Beginning
★★★★★ Dasatskisi (Francia, Georgia, 2020, 130 min.). Dir.: Dea Kulumbegashvili. Int.: Ia Sukhitashvili, Rati Oneli, Kakha Kintsurashvili, Saba Gogichaishvili. DRAMA.
Hay películas que tratan al espectador como un corderito dirigido al redil y, otras, ¡tan extrañas y tan infrecuentes!, que prefieren golpearlo como a un púgil en un cuadrilátero. Esta es una de las muchas claves del debut de la georgiana Dea Kulumbegashvili, que resultó una muy discutida triunfadora en la última edición del Festival de San Sebastián. Controversia previsible en estos tiempos obsesionados por el buenismo unívoco de doble subrayado: cuando hasta el cine de autor más pretendidamente heterodoxo, aquel que debería subvertir códigos y apostar por las sacudidas, las fintas y los requiebros, abraza la fórmula más académica y políticamente correcta, tanto más necesario resulta un film que encuentra en la ambigüedad y el desconcierto su propia razón de ser, con una coherencia meridiana entre un fondo atroz y una forma áspera y escurridiza.
A través de la odisea personal de su protagonista, una mujer que vive la opresión a distintos niveles (una magnética Ia Sukhitashvili) sin caer jamás en el discurso victimista o el recado de género, la cineasta consigue una obra compleja y poderosa, que huye del etiquetado y la complicidad con su público como si estos fueran signos de la debilidad de todo logro artístico destinado a transgredir y dejar huella. Desoladora en su retrato de la condición humana, creada para incordiar, y de qué manera, tanto al cinéfilo santurrón como al millennial voluntariosamente concienciado, tan hermosa como estremecedora y revulsiva, retorcidamente incómoda, felizmente difícil e hilvanada con una habilidad casi diabólica (o, por qué no, divina), Beginning no se agota en la riqueza de sus numerosas lecturas psicológicas y sociopolíticas, en la rutina de un primer visionado, crece en la alargada sombra de su recuerdo y obliga, en última instancia, al espectador a tomar partido: o estás con ella o en contra, sin medias tintas. Quien esto escribe ha elegido bando, aunque tras la agotadora experiencia, no tiene del todo claro si su máxima responsable ha ganado el combate por puntos o por knockout.