Fotogramas

LOS SEÑORES DE LA GUERRA

- Por Coral Chamorro.

Para terminar 2023 por todo lo alto Prime Video estrena uno de los títulos más esperados del año, ‘Los Farad’, sobre una familia que se dedica al tráfico de armas en la Marbella de los ochenta, en pleno auge de la ‘jet set’. Miguel Herrán y Susana Abaitua, que encabezan el reparto junto a Pedro Casablanc y Nora Navas, y Mariano Barroso y Alejandro Hernández, los creadores, nos cuentan los detalles de esta historia en la que hay amor, traición y tiros en grandes dosis.

En septiembre de 2019 el periodista David López Canales publicaba El traficante, libro para el que realizó una exhaustiva investigac­ión que narra la historia de Monzer Al Kassar, apodado el Príncipe de Marbella, comerciant­e de armas sirio afincado en la ciudad malagueña que en los ochenta se codeó con políticos, empresario­s, hombres poderosos de todo el mundo y organizaci­ones como la CIA. Meses después, Anxo Rodríguez, cofundador de ESpotlight, una de las productora­s de Los Farad, junto a Mod Produccion­es, se reunió para comer con el director Mariano Barroso (Barcelona, 1959) y el guionista Alejandro Hernández (La Habana, 1970), los creadores de la serie. Nos habló del libro, lo leímos y vimos que nos serviría para hacer lo que llevábamos tiempo deseando, una historia sobre una familia, recuerda Hernández, que colabora con el cineasta desde hace más de 20 años, cuando se conocieron en la Escuela de Cine de Cuba, rodaron su primera película

Hormigas en la boca

(2005) y compartier­on Goya al Mejor Guion Adaptado en 2014 por

Todas las mujeres.

Tuvieron claro el planteamie­nto desde el principio. El tráfico de armas con el impacto que tenía en la Guerra Fría era muy atractivo y nos pusimos a inventar una historia que tuviera ese mundo del que hablaba David, que es uno de los asesores de la serie, pero en nuestro caso todo es pura ficción y los protagonis­tas son los Farad. Si convertíam­os su negocio en lo principal, la historia sería demasiado ajena a la realidad del espectador. Esta familia tiene los mismos problemas que cualquier otra, no hace falta vender armas para discutir con tu hermana, pelearte con un cuñado, enfrentart­e a tus padres… Todo eso está en la condición humana. Algo que ejemplific­a Barroso: en las familias se dan muchas veces los mayores conflictos. Tú puedes tratar con total normalidad a alguien a quien vendes metralleta­s y, en cambio, ser violento con tu hijo. Esa paradoja se presta a infinidad de situacione­s potentes, tremendas y de mucha ironía. En la serie se ve que los personajes van resolviend­o los conflictos propios del trabajo al que se dedican y que, sin embargo, se enredan en lo más básico, las relaciones entre ellos. Y por si hubiera dudas de cuál es el espíritu de esta ficción, se despejan con la frase La familia es el arma más peligrosa, que reza bajo el título. Así que empezamos a montar las escenas, yo escribí la primera vuelta con los argumentos de los capítulos y luego Mariano y yo hablamos mucho de los personajes, de cómo eran y, en función de eso, hacia dónde nos llevaban.

EL ELEGIDO

Óskar (Miguel Herrán), eje de la trama, es un monitor de aerobic que vive en un barrio popular de Madrid y que sueña con abrir su

“HAY QUE REÍRSE SIEMPRE. Y EN

ESTA SERIE, QUE OCURREN COSAS TAN TREMENDAS, EL HUMOR Y LA IRONÍA SON FUNDAMENTA­LES”. Mariano Barroso, director.

propio gimnasio en uno de gente de dinero. Su voz en off se encarga de presentar al clan. Nunca quise matar a nadie, nunca quise a ir a una guerra a forrarme con las desgracias de la gente. Yo no era así, yo era un tío simple, de mi barrio, al que le gustaban los petardos y el futbolín, jamás soñé con tener una mansión con piscina pero, cuando no eres nadie, crees que lo mereces todo, aunque no tengas ni idea de cómo funciona el mundo, ni te importe… A mí no me importaba la política, no tenía idea de la Guerra Fría, no era capaz de encontrar en un mapa Moscú, Yemen… La muerte pasaba en las películas, o a los yonquis de mi barrio, y fue así hasta que la familia de Leo Farad se fijó en mí.

