La Sra. Lowry e hijo. Triste vida de un artista.
‘La Sra. Lowry e hijo’. Dos actores ingleses de altos vuelos, Timothy Spall y Vanessa Redgrave, protagonizan este biopic sobre el pintor de la escena industrial inglesa, L.S. Lowry, centrado en su tortuosa relación familiar.
DE QUÉ VA: L.S. Lowry vive con su madre, quien boicotea sus deseos de ser pintor. Pese a su tóxica relación, acabará siendo uno de los artistas ingleses más célebres del siglo XX.
Dos veces artista. Timothy Spall (Nieva en Benidorm) pasó dos años dando clases de pintura hasta desarrollar una alabada habilidad para interpretar al pintor J.M.W. Turner en Mr. Turner (Mike Leigh, 2014). Ese aprendizaje le sirve ahora para dar vida a otro artista, L.S. Lowry en este biopic sobre el paisajista inglés. Cuando leí el guion sentí curiosidad por la relación tan dañina que tenía con su madre, algo que yo desconocía, comenta el actor. Y es que este film se centra en ese destructivo vínculo que marcó la vida y obra de Lowry, alguien que siempre dijo no soy un artista. Soy un hombre que pinta.
El desprecio. Ella, interpretada por Vanessa Redgrave, postrada en la cama, ejerce una poderosa influencia sobre su hijo, que ya tiene 47 años. Critica cuanto hace, menosprecia su talento y trata de disuadirle de seguir sus inquietudes artísticas. Solitario e infeliz, él vive de cobrar alquileres y pinta por las noches el paisaje industrial de Pendlebury, suburbio a las afueras de Mánchester, donde vivían. Todos los exteriores se han rodado en escenarios reales, buscando esos barrios de clase obrera de los años 30. Ha sido complicado porque la mayoría de aquellas casas ya no existen. Fueron destruidas para construir pisos de lujo, explica el director, Adrian Noble.
Entre bambalinas. La Sra. Lowry e hijo
es el tercer largo de este realizador de dilatada carrera teatral. Noble, que estuvo 13 años al frente de la Royal Shakespeare Company, saltó al cine con El sueño de una noche de verano
(1996), filmación del montaje que él mismo había conducido en el escenario. En 2015, hizo lo mismo con La importancia de llamarse Ernesto, obra para la que contó con David Suchet interpretando al personaje principal, Lady Bracknell. Aquí pone en imágenes un guion de Martyn Hesford (Absolución)
en el que tienen un gran peso las escenas en interiores, reflejo de su visión teatral de los decorados. La claustrofobia que provoca la estancia es la misma que debía sentir el propio Lowry, que soñaba con llegar a ser conocido en Londres. Lo conseguiría poco después del fallecimiento de su madre, en 1939, cuando se celebró la primera exposición de su obra en la capital, sin que ella llegara a conocer su éxito. El artista, uno de los pintores ingleses más reconocidos del siglo XX, rechazó ser nombrado Caballero del Imperio Británico (¡en cinco ocasiones!) porque sin que lo viera su madre no tenía sentido. A instancias de devotos como el actor Sir Ian McKellen, en 2013 la Tate Britain lo reivindicó con una espectacular retrospectiva.
ESTRENO: 12 FEBRERO