Todos mienten.
El artífice de ‘Pulseras rojas’, Pau Freixas, rueda ‘Todos mienten’, su nueva serie, un drama con elementos de comedia y suspense en el que pondrá a prueba las plácidas vidas de los residentes de una urbanización de lujo.
Falsas apariencias (TV).
Felicidad incompleta. La filtración en las redes sociales de un vídeo sexual de Iván, mayor de edad, y Macarena, que además de ser su profesora de Literatura es también la mejor amiga de Ana, su madre, caerá como una auténtica bomba en la, en apariencia, idílica urbanización de Belmonte en la que viven, y tendrá consecuencias imprevisibles para el resto de los residentes. Este es el explosivo punto de partida de Todos mienten, la nueva serie original de
Por Juan Pando.
Movistar+ creada por Pau Freixas (Pulseras rojas) y producida en colaboración con Filmax, que se encuentra en plena grabación en Barcelona, Tarragona y Gerona. Me apetecía contar una historia situada en un entorno idealizado, un mundo feliz de gente que disfruta de todo lo que se puede desear, pero que no se libra de esa insatisfacción que produce el notar que te falta algo, que la vida pasa y que tú no llegas a sentirte satisfecho del todo, explica su director, que es también su guionista y productor ejecutivo, o sea su showrunner. Ese es el único modo de mantener el control creativo en la medida de lo posible en un trabajo que es tan coral como este.
Juego de damas. El vídeo colgado en Internet va a minar la relación que une, desde hace años, a un grupo de amigos formado por cuatro matrimonios. Una crisis que afectará sobre todo a las esposas, empezando por Macarena, la protagonista de las comprometedoras imágenes, encarnada por Irene Arcos (El embarcadero), que se convierte en una apestada para los suyos. En su día fue una chica liberada y carismática, describe Freixas, pero una vez casada con Néstor (Leonardo Sbaraglia) y que tuvo a Natalia (Carmen Arrufat),
se ha dejado vencer por la rutina y lleva una existencia gris. Su amiga Ana (Natalia Verbeke) es la madre de Iván (Lucas Nabor), el muchacho de la película. Es la mujer de Diego (Ernesto Alterio), empresario de éxito hecho a sí mismo que demuestra poca inteligencia emocional, por lo que le ha tocado a ella suplir esa carencia en la familia. Cuando se desencadena el escándalo empieza a vislumbrar todo lo que se está perdiendo y se plantea si su hijo encuentra en casa el mejor ejemplo de lo que debe ser el amor.
Dos caras de una moneda. Las amigas que completan el cuarteto representan polos opuestos en su adaptación a esa burbuja que han construido y en la que se sienten a salvo de los peligros del exterior. Yolanda (Eva Santolaria) es la esposa de un empleado de banca, Arturo (Jorge Bosch), y madre de
Iris (Lu Colomina) y Óscar (Marc Balaguer). No trabaja, es la más feliz, se apunta a cuantas asociaciones puede y se impone la tarea de que ese falso microcosmos funcione.
Justo lo contrario que Maite (Miren Ibarguren), policía, divorciada de Sergio (Juan Diego Botto), quien sale ahora con Sofía (Amaia Salamanca). La mantienen un poco al margen. Tuvo una crisis al separarse, no supo cuidar de su hija, Lucía (Berta Castañé), y al grupo le fue más sencillo apoyar y seguir la relación con su marido, que fue quien se mantuvo más estable de la pareja. Cóctel de estilos. La propuesta no tiene ningún referente directo, aunque sí mantiene un pie en el tipo de ficción que me gusta, como Mujeres desesperadas, Big Little Lies o Twin Peaks, cuenta su creador. Así que ese
“LOS PERSONAJES APORTAN LA PARTE CÓMICA PORQUE NO SON MUY RACIONALES, SE DEJAN LLEVAR POR SUS IMPULSOS Y SUMAN INCONGRUENCIAS”.
retrato social sobre el que gira la trama se aborda de una forma amena y lúdica, e incluso me permito una parte más cómica, desde la histeria de los personajes, que no son muy racionales. Se dejan llevar más bien por sus impulsos y emociones con la suma de incongruencias que esto conlleva. Habrá, en definitiva, una combinación de comedia, drama y suspense. Esa mezcla es donde la propuesta encuentra su personalidad y la que añade interés al tono que me propongo mantener. El suspense lo añadirá la aparición del cuerpo sin vida de uno de los vecinos de Belmonte, cuya identidad es mejor no revelar
para no destripar los giros del guion. Sospechosos no faltan y la incógnita que se planteará en la urbanización es si esa muerte estará relacionada con el vídeo sexual protagonizado por la profesora y su alumno.
Secretos y mentiras. El nexo entre las protagonistas es que todas tienen un hijo de 18 años, ese momento que marca el fin de una etapa, cuando los adolescentes se hacen ya adultos y la edad se les viene encima a sus progenitores. El dilema moral que suscita que Macarena, una mujer en los 40, se acueste con Iván, un chaval a quien conoce desde niño y ha visto crecer, va a resquebrajar cada uno de los matrimonios y dejará que afloren los secretos que ocultan. En este sentido, opina el director, introducimos un elemento de liberación femenina en la serie. En esta, junto a la insatisfacción frente a la vida que albergan los vecinos de Belmonte, se trata también el tema de aquello que pensamos y hacemos, pero que preferimos esconder a los demás porque nos parece que si fuera de dominio público podría afectar a nuestra posición en la sociedad. Reparto versátil. Lo que no oculta el realizador es lo satisfecho que se siente con el impresionante reparto que ha logrado reunir, muy por encima de mis expectativas previas. Les gustó el guion, les apetecía trabajar conmigo y a medida que los íbamos buscando, los actores se sumaban al proyecto. Lo más importante para mí es que son intérpretes muy buenos y con mucha experiencia, que pueden bordar tanto escenas dramáticas cargadas de verdad como jugar a la comedia o al supense, una elasticidad artística que resulta perfecta para la clase de personajes con los que estamos tratando. Son además gente muy profesional. Como muestra, el capítulo que se desarrolla en un velero. Había mar muy revuelta cuando nos tocó rodarlo e Irene Arcos se mareaba mucho, pero no dejó en ningún momento de estar donde tenía que estar. Al final del día le hicimos todos la ola (risas). En el apartado técnico, Freixas asume la dirección de los seis capítulos que integran esta ficción, en la que repite con sus colaboradores habituales, Julián Elizalde en la fotografía, Joan Sabaté en la dirección artística y Arnau Bataller para componer la música.
“LA SERIE ABORDA TAMBIÉN EL TEMA DEL ENGAÑO Y DE LO QUE OCULTAMOS PARA NO PERDER NUESTRA POSICIÓN SOCIAL”.