Glamour (Spain)

MÁS BELLO

EL ROSTRO

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sus 34 años, Alessandra Ambrosio (Erechim, Brasil) puede presumir de una más que sólida trayectori­a en la industria de la moda. Una cuestión nada baladí a tenor del número de futuras promesas que el sector fashion encumbra cada temporada y no triunfa. No es el caso de la brasileña, que lleva más de media vida sobre la pasarela, desde los 15. El mismo número de años que ostenta el envidiado título de ángel de Victoria’s Secret. Ahora, además, es la embajadora de la coloración Diarichess­e Hivisibili­ty de L’oréal Profession­nel. De ahí el cambio de look: reflejos rojizos y melena midi, que estrena en la sesión de fotos para GLAMOUR España.

GLAMOUR: Junto con Gisele Bündchen, Isabeli Fontana y Adriana Lima, formas parte de esa generación de modelos brasileñas que triunfó en los 2000. ¿Qué ocurrió en esa época en Brasil para que se convirtier­a en la cuna de la moda? ALESSANDRA: Fue alrededor de 1998, cuando todas empezamos a salir de Brasil para conquistar el mundo. Llegamos a París, nos fuimos a Nueva York... Éramos muchas chicas. Creo que, en cierto modo, este auge se produjo gracias a concursos como Elite Model Look, que nos dio la posibilida­d de ser descubiert­as y de empezar a trabajar en otros países donde las grandes agencias de modelos tenían oficinas. Además, en los 2000 se puso de moda ser brasileña. Todas las chicas querían estar bronceadas, ser sexy y bellas. Ése fue el gran boom de Brasil. GLAMOUR: ¿Cuándo supiste que la moda era a lo que te querías dedicar? ALESSANDRA: Mi madrina tenía un atelier en mi ciudad natal (Erechim), recuerdo que hacía unos vestidos preciosos. Mi abuela trabajaba allí, así que solía ir todos los días después de la escuela. Todas las mujeres de la familia íbamos al atelier. Me gustaba desfilar con la ropa y ver las revistas: la Alta Costura y a todas las modelos de los 90 desfilando. Ya sabes, las supermodel­os: Karen Mulder, Cindy Crawford, Claudia Schiffer… Cuando las veía, pensaba:

“Quiero hacer esto, quiero llevar esta ropa increíble, trabajar en la moda”. Así fue cómo supe que me dedicaría a esto. GLAMOUR: Imagino que es difícil gestionar la fama cuando te sobreviene tan joven... ¿Quién te ayudó a ir por el buen camino? ALESSANDRA: La familia es algo muy importante en Brasil. Diría que es lo más importante para nosotros. Viajo alrededor del mundo, tengo acceso a casi todo, pero cuando regreso a casa lo único que necesito es el amor de mi familia y pasar tiempo con ellos. GLAMOUR: ¿Qué es para ti lo mejor y lo peor de la fama? ALESSANDRA: Lo peor es la falta de privacidad, cuando te hacen fotos mientras estás con tu familia. Y lo mejor es que puedes utilizar esa fama para causas sociales, contarle al mundo las causas en las que crees. En mi caso, soy embajadora de Sociedad Nacional de Esclerosis Múltiple en EE UU y Brasil. También colaboro con otras organizaci­ones más pequeñas en mi ciudad natal. GLAMOUR: ¿Cómo consigues mantener ese equilibrio entre vida profesiona­l y personal? ALESSANDRA: Mi trabajo me impide estar todos los días con mis hijos pero, cuando estoy en casa, son lo más importante y pasamos todo el tiempo que podemos juntos. Tengo un equipo de personas que me ayuda a organizar mi calendario para ser eficiente en mi trabajo y poder regresar a casa pronto para estar con mis niños. GLAMOUR: ¿Visitáis Brasil con frecuencia? ALESSANDRA: Sí, cada año. GLAMOUR: ¿Cómo piensas vivir los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro que están a punto de comenzar? ALESSANDRA: No lo sé, no lo he planeado todavía [la entrevista tiene lugar en marzo]. Me encantaría estar allí y vivirlos in situ. Tuve la suerte de participar en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres en 2012; fue un honor representa­r a mi país. Recuerdo cómo vibraba el estadio... Fue muy especial.

EN ERECHIM, MI MADRINA TENÍA

Y YO IBA AL SALIR DE LA ESCUELA

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