Clara Roquet, guionista.
“LA FORMA DE MANEJAR EL PODER EN ESPAÑA ES MUY DISTINTA; AQUÍ HAY ALGO DE A QUIÉN CONOCES, A QUIÉN PUEDES PEDIRLE UN FAVOR”.
dice Kosterlitz, a lo que Roquet suma:
Es la familia como trampa, como lugar del que no puedes escapar, pero al mismo tiempo donde encuentras soluciones. Son conscientes de que sobre ellos pesa la casi inevitable comparación con otra familia televisiva, los Roy de HBO. Es verdad que ahora dices ‘saga familiar’ y te vas a Succession, cuando hay una tradición larguísima de sagas familiares, responde. En efecto, podríamos hablar de que lo que Movistar Plus+ está haciendo es la versión elevada de Gran Reserva, que a su vez bebía de seriales como Falcon Crest o Dinastía. La guionista añade: Lo que intentamos fue alejarnos, buscando la diferencia cultural, lo que pasaría en España. La serie no intenta tener un tono satírico, que Succession a veces se va a eso, aunque sí que tiene algo de comedia. Para su compañero, el conflicto se desarrolla de una manera totalmente distinta a como sería en una familia anglosajona; hay que mantener las formas y la unidad a pesar de estar en una guerra. Tienen toda esta cuestión ritualística de la familia. Azúcar al poder . La elección de la actividad industrial del grupo no fue casual: En el piloto se dice eso de que el azúcar es el nuevo tabaco; ahora está el Nutriscore y hay leyes nuevas de salud que van en contra de este tipo de bollería poco sana que ya no está tan aceptada, expone Clara Roquet. Entonces, hay algo crepuscular que nos gustaba. Nos llevaba a El gatopardo; ese mundo que se termina. Queríamos explorar el mundo de los empresarios de provincias que están en Madrid. La forma de manejar el poder en España es muy distinta; Estados Unidos es un mundo ultracapitalista y aquí hay algo de a quién conoces, a quién puedes pedirle un favor… Los Somarriba son de Santander y, aunque no se dice en la serie, son esa clase de familia que viviría en La Moraleja y quisieran aparentar ser marqueses. Las oficinas de este tipo de empresa buscaban algo flamante en el momento del desarrollismo de los años sesenta o setenta; buenos arquitectos y buenos diseños. Pero nunca se han renovado. Se ve un regusto un poquito rancio, comenta el director Félix Viscarret. Lujo añejo, lo llamábamos, puntualiza Nely Reguera, la otra realizadora de la serie, otra época y otro lujo. Huíamos de unas oficinas más modernas de cristal y