EN LA MUESTRA, 50 PIEZAS REPRESENTATIVAS DE SU ESTILO

Los tesoros de las amigas de Jesús. Jesús del Pozo abrió su primera tienda de moda en 1974 en la calle Almirante, muy cerca de la casa donde nació, diseñando moda masculina, y él mismo atendía a los clientes que empezaban a interesarse por un tipo de moda nueva y diferente. Como Margaret Watty, que en aquellos años, muy joven, paseaba con sus amigas por el epicentro de la nueva moda madrileña, la calle Almirante, mítica desde entonces. “Entré un día y me enamoré de una de sus chaquetas. La miraba, la tocaba y la dejé porque en aquel momento era cara para mi presupuesto. Durante unos días, cada vez que pasaba por la tienda, entraba y la miraba. En una de aquellas visitas, Jesús se me acercó y me dijo : ‘ Te gusta mucho esta chaqueta, ¿verdad?’, y yo le dije que sí. ‘ Llévatela y ya me irás pagando cuando puedas.’ Así de generoso era, Y así empezó nuestra relación –me cuenta Margaret–. Iba cada poco tiempo a verlo, le pagaba la chaqueta poco a poco, charlábamos... y empecé a trabajar con él.”

Algunas piezas de orfebrería, que Jesús moldeaba y luego llevaba o no a sus colecciones, son otros de los tesoros de Margaret. Como la gargantilla de plata rústica anudada que lleva Lua en la foto o un precioso alfiler con la flecha que formaba parte del logo de Jesús, y que no se fabricó tal cual porque era demasiado grueso y hacía un gran agujero en las prendas, por lo que Margaret se lo quedó y lo usaba pinchado en un sombrero. Enormes chales envolventes en seda o raso. Chaquetas masculinas. Un pantalón ancho en seda tornasolada a juego con un enorme chal. El vestido de lazos de grosgrain que ha enamorado a Esperanza. Una túnica de gasa blanca y negra de gasa que me ha enamorado...

Una mañana de risas, complicidad, moda y recuerdos con tres mujeres que, en diferentes momentos de sus vidas, conocieron y amaron a este hombre pequeñito y liviano, pura creatividad, pura pasión. Tres mujeres que se reencontraron en el estudio fotográfico de GLAMOUR para ser nuestras cómplices en el momento de rendir nuestro particular homenaje a Jesús del Pozo.