CUANDO TU VIDA RESULTA SER EL GUION PERFECTO Sam Levinson
El cineasta no tuvo que ir muy lejos para buscar inspiración. Versátil y rompedor, encuentra en su propia experiencia el hilo del que tirar para crear historias como ‘Malcolm & Marie’, un drama con sabor a cine clásico.
Sam Levinson es el cineasta total: actor, guionista, director y productor, aunque lo de la interpretación parece que fue más un deseo de su padre, el director Barry Levinson, que incluía a él y a su hermano Jack en algunas de sus películas, como Toys (Fabricando ilusiones) (1992) o Bandidos (2001), que una vocación frustrada. En cualquier caso, su carrera como director le ha dado muchas más satisfacciones. Su ópera prima, Otro día feliz (2011), y la comedia negra Nación salvaje
(2018) fueron premiadas en el Festival de Sundance, y con la serie Euphoria
(HBO) se colocó en el punto de mira de Hollywood. Pero con Malcolm & Marie se aleja completamente del ritmo trepidante de sus últimos trabajos para firmar una película en la que todo el peso recae en sus sólidos protagonistas y en unos diálogos más teatrales que cinematográficos. Me interesa crecer como cineasta y asumir riesgos en todo lo que hago. Disfruté mucho con Euphoria, que era rompedora en el tema y la forma, pero ahora pensé:
¿y qué pasa si le quito todo el artificio y solo dejo a dos personas hablar sobre su relación?, explica. Al igual que en la serie, inspirada en sus problemas con las drogas durante la adolescencia, Malcolm & Marie parte de una experiencia de su pasado. Recibí un premio por Nación salvaje y olvidé agradecérselo a mi mujer, que era la productora y había hecho un trabajo impresionante. Camino de casa ya fui consciente de mi error, pero aquello nos pasó factura, reconoce.