In my opinion
LA CAMISA MOJADA
Es una verdad universalmente reconocida que cada vez que se versiona un clásico decimonónico hay que darle un toque sexy. Esto lleva siendo así al menos los 25 años que han pasado desde que Colin Firth (en su primer
Mr. Darcy) y su camisa blanca salieron calados del estanque de Pemberley revelando que, contrario a lo que parecía, el hombre no solo poseía un gran corazón y una hacienda holgada, sino también unos pezones que reaccionaban con naturalidad al fresquito de Cheshire. Aquella adaptación de la BBC de Orgullo y prejuicio fue un fenómeno en Inglaterra y EE. UU. a mediados de los noventa. Shonda Rhimes era entonces una veinteañera que despuntaba como guionista. Hoy, es la dueña y señora de un universo creativo, Shondaland, donde cualquier historia, sea de médicos (Anatomía de Grey), de abogados (Cómo defender a un asesino), de políticos (Scandal), de… ¿a qué se dedicaban en The Catch, exactamente?, interesa en tanto en cuanto propicie el romance lúbrico. Era cuestión de tiempo que empezara a desabrochar corsés. Los Bridgerton (Netflix), la divertida chifladura creada por Chris Van Dusen y producida por Shonda, cuenta con su propio Darcystemy (¿Mr. Caliente? ¿Mr. Macizo? ¿Darcymacizo?), el duque de Hastings (Regé-Jean Page), sin camisa y con camisa empapada en lluvia, sudor y otros fluidos. También él es buena gente. Y un partidazo.