Ética y estética
BUSCANDO EL EQUILIBRIO La pasarela posa su mirada sobre lejanos horizontes e imita su iconografía pero ¿es el comienzo de una nueva era, más responsable, para la moda? Voces expertas se alzan críticas y reclaman un futuro sostenible y respetuoso. Es el nu
Dicen que no hay mayor admiración que la imitación. En una era en la que internet ha sido capaz de derribar fronteras físicas y emocionales, la moda en general y la pasarela en particular se alzan como grandes catalizadoras del pensamiento colectivo. Si la realidad muestra una sociedad individualista, celosa de lo suyo y con una escasa inclinación a la preocupación por lo que ocurre más allá de sus límites geográficos, los diseñadores y las firmas de moda muestran una nueva visión del mundo. Ésa que posa su mirada lejos de Occidente e imita una estética tradicionalmente de minorías. Desde luego que no es la primera vez.
La industria textil se nutre de referencias ajenas a la cultura occidental como forma de inspiración que ha estado presente en mayor o menor medida en los escenarios internacionales del circuito. Pero es ahora cuando se alzan voces que llaman a la necesidad de traducir esta suerte de apropiación cultural –el desfile que Valentino presentó inspirado en la cultura africana fue objeto de críticas por algún medio especializado, que señalaba que tan sólo diez de las modelos eran negras– en una industria responsable y capaz de generar beneficios para esas zonas del planeta tradicionalmente oprimidas.
“La sostenibilidad lucha para lograr que la vida, en todas sus formas,
Su claim, Not charity, just work, resume a la perfección el trabajo de su propia organización, la EFI, una agencia prosostenibilidad que pertenece a las Naciones Unidas y que nació tras una larga estancia de su fundador en el continente africano. perdure”, asegura el director de la organización perteneciente a las Naciones Unidas EFI, Simone Cipriani. “El ser humano forma parte de un ecosistema en el que la vida está amenazada desde dos frentes distintos: la explotación de las personas y la explotación del medioambiente. Para una empresa de moda ser sostenible es mucho más que, por ejemplo, utilizar algodón orgánico o reciclar algunas prendas. Significa emprender un viaje para convertir tu empresa en un modelo de negocio comprometido con el bienestar del capital humano y con un imperativo moral: preservar la vida en la Tierra y conseguir que perdure.”
Not charity, just work ( no es caridad, sólo trabajo) es el lema que rige toda la línea de actuación de Cipriani. En este sentido, el ecoactivista italiano explica : “La caridad es importante. Es una de las mejores cualidades que puede tener el ser humano, cuidar de los que no son capa- Esta argentina afincada en Londres es la cara visible de Positive Luxury, una empresa que premia con su signo distintivo, la Butterfly Mark, a las marcas de lujo que se esfuerzan por realizar su actividad económica impactando lo menos posible en el medioambiente. Ha sido nombrada como Luxury Woman to Watch in 2016 por el World Economic Forum.