CON BREILLAT LLEGÓ EL ESCÁNDALO
‘El último verano’. La realizadora francesa dirige otro desprejuiciado retrato de la sexualidad femenina.
DE QUÉ VA: Anne (Léa Drucker), una brillante abogada que vive con su familia, entabla una relación apasionada con su hijastro, el adolescente Théo (Samuel Kircher).
El toque Breillat. 10 años después de su anterior film, Abus de faiblesse (2013), la francesa Catherine Breillat (Bressuire, 1948) regresa a sus temas favoritos –el deseo y la sexualidad femenina– con
El último verano, remake del film danés Reina de corazones (2019). El guion de esa película es fantástico, pero sentía que podía darle mi toque a la historia. Por ejemplo, en la original, el hijastro de la protagonista ya es mayor y es un tipo duro, un rufián, mientras que, en mi versión, es más joven y transparente. Para subrayar la singularidad de su trabajo, Breillat señala que, en el siglo XV, a los pintores les encargaban muchas pietàs, pero la de Botticelli no se parece en nada a la de Bellini. Es igual con el cine.
La eterna rebelde. En El último verano, Breillat reflexiona sobre la libertad sexual y la represión. En mi película, la protagonista rememora cómo el sida acabó con una era de libertad marcada por la invención de la píldora anticonceptiva, apunta la directora de Romance X (1999) y Anatomía del infierno (2004), ambas con Rocco Siffredi en el reparto. En cuanto al presente, Breillat expresa una cierta preocupación. Hace poco he vuelto a ver mi primera película, Una chica de verdad (1976), y me ha sorprendido lo explícita que es en materia sexual. Recuerdo que la actriz protagonista trabajó con absoluta libertad y sin necesidad de un coordinador de intimidad. Paradójicamente, en Francia, la necesaria toma de conciencia sobre las agresiones sexuales contra las mujeres está siendo utilizada para alentar un puritanismo exacerbado. ESTRENO: 24 MAYO
L’été dernier (Fra., Nor., 2023, 104 min.). DRAMA.