¡GRACIAS, GIRLS!
La serie de HBO ha captado como nadie la vida de las veinteañeras. En su última temporada, las protagonistas responden a su productora en la entrevista final. Texto: Jessica Pressler. Fotos: Emma Summerton
Una de las cosas asombrosas de las mujeres es la rapidez con que nos adaptamos a los cambios. No importa lo extraños o nuevos que sean para nosotras al principio –vestidos que dejaban asomar los tobillos, el sufragio universal, Lady Gaga– que acabamos absorbiéndolos como gotas en una corriente, hasta que la memoria se desvanece y se unen con ese río que fluye continuamente, como el progreso. Por eso, es un poco difícil recordar que hace cinco años, cuando Girls se estrenó en HBO, el mundo era un lugar diferente. Claro, programas sobre chicas solteras como The Mary Tyler Moore Show y Murphy Brown habían sentado las bases para una Lena Dunham que tenía 25 años. Pero Dunham lo dejó claro en el primer episodio : que ni su personaje, Hannah, ni Jessa ( Jemima Kirke), ni Marnie (Allison Williams), ni Shoshanna ( Zosia Mamet) serían una continuación de Sexo en Nueva York. Cuando Shoshanna le dice a Jessa : “Te pareces a Carrie, pero con pinceladas de Samantha y el pelo de Charlotte”, Jessa le echa una mirada que dice : “No. Este programa será diferente”.
Girls es, obviamente, ficción. Pero se ha comprometido retratando, por lo g eneral, la vida real. Los personajes parecen personas, no actores que pasan cada seg undo del día haciendo ejercicio o tomando el sol. Los apartamentos en los que viven son oscuros y pequeños. Expresan sus miedos cuando hablan sobre trabajo, dinero y amor. El sexo no es un camino de rosas y van al baño con la frecuencia normal. A veces, cuando ves a los personajes en el retrete o sonándose los mocos en la bañera, el espectador puede sentirse incómodo, pero salvan estas situaciones con una broma : “Nadie dice lo duro que es el mundo real”, se queja Shoshanna en la temporada cuatro. “Te equivocas”, dice Marnie. “Es casi todo lo que nos están contando.” Aunque es una comedia, desde el principio Girls, intencionadamente, sacó a más de uno de sus casillas: por sus desnudos, que Dunham ha explicado como su manera de normalizar los cuerpos de mujeres reales; la homosexualidad y temas como el aborto, que se tratan con naturalidad. Por eso, críticos conser vadores comenzaron a arremeter contra el programa casi inmediatamente con un fer vor desmesurado. “Si como el personaje de Dunham sugiere en el primer episodio, ella es la voz de su generación, estamos condenados”, advirtió el National Review en 2013. En retrospectiva parece que quizá sus detractores vieron antes que nadie el impacto que produciría Girls en nuestra cultura. Internet estaba lleno de artículos y entrevistas con sus protagonistas, que abogaban por declararse feministas y animar al resto de mujeres a unirse a ellas. Viajando a Texas con Lena en 2014 para hacer un reportaje, me sorprendió la gran afluencia a las firmas de su libro, Not That Kind of Girl, que realizó junto con Planned Parenthood. Desde entonces, Dunham se ha comprometido en política, convirtiéndose en un activo para la campaña de Hillar y Clinton. Mientras tanto, Kirke abogó por el Center for Reproductive Rights, compartiendo con franqueza su propia historia de aborto. Mamet escribió sobre sus inseg uridades y su lucha con un trastorno alimentario en GLAMOUR. Williams, en su caso, se centró en cerrar la brecha educativa como embajadora de Horizons National. El año pasado, las cuatro mujeres publicaron un comunicado público instando a apoyar a las victimas de acosos sexuales.
Uno puede apostar que Girls no va a salir de rositas en su última temporada, y que su legado seg uirá influyendo mucho tiempo después del final de su emisión. Programas como Broad City, Love y Better Things tienen a Girls en su ADN. Dunham y la productora ejecutiva de Girls, Jenni Konner –nuestra entrevistadora para la ocasión– han creado Lenny Letter para apoyar a otras jó - venes escritoras y narradoras de historias y a una productora, A Casual Romance Productions. Y así, el río del progreso continuará su inexorable flujo hacia delante y no hacia atrás.
