Isabelle Huppert, por Mamá María.
‘Mamá María’. Hablamos con Isabelle Huppert, protagonista de esta historia sobre una mujer que cuida de su madre y de sus hijas, y que un día decide soltar amarras. Con un arranque cercano al thriller policíaco acaba resultando una divertida comedia con la protagonista convertida en traficante de hachís en los barrios bajos parisinos.
Patience trabaja como traductora de árabe transcribiendo las escuchas de la policía a los traficantes de droga. Un día decide pasar al otro lado y convertirse en camella.
Una mujer impredecible. Isabelle Huppert (París, 1953) suele interpretar personajes que dan escalofríos cuando trabaja con Haneke (La pianista), Verhoeven (Elle) o lo hacía con Claude Chabrol
(La ceremonia). Por eso verla salir a vender hachís a los macarras del barrio con unas gafas de sol resulta casi relajante. La historia nace de la novela La madrina y la dirige JeanPaul Salomé (Espías en la sombra). La autora del libro, Hannelore Cayre, era abogada criminalista antes de escribir, lo que significa que la novela está muy documentada y maneja hechos verídicos. Me pareció un excelente punto de partida para enseñar el París de hoy, aunque lo que más me interesaba era trasladar a la pantalla el retrato maravilloso de la mujer protagonista, explica el director. Y ahí entra en juego Huppert, con quien, según confiesa la actriz en esta entrevista, había compartido más de una noche de karaoke. Quiere decir que conocía esa vis cómica que tan raramente exhibe la actriz. Es algo que si lo piensas con antelación no haces, pero cuando estás en el momento… te subes a cantar porque la situación te empuja, dice Huppert. ¿Es por esa misma razón por la que hace tan poca comedia?
He hecho alguna, pero es verdad que no muchas. Es más difícil encontrar buenas películas de este género, requiere más habilidades. Hubo una edad de oro en la comedia americana, pero ahora resulta complicado. De todas formas, no me planteo ‘ahora voy a hacer una comedia y luego voy a hacer un drama’. Hago películas, y a veces tienen momentos cómicos y otros de tragedia. Ni siquiera en Mamá María tengo la sensación de haber hecho una comedia porque no es
eso exclusivamente. En teatro encuentro más diferencias que en el cine.
¿Qué le llamó la atención de este guion? Leí el libro hace tres años y me gustó mucho, tuvo excelentes críticas. Me pareció un retrato estupendo y muy divertido de esta mujer impredecible y con la que puede no ser fácil empatizar, pero que aparecía maravillosamente escrito. Además, retrata muy bien ciertas realidades sociales de Francia. Es una historia completamente imaginaria y bastante improbable, porque no creo que muchas mujeres hicieran
lo que ella, pero había algo muy verdadero. Me interesa ese contraste entre algo ficcionado en un contexto muy real. Ha tenido que aprender árabe para este papel. ¿Qué reto le supone como actriz? Para mí es una lengua completamente nueva como oyente y como hablante. El mismo año que rodamos había aprendido también algo de chino para rodar Luz (Flora Lau), pero ya lo he olvidado. Tengo que hacer a los personajes creíbles, y eso incluye hablar una lengua nueva en este caso. En otros se trata de desarrollar una habilidad manual o de tocar el piano, como sucedió para La pianista. El árabe requirió un trabajo previo importante, y cuando llegamos al rodaje no quedaba mucho por hacer. Eso me ocurrió también con Elle (Paul Verhoeven). Son películas totalmente habitadas por la protagonista. No es una dificultad sino un aliciente.
Su personaje es una mujer que parece indiferente al riesgo que corre. ¿Es un mecanismo de defensa ante el miedo?
Ella es muchas cosas sin saberlo: es valiente sin darse cuenta, es amoral y anárquica inconscientemente, lo que creo que es muy frecuente en el mundo de hoy. Cuando hablamos de ficción tratamos siempre de buscar explicaciones al comportamiento de los personajes, mientras en la vida real la mayoría de la gente actúa por intuición, sin saber realmente ni quiénes son. No nos paramos a buscar una definición de nosotros mismos, y eso es lo que le pasa a ella. Se define por cómo afronta los acontecimientos, no por quién era antes.
¿Le ocurre lo mismo a usted?
Mucho. Soy de ese tipo de personas que actúa por instinto, y jamás me digo a mí misma ‘voy a ser política’ o ‘voy a ser valiente’. Nunca he hecho nada con la conciencia de ser valiente, ha sido después cuando en alguna ocasión me he dado cuenta de que lo era. A menudo, en el momento en que termino una película la repaso entera en mi cabeza y me doy cuenta de que he hecho cosas que jamás habría imaginado. Hay veces que he pensado: ‘esto nunca más’.
ESTRENO: 23 ABRIL
La daronne (Francia, 2020, 106 min.). COMEDIA.
SOY DE ESE TIPO DE PERSONAS QUE ACTÚA POR INSTINTO, Y JAMÁS HE HECHO NADA CON LA CONCIENCIA DE SER VALIENTE. HA SIDO DESPUÉS CUANDO
ME HE DADO CUENTA DE QUE LO ERA”.