“La naturaleza de la mujer es compleja e inefable”
nivel de conciencia sexual, online y offline. Un nuevo código de leng uaje y un nuevo sentir el cuerpo se erigen como contraposición al vivir de estos tiempos convulsos; traspasando la intimidad de la habitación, abanderando lemas que se portan como notas mentales serigrafiadas en camisetas. En los 90 fue Gianni Versace el gran impulsor de la cur va femenina (su primer desfile abrió con el tema Freedom! ‘90, de George Michael) y coetáneos como Thierry Mugler o Her vé Léger cincelaron aquellos ceñidos y explosivos vestidos de proporciones mínimas e inolvidables. Liberar la sexualidad, lejos de ser entendido como un burdo afán de exhibicionismo, se erige en la calle y la pasarela por derecho propio, avanzando desde aquellos primeros conatos nineties. “Necesitamos entender quiénes somos hoy, la naturaleza de la mujer es compleja e inefable”, apuntaba Miuccia Prada tras clausurar su fashion show AW’16 en Milán, protagonizado por mujeres que se enfrascan en un corsé por el puro placer de sentirse sexy. Mujeres viajeras e independientes.
Desnudez vs. vulgaridad.
Hace tiempo que estas dos acepciones se cansaron de ser sinónimos. Así lo evidencian en su propuesta referentes como Rodarte, para quien la ensoñación es el hilo conductor en la colección que celebra su décimo aniversario. Generar deseo y ahondar en la fantasía es una tarea recurrente de nuestros días, quizás por ese sentimiento generalizado de nostalgia de tiempos pasados. Así lo certifican las hermanas Mulleavy, con ninfas ataviadas en faldas lápiz, con cuero y filigranas de encaje floral… en un sueño de desfile donde el menor impacto es la cuestión de enseñar un seno. Alberta Ferretti hace lo propio elevando la feminidad a límites exponenciales con generosos escotes y transparencia extrema. “Ya no hay reglas”, asentía la italiana desde el backstage.
Nuevas mentalidades, nuevos roles.
Como en el caso de Saint Laurent Paris, que en 2012 decidió relegar aquel allure de elegancia
A. Wang