El bisturí teléfilo
CRÉDITOS EN SERIE
Los profesionales de la industria española siempre alertan de que los créditos de las series a veces están bastante alejados de la realidad del proceso de producción. Pero es igualmente cierto que en ellos también se pueden encontrar pistas reveladoras. Por defecto, véase la llamativa ausencia de los creadores originales en la sucesión de reboots y continuaciones de series españolas de los años 2000. Habla de cómo eran las cosas entonces, y ahora. Por exceso, el boom de series ha venido aparejado de una notable inflación de créditos de producción ejecutiva. La posición que viene a simbolizar la mayor responsabilidad de una serie queda así devaluada y convertida, en muchas ocasiones, en un ejercicio de vanidad y poder. “Hay más productores ejecutivos que guionistas, y ni uno solo ha pisado el plató”, me resumía un profesional para explicar los problemas de un proyecto al que estaba vinculado.
Y es que el reparto del crédito de producción ejecutiva no es muy equitativo. Para los guionistas es un hito profesional conseguirlo, incluso aunque ejerzan sus funciones: suele ser el resultado de duras luchas y negociaciones. No ocurre lo mismo en el otro lado, aunque no se haga nada más que las funciones habituales de un departamento de desarrollo de ficción.
En Estados Unidos, cuando los ejecutivos de Netflix empezaron a poblar los créditos de sus películas y series, el Producers Guild lo tomó como una usurpación y logró que el servicio de vídeo bajo demanda cesara en esta práctica. Queremos jugar en las grandes ligas internacionales, pero España sigue siendo different.