Pietro Marcello, por Martin Eden.
Combinando escenas de ficción con imágenes de archivo, Pietro Marcello (‘Bella y perdida’) insufla nueva vida a la novela autobiográfica homónima de Jack London. El resultado es una pieza de orfebrería fílmica que se alzó con el Giraldillo de Oro del Fes
Al entrar en contacto con el mundo burgués y enamorarse de Elena (Jessica Cressy), el joven marinero Martin Eden (Luca Marinelli) se propone convertirse en escritor.
¿Qué le llevó a adaptar Martin Eden, la novela autobiográfica de Jack London?
London suele ser conocido por sus novelas de aventuras, como Colmillo blanco, pero para mí sus obras más importantes son El talón de hierro y Martin Eden. Esta última ha sido olvidada porque el personaje de Martin Eden es una figura incómoda. Se trata de un marinero, un joven muy humilde, que, por un golpe del destino, se lanza a la conquista de una emancipación personal a través de la cultura. Martin consigue escalar en la jerarquía social, sin embargo, cuando se ve convertido en un escritor de éxito y en un hombre arrogante, cae en desgracia. El personaje deviene la primera víctima de la industria cultural, que fue justamente lo que le ocurrió a Jack London. ¿Cómo fue el proceso de adaptación de la novela?
La decisión más importante que tomamos junto a Maurizio Braucci, mi coguionista, fue trasladar la historia desde Oakland, en California, a Nápoles. Necesitaba sentir a Martin Eden cerca de mí. Tratándose de un personaje muy arquetípico, como Hamlet o Fausto, sentíamos que podíamos transformarlo a nuestra imagen y semejanza. Lo que ocurre es que en Italia no tenemos la tradición literaria de Robert Louis Stevenson, Herman Melville y Joseph Conrad, y no tenemos el océano Atlántico y el Pacífico, así que tuvimos que reconstruir el personaje tomando como referentes a Pier Paolo Pasolini, Carlo Levi, Ignazio Silone, y al Mediterráneo como trasfondo que es como una charca (risas). Nuestro Martin es un marinero de campo.
Su adaptación de Martin Eden juega con los anacronismos para convertirse en una crónica política del siglo XX europeo.
La novela de Jack London [publicada en 1909] contiene una profecía de los tormentos del siglo XX. Tanto en el libro como en mi película se menciona el pensamiento individualista de Herbert Spencer, un filósofo al que detesto. Pues bien, después de Spencer vinieron Nietzsche, Mussolini, Stalin y todos los desastres del siglo XX. Además, junto a Braucci, queríamos que nuestra adaptación de Martin Eden lidiase con cuestiones muy contemporáneas, como la crisis de los estados y la reaparición del fascismo. Hace 40 años nadie habría
“CREO EN LA POSIBILIDAD DE UN CINE HUMANISTA Y RECHAZO EL CINISMO. CREO EN UN CINE IMPERFECTO, PERO CON ALMA, DE SENTIMIENTOS HONESTOS”.