KIRSTEN DUNST, LA FOTÓGRAFA DEL PÁNICO
Actriz fetiche de Sofia Coppola –con Cailee Spaney, mi compañera en la película y con cuyo personaje el mío establece una relación casi de madre e hija hablamos mucho de lo maravillosa que es como directora, dice–, Kirsten Dunst (Point Pleasant, Nueva Jersey, 1982) llevaba años esperando una oportunidad como la de esta Lee, fotógrafa de guerra, personaje tan rico como exhaustivo y del que le ha costado recuperarse, física y psicológicamente: Sigo aún en proceso de descansar del esfuerzo de meterme en su piel, recuerda Dunst.
Es verdad que ahora, en la promoción del film, puedo verla desde fuera, también gracias a cómo los periodistas veis al personaje, pero fueron meses de estar en tensión con ella, de cómo se ha creado una armadura ante los horrores que ha estado retratando a lo largo de su carrera como reportera gráfica y a lo largo de conflictos bélicos lejos de casa. Ahora la guerra está en su hogar, en su mundo, y para ella mantener la distancia con la cámara, esa cámara que interpone entre la muerte y la destrucción y ella misma, acaba resultando traumático. Algunos de los trabajos interpretativos que he hecho, y si obvias toda la espectacular y dura parte de rodar escenas de acción bajo explosiones y disparos, se basan en cómo una mujer que se ha esforzado en ser inmune al mal exterior choca con él inevitablemente. La labor de los actores tiene bastante de protegerte y ocultarte tras los personajes, trucos y recursos profesionales, pero a veces, esta ha sido una de ellas, acabas desnuda ante lo que le pasa a tu alter ego. ◆