo que se echa de menos en el aséptico e infantiloide Hollywood de hoy.
Laia García (vía e-mail). √ Falling tenía todos los números para ser uno de esos dramas gritones donde los actores sobreactúan y los ‘grandes temas’ se solapan unos con otros para al final caer en tópicos y en el mayor de los conservadurismos. Viggo Mortensen, tanto delante como detrás de las cámaras, soslaya todo eso y consigue emocionar sin artificios, con aspereza incluso.
Joan María Riera (vía Facebook). √ La sobrecogedora y trágica interpretación de Lance Henriksen, uno de esos regalos de fin de carrera para un
√ No quiero ser cruel, pero Woody
Allen debería haberse jubilado hace ya años. Rifkin’s Festival, por muchas y reverenciadas citas cinéfilas que maneje con autocomplacencia, y mucha simpatía que nos despierte San Sebastián, no es más que una cansina resaca de unas vacaciones pagadas.
Iñaki Usero (vía Facebook).
√ Woody Allen compite consigo mismo y su esplendorosa filmografía. Así llevará siempre las de perder, claro. No obstante, Rifkin’s Festival me parece uno de sus mejores trabajos, una suerte de meditada y asumidamente intrascendente despedida/resumen de su obra.
Imma Delplà (vía e-mail).
CONTESTA MR. BELVEDERE
Rifkin’s Festival, hipster
La última actor veterano, es lo más destacable de Falling, drama indie de manual lleno de lugares comunes para contentar al público actual.
Alejandro Trasto (vía e-mail).
CONTESTA MR. BELVEDERE
Falling,