El diseñador DE LA MOVIDA
Los estilismos en conciertos y apariciones públicas de Ana Belén, hasta la desaparición de Jesús del Pozo, eran prácticamente siempre creaciones suyas –muchas veces adaptaciones de prendas de pasarela y en otras ocasiones creados exclusivamente para ella–. Ana Belén fue su musa, su amiga y su publicista más importante. Fotógrafos como Juan Gatti, que fotografió casi toda su obra, modelos, cantantes, actores, directores de cine y teatro... Todo el que en los 80 y 90 tenía algún interés por la cultura recuerda a Jesús, que también fue el principal promotor y primer director de la Academia de Creadores de Moda Española, Acme. la moda como arte. Tenía en la cabeza una idea, un concepto, y si no existía el color que había imaginado, se lo inventaba.” Unía tejidos y experimentaba con ellos hasta conseguir texturas nuevas, diferentes y únicas. Trabajaba el volumen y creó diseños y estructuras que muchos años después siguen estando presentes en las creaciones de grandes diseñadores, tanto españoles como de todo el mundo. “Todas las piezas tienen alma, transmiten una emoción –me explica Esperanza–, es lo que he querido transmitir en esta exposición. No sigue un criterio cronológico, sino artístico, conceptual. Hemos querido hacer otra lectura de algunas de las piezas, que no van a estar en maniquíes, para facilitar al visitante leer la abstracción de Jesús, el concepto artístico que él tenía.”
Jesús del Pozo era todo un personaje.
Tanto Margaret, que es una de las personas que más directamente trabajó con él y mejor lo conocía, como Lua y Esperanza destacan su gran personalidad. “Tenía un gran sentido del humor, muy de aquí, muy español”, recuerda Lua, que desde muy pequeña pasaba muchas horas en el taller, en el backstage de los desfiles, viviendo y absorbiendo el ambiente loco y mágico que se crea detrás de las bambalinas. “Era genial, aunque no me he dedicado a la moda, me gusta mucho, me resulta muy emocionante cómo va todo tan rápido, las chicas cambiándose deprisa, deprisa, y la ropa de Jesús que no era tan fácil de colocar, digamos, en su sitio... Era como de mi familia, lo conozco desde que nací y era muy amable, supersimpático, lo recuerdo con mucho cariño. Siempre estaba con mis padres, en todas las fiestas. Ahora me hace mucha gracia ponerme la ropa de mi madre, la recuerdo a ella en aquellos años... me pongo su ropa con mucho cariño, y con mucho orgullo.” Lua vive en Nueva York, donde trabaja con su nueva banda pero, por suerte para nosotros, ha pasado unas semanas del verano en Madrid. Está grabando parte de su segundo disco, que aún no tiene título y que se publicará probablemente a primeros de 2017. “Estamos grabando aquí las guitarras y las voces, tras grabar en Texas la batería. Surgió así y estoy encantada, porque