NATALIA DE MOLINA: “LO QUE IMPORTA NO ES LO QUE DICES SINO LO QUE HACES”
¿Qué relación tiene con el cine de acción?
Me encanta. He crecido con Tom Cruise, Bruce Willis y Sylvester
Stallone, pero nunca me había planteado lo que realmente cuesta rodar una película como esta.
¿Y qué fue lo más difícil?
Desde el punto de vista físico, jamás había estado en un proyecto tan exigente. Ha sido un rodaje de once horas al día, seis días a la semana, subiendo y bajando escaleras, saltando, cayéndome… y si no me he roto algo fue gracias a que el traje de la UIP me amortiguaba los golpes. Otro desafío importante era el racord emocional, porque la película es un clímax de hora y media que requiere de un nivel de concentración absoluta, además de un gran esfuerzo de imaginación, porque ni el ruido de los golpes ni las explosiones o las conversaciones por el walkie talkie estaban ahí durante el rodaje.
¿En qué habría sido distinto el personaje si hubiese estado interpretado por un hombre?
En muchas cosas. De hecho, Miguel Ángel [Vivas] me dio espacio y libertad para que surgieran ideas nuevas durante el rodaje. En una escena en la que estoy sola en una habitación con cinco tíos de dos metros que me han acorralado, el reto que me planteó el director era salir de allí sin lanzarme a dar tiros, que habría sido algo muy masculino. No sé ni cómo encontré la risa y al final logré escabullirme de esa habitación con sentido del humor. Estoy muy orgullosa de esa reacción.
La película plantea dilemas morales.
Sí, porque Dani tiene las mejores intenciones, pero es un personaje que huye hacia delante sin darse cuenta de quiénes son los demás. ¡No es capaz de verlos… hasta que los ve! Y queríamos construir su evolución de manera coherente para que se entendiese que al final de la película era la misma mujer, pero otra persona.
¿En qué sentido?
En el sentido de que finalmente ha comprendido que hablar es gratis, pero que lo que importa no es lo que dices sino lo que haces. ◆