EL CLAN DE
Les repele, como a los gatos el agua, que les llamen influencers... a pesar de que tanto Álex (@quenomeladenconqueso, 43K) como Cristina (@olocomesolodejasmad, 16,5K) lo son, y de los más queridos en IG. Junto a Rocío y Lucas forman un típico grupo de amigos foodies, algo que comenzó de manera natural. “Creo que hay un punto de inflexión cuando terminas la carrera, en torno a los 25, te apetece hacer otras cosas”, apunta Álex. “Yo siempre fui muy inquieta en temas gastro y cuando vine a Madrid asistí a un boom que sigue activo”, explica Cristina, que asiente también ante el comentario de Lucas. Él es quien plantea el meollo de la cuestión: “Mi relación con la comida es social. Alrededor de una mesa puede ocurrir de todo”. Y es que el motor de esta pasión por los fogones es precisamente esa conexión maravillosa que se crea entre los comensales, esa unión que se sella brindando con un buen vino o en una sobremesa que sirva para arreglar el mundo. “No es una cuestión de dinero, sino de encontrar esos lugares que se coma muy rico, aunque sea por 10 €”, adoctrina Cristina, que apunta: “Yo estoy cansada de sitios monos donde se come mal”.
miseria. Y es que los códigos e intereses de los foodies ( jamás confundir con gourmands, en este caso no es una cuestión de sibaritismo), como los de cualquier comunidad que se precie, son claros e inamovibles, a pesar de que el universo foodie se ha sofisticado y fraccionado dando lugar a sub comunidades como las de nuestros protagonistas, ya especializadas y desarrolladas alrededor de alimentos específicos o filosofías de vida más amplias.
Los 5 pilares y las 2 tendecias. Si bien es cierto que después cada grupo tiene sus propias premisas, también lo es que todos ellos cumplen a raja tabla estos cinco preceptos, recogidos en el estudio Eaters Digest: The Future of Food, realizado a finales de 2016 por la agencia de publidad Havas Worldwide (HWW). La encuesta se apoyó en las experiencias de casi 12 mil mujeres y hombres en 37 mercados alrededor del mundo. Los resultados son muy claros. El primero, la consciencia de que el mundo de la alimentación influye en otros ámbitos que tenemos que tener muy en cuenta: nuestra salud y el impacto medioambiental. El segundo pilar incide en el protagonismo que ha tomado la producción local, hoy incluso por encima de la etiqueta de lo orgánico. Lo que ha dado lugar al desarrollo de la economía de proximidad gracias a apoyar a los pequeños productores. El tercer punto, muy ligado al anterior, es una clara apuesta por los ingredientes naturales en contraposición con una oferta en la que casi todo está producido de manera artificial. En cuarta posición nos encontramos con las RRSS: compartir es vivir y, si llega a Trending Topic, tu objetivo está conseguido. Y por último, y no por ello lo menos importante, pero sí lo más divertido, es que la comida se ha vuelto a convertir en una actividad social, en oposición a la tendencia fast food. Todos ellos factores que han desarrollado las últimas tendencias gastro: la comfort food, comida confortable, evocativa, genuina y honesta. De elaboración casera aunque no necesariamente light, “no comas nada que no reconocería tu abuela”, es su claim; y el clean eating, cuyos enemigos férreos seguro que ya los conoces, los llamados villanos blancos: sal, azúcar y harinas refinadas (los veganos suman la leche a esta lista) y la industrialización.
No son modas NACEN POR LA NECESIDAD DE EXPLORAR Y DISFRUTAR