Según Alejandro, la elección de Miguel llegó enseguida. Desde la primera reunión con las directoras de casting Eva Leira y Yolanda Serrano (La casa de papel) supimos que él debía interpreta­r a Óskar. Tiene la apariencia de alguien muy golpeado, los sentimient­os a flor de piel, una mirada que verbaliza mucho, la cámara lo quiere. Esto facilitaba contar el viaje de ambición de su personaje, de pérdida de la inocencia. Recuerdo haber escrito los guiones sabiendo qué rostro tendría el protagonis­ta. Con

Fernando Tejero, que encarna a su tío, sucedió algo parecido: Mariano tenía muchas ganas de trabajar con él y cuando apenas teníamos esbozado el personaje, Manuel, dijo que lo haría muy bien. Destila mucha ternura porque ha sufrido mucho, necesita otra vida, es quizá el que más lo está pidiendo. Que su sobrino entre en contacto con los Farad le da la oportunida­d de hacer lo que nunca imaginó que podría hacer. Tejero ha sido un aporte maravillos­o porque su personaje tiene humor y drama, nos lleva a sonreír con todo lo que le sucede. De esa combinació­n, aunque quizá en dosis más reducidas, están hechos los demás personajes porque, como señala Barroso, hay que reírse siempre, y en esta serie, que es todo tan tremendo, el humor y la ironía son fundamenta­les. Aunque ellos todo lo que les sucede lo viven con normalidad.

LO IMPORTANTE ES LA FAMILIA

Pedro Casablanc interpreta a Leo Farad, el patriarca del clan, y Nora Navas, a su esposa Carmen. Los conozco desde hace… ni me acuerdo. Con ellos me iría al fin del mundo, haría mil películas si hubiera tiempo, comenta Barroso, que también nos explica por qué el actor no necesitó

¿Qué pensó cuando le propusiero­n interpreta­r a Óskar?

Me atrajo la idea de hacer de un chico que pasa de ser monitor de aerobic a traficante de armas. Me pareció una propuesta muy interesant­e y, como actor, una gran oportunida­d.

Que sabe lo que quiere y lo persigue desde la nada hasta conseguirl­o. Distinto es si hablamos de la moral.

De él destacaría… La serie se desarrolla en su tierra, Málaga, en la Marbella de los ochenta con la

en pleno auge. ¿Qué ha supuesto para usted?

No sabía nada de esa época, apenas tenía diez años, y recuerdo vagamente a Eva Nasarre y su programa en la tele dando clases de aerobic. En la serie a mi personaje le recuerdan a Jane Fonda. Disfruté rodando en Marbella, tiene mucho encanto.

Repite con Fernando Tejero, después de

Me hizo tanta ilusión… Es un compañero espectacul­ar con el que te ríes mucho, y eso para mí es fundamenta­l. Además, está especialme­nte bien en este trabajo.

También había trabajado con Pedro Casablanc.

Sí, en 1898. Los últimos de Filipinas, que yo tenía un papel muy pequeño. Trabajar con él es un lujo, una fantasía, me quedo embobado viéndolo.

Han rodado en África, concretame­nte en Angola. ¿Qué tal la experienci­a?

Habría preferido no ir porque estoy muy a gusto en mi casa, con mi familia. Además, es un país, digamos, complicado. Pero la verdad es que fue todo muy, muy bien, trabajamos con un equipo excepciona­l y no nos pudieron tratar mejor. Fue una gran experienci­a.

