CINE DE CINCO ESTRELLAS
Bajo la certeza de que ver las películas en una sala de cine supone una experiencia única, numerosos hoteles de lujo ofrecen en sus instalaciones la posibilidad de vivirla de la manera más exclusiva y especial.
Con la temporada de vacaciones son muchos los hoteles que al caer la noche organizan cine de verano en sus jardines o azoteas. Más allá de los meses de buen tiempo, contar con una sala de cine entre las ‘atracciones’ de un hotel de lujo es una tendencia en alza. Y ojo, algunas son absolutamente espectaculares.
Edgewood Tahoe Resort parece perfecto para un pase de El Padrino II, ambientada, en parte, en una mansión a la orilla de este mismo lago, en cuyas aguas es asesinado Fredo. Justo en la frontera entre California y Nevada, este hotel captura la esencia de las grandes cabañas del Oeste americano. Además, cada tarde proyecta grandes películas en su cine al aire libre.
The Brando, en Tetiaroa, en la Polinesia francesa, rinde tributo a Marlon
Brando y su fascinación por este paisaje hermoso, más allá de mi capacidad de describir, definió el astro. También aquí se pueden disfrutar sus películas en la espectacular sala al aire libre que suelen instalar en su playa.
Sommerro, en Oslo, alberga una sala de cine dedicada a Tancred Ibsen, el cineasta noruego que rodó el primer largometraje sonoro en su país, en
1931. El Kinoen, como se llama el espacio, está decorado con mobiliario art déco y tonos dorados. Cada martes y miércoles programa una sesión Wine, Dine & Crime, en la que se puede cenar y disfrutar de su programación en torno a crímenes. Los fines de semana la sesión es matinal, con la proyección de un clásico, acompañada de un brunch. Ashford Castle es un soberbio castillo del siglo XIII rodeado de los imponentes paisajes irlandeses. Durante décadas sirvió de residencia de la familia Guinness (lo más cercano a la realeza en aquel país) y, ya convertido en hotel, alojó a John Ford y John Wayne durante el rodaje de El hombre tranquilo. En 2013 finalizó una ambiciosa remodelación que fue todo un acontecimiento en Irlanda, con artesanos de todo el país implicados para recuperar el esplendor de antaño. La joya de la corona (o una de ellas) es un espectacular cine de estilo años 30 con 32 butacas/divanes tapizadas de terciopelo rojo en forma de semicírculo en torno a la pantalla.
The Londoner, en pleno Leicester Square, es el lujoso hotel que ocupa el lugar donde durante décadas estuvo el mítico cine Odeon Luxe. Allí se celebraron premieres de películas míticas hasta que, en 2013, fue demolido y
El Castillo de Ashford, convertido en un lujoso hotel, alojó a John Ford y John Wayne durante el rodaje de El hombre tranquilo en Irlanda.
reconstruido de nuevo. Sigue teniendo dos salas en su interior que, con el nombre de Odeon Luxe West End, continúan siendo sede de glamurosas presentaciones y preestrenos así como del BFI London Film Festival.
Paradiso está creado por la distribuidora francesa Mk2 en el edificio contiguo al multisalas Mk2 Nation de París. Se trata de un hotel enteramente consagrado al séptimo arte en el que se puede reservar alguna sala con tan sólo seis butacas y todo el servicio de habitaciones disponible. Además, cuenta con un espacio que funciona a modo de palco de la mayor de las seis salas del cine que tiene al lado. Se puede reservar con todo su servicio de bar y restauración incluido y, una vez que finalice la programación habitual, se puede elegir una película propia.
Dame des Arts, en pleno Barrio Latino de París, cuenta con un pequeño cine/ biblioteca de superdiseño inspirado por el espíritu de la Nouvelle Vague. Los espectaculares sofás de este exclusivo patio de butacas son obra del diseñador del momento, el francés Raphael Navot.
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