MENSAJERO DEL FUTURO
El realizador de joyas tan inapelables como ‘Nocturama’ o ‘Zombi Child’ continúa su viaje por el suspense y la ciencia ficción en ‘The Beast (La bestia)’. La cinta, basada en un relato de Henry James y protagonizada por Léa Seydoux y George MacKay, desafía las leyes del tiempo imaginando un futuro distópico. Hablamos con él en primicia.
Después del estreno de Coma en 2022, que incluía a Gaspard Ulliel en la última película que rodó el intérprete antes de sufrir un fatal accidente de esquí, el rodaje de The Beast (La bestia) volvió a retrasarse. Fue entonces cuando Bertrand Bonello (Niza, Francia, 1968) reveló que iba a adaptar el papel para un actor no francés. El elegido fue el británico George MacKay, protagonista de 1917 (S. Mendes, 2019) y que aprendió a dominar el idioma exclusivamente para el rodaje. Junto a él estaría Léa Seydoux, que ya había trabajado con Bonello en Saint Laurent (2014), en una cinta dedicada a la memoria de Gaspard que navega por las aguas de Cronenberg, de Lynch y de tantísimos referentes que habitan la mente del cineasta. Entre ellos, también la música, indisoluble de este artista de formación clásica, que la conoce mucho más que las películas desde que era niño. De hecho, pienso en mis obras como si fueran canciones. Como ya es tradición, Bonello compone (esta vez, junto a su hija Anna) la banda sonora de un puzle distópico formado por piezas de música clásica, rock, techno y el Evergreen de Roy Orbison.
REGRESO AL FUTURO
Sobre la mesa de un hotel en París, el cineasta apoya su ‘vape’, al que recurrirá durante la entrevista, unas gafas de sol y un móvil de los años 2000, síntoma del inconformismo con el tiempo que le ha tocado vivir. Si lo lanzo contra la pared sobrevive, bromea. En un romance multitemporal amenazado por la tecnología, la historia se desarrolla en tres períodos durante los cuales los protagonistas se reencuentran. Una de las cosas más difíciles fue comprimir las tres historias en una, y al mismo tiempo definir cada período. En 1910 decidimos filmar en 35 milímetros para lograr este tipo de textura sensual. Para 2014 y 2044 necesitaba algo más frío, así que volvimos a lo digital, apunta el director sobre su intrépido coqueteo con la imagen. Intenté evitar las dos formas clásicas de predecir el futuro: la hipertecnología o la versión posapocalíptica, así que tomé el mundo tal como es y decidí quitarle cosas, logrando algo cercano a lo que conocemos, pero muy vacío.
INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Quería hacer un melodrama, algo que no había hecho nunca, cuenta Bonello, que empezó a trabajar en la película en 2017. Entonces descubrí la novela de Henry James – La bestia en la jungla, en la que se basa la cinta–, que básicamente habla del miedo al amor. Creo que estos dos sentimientos van muy bien juntos, así que trato de ir más allá. En este dilema tienes que limpiar tus vidas antiguas para poder ser puro y, para mí, el amor y el miedo son el corazón de la película. Precisamente por ello se sumó Xavier Dolan como productor de un título seleccionado para competir por el León de Oro en el Festival de Venecia. En él, la batalla de las emociones contra la inteligencia artificial se libra sin armadura. El ser humano debe ser más fuerte que la herramienta, admite Bonello. De lo contrario, es muy peligroso. Por eso ahora todo el mundo teme a la IA. No puede reemplazar a la humanidad, sino ayudarla. Sobre si la película es una predicción del futuro o más bien un miedo en lo que podría convertirse, el director es positivo: Digamos que es un temor.
UNA MUSA ATEMPORAL
Ante todo, Bonello se considera un romántico.
A la novela sobre un protagonista cuyo miedo irracional a una futura catástrofe se convierte en una profecía autocumplida, Bonello añade las raíces más sensoriales de su cine teñidas de fantasía, drama y un poco de terror. ¿El resultado? Una melancólica fábula sobre la eterna necesidad de amar. En cuanto a la pareja de actores protagonistas, Bonello afirma que son muy diferentes. Léa, al contrario que George, es alguien a quien no le gusta llegar preparada, sino que
llega al set y descubre la escena mientras la hace. Es perfecta para este personaje porque encaja en los tres períodos y tiene mucho misterio. Incluso si la cámara está muy cerca de ella, no sabes en qué está pensando. Es más fuerte que la cámara y eso es algo muy emocionante para un director.
ORGULLOS Y PREJUICIOS
El autor destaca el terror como una emoción líquida. Hay dos tipos de miedos: el que te paraliza y no es bueno, y el que te atrapa de una manera en la que eres consciente de todo y tienes una relación con el mundo muy precisa. Es un sentimiento que te hace sentir muy vivo y hay que aceptarlo, no rechazarlo, apunta. La mayor parte de mi trabajo es convencer a la gente de que confíen en mí y esta película fue muy difícil de financiar. Ahora me gustaría hacer un corto, confiesa. Es algo que sueles hacer al empezar y luego, cuando filmas largos, se deja. Pero si escribes una novela de 400 páginas, ¿por qué no escribir una de 14? Ser breve es mucho más difícil. Mírenme a mí, casi tres horas de metraje, y no estoy orgulloso, ríe. ◆ ESTRENO: 27 MARZO
La Bête
(Francia, Canadá, 2023, 146 min.). DRAMA.
“LÉA (SEYDOUX) ES MÁS FUERTE QUE LA CÁMARA, Y ESO ES ALGO MUY EMOCIONANTE PARA UN CINEASTA”.