¿Sintió miedo en las escenas de acción?

Eso lo perdí con Alberto Rodríguez y su Modelo 77, pero sí lo pasé mal en las de la clase de aerobic. Rodamos en una nave acristalad­a a 50 grados. Yo veía que las señoras aguantaban, lo daban todo, y yo quería morirme. Fueron muchas horas y el aerobic es más duro de lo que parece. Yo estoy en forma porque hago deporte habitualme­nte y en esa escena creí que me desmayaba. Me sentía ridículo. prepararse los parlamento­s en inglés y en francés de su personaje: es bilingüe en francés, nació en Marruecos, en Casablanca, de donde sacó su apellido artístico. Susana Abaitua (El comensal) es Sara, la hija mayor, quien pondrá los ojos en Óskar y lo convertirá en su novio y potencial sustituto de su padre al mando del negocio. Es una actriz excepciona­l, de gran sensibilid­ad, profesiona­lidad y técnica, apunta el director. El polaco Adam Jezierski (Venga Juan) y Amparo Piñero, que protagoniz­ó la serie diaria Dos vidas, encarnan a Hugo y a Tanya, sus hermanos. Y aunque no pertenecen a la familia, hay otros dos personajes que mantienen una estrecha relación con ella: Henry (Héctor Noas, Yuly) y Khalid, al que llaman cariñosame­nte ‘tío’, interpreta­do por Hamid Krim (La Unidad).

LA HORA DE LOS RIVALES

El gran enemigo de Leo

Farad es Mawad, que está enfrentado a Monzer Al Aasad. Los encarnan Igal Naor y Makram Khoury, actores que coincidier­on en Munich, la película de Steven Spielberg, y a los que Barroso ha seguido la pista, son dos gigantes de la actuación a los que apenas se les reconoce su trabajo. Alejandro Hernández explica el origen de ambos personajes: en la Marbella de los ochenta coincidier­on los dos traficante­s más importante­s de Occidente, el sirio Al Kassar y el saudita Adnan Khashoggi, al que muchos recordarán por su impresiona­nte yate anclado en Puerto Banús. Al Aasad y Mawad son sus alter ego, aunque en la vida real ellos nunca estuvieron enfrentado­s como se cuenta en la serie. Relacionad­o con ellos, está el broker iraquí que encarna Omar Ayuso, quien en su época de estudiante tuvo de profesor de guion, precisamen­te, a Alejandro Hernández.

Empeñados en plasmar el ambiente que se respiraba en aquella época, ambos viajaron a Marbella para

La serie tiene de trasfondo la Guerra Fría, que dividió el mundo en dos bloques: el capitalist­a y el comunista, al término de la Segunda Guerra Mundial. Los Farad podrían haber sido una de las poderosas familias que proveían de armas (6) a países de uno u otro bando a finales de los ochenta en la lujosa Marbella (5) de la jet set. La ficción retrata aquella época apoyándose en algunos de sus protagonis­tas, como Ronald Reagan (3), presidente de EE. UU.; Yasir Arafat (2), dirigente del Estado de Palestina; Fidel Castro (Cuba), incluso con imágenes de archivo, y también en los artistas de moda: Julio Iglesias (1) y Jane Fonda (4), que triunfaba en el mundo entero como gurú del aerobic con vídeos de ejercicios.

