Detox digital
¿ESTÁS PREPARADA?
Cuántas veces has sacado el móvil del bolso convencida de que vibraba y no era así ? ¿Has llegado tarde una cita o al trabajo porque te has dejado el móvil en casa y has vuelto a por él? Si esto te ocurre más de lo que te gustaría, tal vez padezcas una adicción a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ( TIC). Joaquín Juliá Salmerón, psicólogo de Sha Wellness Clinic, señala los síntomas que delatan esta dependencia: “La persona no deja el móvil de lado ni siquiera cuando está socializando; presenta dificultades para centrarse en la conversación, puesto que toda su atención está focalizada en el dispositivo, y el smartphone se convierte en una fuente de ocio permanente”. Seguramente te reconozcas o reconozcas a tu pareja en alguna de estas afirmaciones. Y es que según un estudio realizado por la Universidad de Baylor, un 46% de los encuestados afirmó haber sido víctima de phubbing por parte de su pareja, siendo además esto una fuente de conflicto para el 22%. Pero el phubbing, o acto de ignorar a tu acompañante para prestar atención al móvil, no es el único síndrome derivado de la adicción tecnológica. También están el FOMO ( Fear of Missing Out) o la vibración fantasma: “La sensación de que el teléfono ha vibrado cuando no es así. Los estudios aseguran que le ocurre a 8 de cada 10 personas”, cuenta Sandra Farrera Sabioncello, especialista en Psicología, directora del Centro Psicología BCN y miembro de Top Doctors. “Nuestra mente consciente sólo puede atender de uno a tres estímulos a la vez, por lo que si estamos centrados en el móvil restamos atención a otras cosas que pueden ser igual o más importantes”, cuenta Juliá Salmerón. ¿Las consecuencias? “En un contexto social, el uso continuado del móvil crea interrupciones y bloqueos en la comunicación que pueden deteriorar las relaciones”, añade. También puede provocar insomnio: “La luz azul de estos dispositivos despista a nuestro cerebro, haciéndole creer que debe someterse a más actividad, alterando los biorritmos, incluso el ritmo cardíaco”, apunta Toñi Leal, wellness personal assistant del Barceló Sancti Petri Spa Resort, uno de los hoteles que se han sumado a la tendencia braincation con un programa de desintoxicación tecnológica. “En el checkin, los usuarios dejan sus móviles hasta el final de su estancia. El programa se completa con terapias como el imass@ge, para relajar manos, muñecas y brazos y evitar contracturas. No se trata de dejar de usar la tecnología como haría un alcohólico con la bebida, sino de hacer un uso razonable sin que ésta controle nuestra vida.”