JUGADA MAESTRA
‘Menudas piezas’. Hablamos con Nacho G. Velilla, que firma esta emotiva comedia inspirada en un profesor jubilado que llevó a cinco adolescentes de un humilde barrio de Zaragoza a ganar el Campeonato de Ajedrez de Colegios de España.
DE QUÉ VA: Después de un traumático divorcio que la ha dejado en la calle, la estirada Candela vuelve al barrio obrero donde nació y comienza a dar clases de ajedrez a alumnos con problemas de integración.
¿Cuál es el origen de Menudas piezas?
Mis películas suelen nacer de lo cotidiano, del titular de un periódico, como en el caso de Perdiendo el norte que hablaba de unos migrantes españoles que viajaron a Noruega después de ver el programa Españoles por el mundo.
O de Villaviciosa de al lado, sobre un pueblo en cuyo puticlub había tocado la lotería. Partiendo de ahí, creo los personajes y sus tramas. En esta ocasión, David (S. Olivas), Marta (Sánchez), mis colaboradores habituales, y yo pensamos que la historia de un profesor que consigue que cinco chicos de un barrio modesto se alcen con el premio nacional de Ajedrez de Colegios merecía no ser ficcionada del todo. Hablamos con don Enrique (Sánchez) para que nos relatara su experiencia y fue un acierto porque es una persona muy inspiradora. ¿Por qué en el film la protagonista es mujer y más joven? Para tener un conflicto más potente. Nos parecía que una mujer de cierta edad, recién separada, que llega de otro entorno iba a dar más juego. La colocamos en un precipicio para que no le quedara más remedio que aceptar la propuesta del colegio. Además, don Enrique nos comentó que en el mundo del ajedrez reinan los hombres. ¿Alexandra Jiménez era la entrenadora ideal? Pensamos en ella desde el principio, hay pocas actrices de su edad que puedan defender a la vez situaciones cómicas y emotivas. Además, la quiero y la admiro mucho. Su primera película, Fuera de carta, fue conmigo.
¿Cómo llegaron los demás al cast?
No queríamos actores que destacaran por la comedia. La mayor sorpresa fue Alain Hernández. El actor que iba a interpretar al ex del personaje de Alexandra finalmente no pudo por fechas y él llegó en el último momento. Ya en los ensayos, me preguntaba cómo no habíamos pensado en él. Alain y Alexandra sacaron oro. Para los chicos, nos proponían youtubers, rostros famosos por series, pero hicimos un casting abierto porque buscábamos gente nueva para que la historia ganara en credibilidad. Y salvo Pablo Louazel, ninguno había hecho nada. Fue un casting que superó los 2.500 chavales, duro, de más de seis meses, pero también bonito: los elegidos pueden llegar muy lejos. Alexandra vive una auténtica pesadilla en la película. ¿Cuál sería la suya como director? Rodar un guion que no me creo o equivocarme en el casting. Ya con el trabajo hecho, soy más pragmático, quizá porque vengo de la tele (7 vidas) y allí si no hacías un 20 por ciento de share temías que te cancelaran. Es verdad que las películas las hago para que lleguen al público y si no lo logro pienso que me he equivocado.
¿Qué le atrapa como espectador?
Historias que emocionen desde el humor, aunque disfruto de todos los géneros. Me crie viendo las películas de Billy Wilder, Ernst Lubitsch, Berlanga, Fernando Fernán-Gómez… Más recientes, pienso, por ejemplo, en Jojo Rabbit (2019), de Taika Waititi. Valoro mucho la risa y a los que me hacen reír. ◆ ESTRENO: 12 ABRIL
Menudas piezas (España, 2023, 99 min.). COMEDIA.
DE QUÉ VA:
Marcelo (Marcelo Subiotto), quien ha pasado su vida dando clases en la Facultad de Filosofía y Letras, y Rafael Sujarchuk (Leonardo Sbaraglia), recién retornado a Buenos Aires, compiten por una prestigiosa cátedra. de Filosofía política.