“MI PADRE NOS HA ASESORADO, FUE PILOTO DE COMBATE EN ÁFRICA Y PARTICIPÓ EN UNA GUERRA QUE SE DESARROLLA EN LA SERIE”. Alejandro Hernández, guionista.

documentar­se. Desde el momento en que decidimos que Farad era argelino queríamos contactar con empresario­s árabes de allí para conocer sus costumbres, saber cómo viven en el lugar que han elegido de centro de operacione­s y en el que llevan casi 20 años sin hablar español. Estuvimos unos días conociendo el ecosistema de la ciudad. Fueron muy amables, nos recibieron en sus casas, unas mansiones tremendas (excelentem­ente copiadas en la serie). Fue interesant­e, reconoce Hernández. Igual que lo fue profundiza­r en el tráfico de armas, legal, insisten ambos. Se comete el error de compararlo con el de drogas, que no lo es, continúa el guionista. Los estados tienen fábricas, España exporta armas, y los compradore­s utilizan intermedia­rios para negociar, los brokers, que cierran los acuerdos y se llevan las comisiones. Es un mercado regulado que requiere el certificad­o de uso final para asegurar que se hace con las mayores garantías.

Por su pasado militar, reconoce que es un mundo que le resultaba apetecible retratar. Fui soldado en África a finales de los ochenta. Era mecánico de aviones y viví situacione­s relacionad­as con ese tráfico en Angola. Las armas que venden los Farad son de tecnología soviética, las que teníamos allí, así que me eran familiares, lo que me facilitó el desarrollo de la escritura. Y mi padre se convirtió en un excelente asesor porque también estuvo en el continente de soldado, fue piloto de combate y conocía bien el armamento que procedía de la Unión Soviética. De hecho, participó de verdad en la batalla de Cuito Cuanavale, que aparece en uno de los capítulos.

DE ACÁ PARA ALLÁ

El internacio­nal negocio de los Farad hace que su historia se desarrolle en lugares de medio mundo: República Checa, Francia, Irak, Argelia… y el mencionado Angola, adonde tuvieron el privilegio de viajar para grabar algunas escenas. Ha sido un rodaje muy divertido, intenso, desbordant­e y lleno de desafíos porque cada día era distinto y había de todo, boda multitudin­aria al estilo de la jet set,

¿Cuál ha sido el mayor reto?

Conocer esa época de finales de la Guerra Fría, el mercado de armas… saber qué había pasado porque mi personaje está al día y se lo explica a Óskar. Y luego el mundo de la jet set, que investigué a través de las revistas del corazón, vídeos… Me fascina ese lujo y los looks tan distintos a los de la gente corriente, los peinados, los brillos…

¿Qué le atrajo de su personaje?

La ambigüedad, no se sabe hasta qué punto le mueve el amor o la ambición. Ella quiere dirigir el negocio familiar, pero es consciente de que ser mujer la limita. Me gustan las ficciones que tienen mujeres ambiciosas, que incluso pueden caer mal.

¿Tiene escenas favoritas?

En las que estábamos la familia entera. Como tenemos un humor similar, nos reíamos mucho, hacíamos incluso canciones con la vajilla… Y fue increíble la escena de mi boda, con cientos de figurantes. También disfruté al volante de algunos cochazos. Adam (Jezierski), sin embargo, lo pasaba mal porque no le gusta conducir.

¿Sufrió alguna?

No, pero me cuestan las nocturnas porque a las tres de la madrugada ya no entiendo nada (risas).

¿Y con qué se queda del rodaje en África?

Me apasiona viajar y había estado varias veces en el continente, pero no en Angola. Estuvimos en uno de los mercados más grandes de Luanda, la capital, en una playa idílica… Es un país tan maravillos­o como salvaje.

¿Qué tal compañero es Miguel Herrán, con quien trabaja por primera vez?

No había trabajado con ninguno, pero con Miguel nos pasó algo curioso. Cuando nos vimos en el casting ya sabíamos que trabajaría­mos en Valle de sombras, de Salvador

Calvo (se estrena el 12 de enero), donde también somos pareja, aunque la historia es completame­nte distinta, la película es el viaje personal del personaje de Miguel.

Solo tuvimos una semana de descanso, así que nos pasamos más de un año juntos.

El final de hace pensar en una segunda parte. ¿La habrá?

Me encantaría y que hubiera una matriarca al frente del negocio.

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Mariano Barroso con Susana Abaitua, Omar Ayuso y Miguel Herrán.
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