La cripta embrujada
TRIBUS URBANAS
Puede parecer extraño que el director de obras maestras del cine de acción como Depredador, Jungla de cristal o la injustamente menospreciada El guerrero n.º 13, el malhadado John McTiernan, debutara con un film donde lo que cuenta, lo que fascina y sobrecoge, no son persecuciones, tiroteos ni espectaculares o violentas hazañas pirotécnicas, sino la atmósfera, el ritmo hipnótico y la sutileza. Pero así es. Nómadas (1986), que acaba de volver a ver la luz en DVD gracias a la deliciosa colección Videoclub79, de El Setanta Nou, en edición limitada, es una joya incomprendida de un fantástico sugestivo, sugerente y asustante a la par que moderno, con esa modernidad propia de su tiempo –los añorados ochenta–, que es también la de lo eterno.
Partiendo de una excelente novela de la escritora Chelsea Quinn Yarbro, McTiernan, moviéndose a cámara lenta por un Los Ángeles de luminosidad fantasmal y penumbras nocturnas de neón, sigue el misterioso y fatídico destino de un Pierce Brosnan joven y atractivo, antropólogo que descubre en el corazón de la más moderna de las urbes la existencia de inquietantes, violentos y sanguinarios seres ancestrales, razas de noche travestidas como tribus urbanas, con Adam Ant a la cabeza, que cohabitan con nosotros desde tiempos inmemoriales, gozando con nuestra destrucción, miedo y dolor.
Cerca de Peter Weir y su fantástico antropológico, con algo de El ansia de Tony Scott y algo de El torreón de Michael Mann, Nómadas prefigura a su vez Los viajeros de la noche de la Bigelow y las Razas de noche de Barker, pero manteniendo siempre un tono y atmósfera hipnóticos, sensuales y sofisticados, puesta al día del terror culterano y elegante de Val Lewton. En definitiva: una indispensable pieza de folk horror urbano, tan propia de su época como asombrosa y perfectamente actual.