El actor se mete en ‘Puan’ en la piel de un filósofo vanidoso con aires de ‘celebrity’. La película sigue esa tradición tan argentina de canalizar a través de la comedia la protesta social y la reflexión política que tanto ha buscado el intérprete. Hablamos con él de los comienzos de su carrera, y de lo que está por venir.
ALeonardo Sbaraglia (Buenos Aires, Argentina, 1970) lo eligió Pedro Almodóvar para que en Dolor y gloria (2019) interpretara a un porteño que regresa a Madrid, donde había vivido años atrás, dejando amigos de por vida y recuerdos imborrables. Podría ser él mismo… salvando el reencuentro con el antiguo amante, director de cine, que tiene más que ver con la biografía del cineasta manchego que con la suya. El personaje coincide en esa nostalgia del que se ha ido y ha vuelto a una ciudad en la que residió entre 2000 y 2010, una década en la que fue uno de los actores más apreciados por el cine español con títulos como En la ciudad sin límites, Carmen, Salvador (Puig Antich).
Después de ese periodo su vida ha seguido siendo un ir y venir para trabajar a ambos lados del océano. Tengo amigos que no saben bien si vivo acá o allá, confiesa. Su personaje en Puan, el primer largo conjunto de María Alché (Familia sumergida) y Benjamín Naishtat (Rojo), bebe también de esa fuente del emigrante retornado. En esta comedia dramática con tintes sociales que se coronó como el Mejor Guion en el pasado Festival de San Sebastián, interpreta a un profesor de Filosofía que tras unos años en Alemania regresa a Argentina con el ego un poco subido. Allí trata de hacerse con una cátedra en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (conocida popularmente como Puan), un bastión del humanismo y el sentido común. Es una película necesaria porque cuando sales tienes ganas de ser mejor persona, mejor alumno de la vida, más culto. Te hace reparar en que somos muy ignorantes de nuestra propia historia, tenemos una gran capacidad de perder la memoria y llenarnos de huecos sobre cómo estamos hechos como sociedad y como seres humanos. Que una película te conmueva y te provoque ganas de leer a Rousseau y Spinoza, de comprender que hace 500 años ya hubo quien pensó el mundo de una manera avanzadísima, es mucho.
Desembarco en España y, de golpe, un Goya. Lo descubrimos gracias al cine de Marcelo Piñeyro (Cenizas del paraíso, Plata quemada) y por su primer papel en España en Intacto (Juan Carlos Fresnadillo, 2001) ganó el Goya a Mejor Actor Revelación. Pero las bases de lo que iba a removerlo como actor las había sentado mucho antes. Me marcó a fuego la primera película que hice en mi vida, La noche de los lápices (1986). Fue de los primeros largometrajes que se hicieron en la Argentina posdictadura y habla de estudiantes de 17 o 18 años desaparecidos y torturados el 16 de septiembre de 1976. Yo tenía 16 e interpretaba a uno de ellos. A partir de ahí siempre me interesaron ese tipo de cuestiones. Sin ponerme solemne ni pretencioso, me parece que a través del cine, el arte, el teatro, uno puede generar cosas. De lleno en la Argentina de los 90. Próximamente lo veremos en el que dice ha sido su mayor desafío como actor, meterse en la piel del expresidente argentino Carlos Menem en una serie para Prime Video. Pero también piensa en un paso siguiente detrás de las cámaras. Está ahí el deseo de hacerse cargo de la complejidad que supone crear una película. Cuando uno se plantea retos grandes la vida provee: amistades fuertes, compañerismo, solidaridad y gente que te ayuda a dar ese paso. Merece la pena. ◆ ESTRENO: 27 MARZO
Puan (Argentina, Italia, Alemania, Francia, Brasil, 2023, 109 min.). COMEDIA DRAMÁTICA.
DESDE MI PRIMERA PELÍCULA ME INTERESARON LAS CUESTIONES POLÍTICAS. SIN PONERME SOLEMNE NI PRETENCIOSO, CREO QUE A TRAVÉS DEL CINE UNO PUEDE GENERAR COSAS”.