“CUANDO FIRMÉ CON HBO CON SÓLO 23 AÑOS, SENTÍ QUE ASUMÍA UN GRAN RETO” Lena Durham
JENNI: Ésta es la idea: cuando dejas un trabajo, hacen algo llamado entrevista de salida, donde te preguntan sobre tu experiencia en esa empresa. De hecho, lo que vais a contestar es un cuestionario real para una corporación real. Y la compañía de la que vamos a hablar es Girls. Hola. Bienvenidas. LENA: Hola, Jennifer. JENNI: Voy a empezar con Jemima. ¿Cuál fue lo más satisfactorio en tu trabajo y lo menos? JEMIMA: De acuerdo, gracias. Lo más y lo menos satisfactorio de mi trabajo fue mi relación con Lena. (Risa) En el buen sentido. Definitivamente nos hizo acercarnos (después de 15 años de amistad) y también nos hizo enfrentarnos. Y, en fin, ya sabes, nuestra relación fue a mejor. JENNI: Todas, tomad ejemplo de Jemima, debéis ser totalmente honestas. (Risa) Bien. ¿Allison? ALLISON: Empecé a interpretar a una persona que luego evolucionó muchísimo, me exigía poner todo de mi parte. ¿La cosa menos satisfactoria ? Siempre quise estar más presente en el programa (risas). Quería ser un mueble en el apartamento de Hannah si era necesario. JENNI: Eso es tan tuyo... eres súper constante. ¿Zosia? ZOSIA: La parte más satisfactoria era interpretar a una persona tan intrínsecamente opuesta a mí en cada átomo de mi ser. Lo desagradable fue que lleg ué a conocer a este ser humano que yo creé. Y la amo. Ahora la echo de menos. JENNI: ¿Lena? LENA: Creo que la parte más satisfactoria fue aprender a colaborar con otras personas. También, convertirme en tu socia, Jenni, dándome cuenta de que tenía una compañera creativa para toda la vida. Además, fue increíble construir mis relaciones con Allison y Zosia, aprendiendo a escuchar cuando tenían una queja o aportación, y no ponerme a la defensiva. O con Jemima, porque siempre me sentí como si estuviera a punto de matarme y tenía que protegerme. Pero todo eso me ayudó a aprender lo satisfactorio de abrirme y entender que los conceptos de los personajes y las ideas de otras personas son tan valiosas como los mías. JENNI: ¿Y lo menos satisfactorio? LENA: A veces me sentía muy sola, porque quería ser parte del grupo, pero existía la circunstancia de tener que mandar a la gente de mi alrededor. Todo lo hemos hecho como un gran equipo, pero en el momento de recibir críticas, sentía que me las iba a comer todas yo. A pesar de que estaba rodeada de amor, hubo momentos en los que me sentí muy sola. JENNI: Sólo voy a decir que ¡la parte más difícil de mi trabajo era tratar de convenceros de no cortaros el pelo o tatuaros más! (Risa). Ahora, de vuelta al cuestionario: ¿qué cambiarías en el trabajo, si pudiérais, ahora mismo? JEMIMA: Uff, pienso que la segunda temporada. JENNI: ¿Una temporada entera? LENA: Ésa fue la temporada en la que dijiste que tenías que salir de tu camerino o me ibas a dar un puñetazo, Jem. JEMIMA: La segunda temporada fue un poco traumática para mí. Creo que para todos. Y sé que yo también fui una tirana. LENA: Creo que es hora de revelar al mundo que tres días antes de la segunda temporada, Jemima trató de dejarlo. (Risa). JEMIMA: Sí. No sabía quién era o qué quería. Realmente no estaba segura de qué diablos estaba haciendo. LENA: Recuerdo que estaba en un taxi y Jemima me llamó y dijo : “Tengo que decirte algo, pero no es un gran problema, no quiero asustarte. Quiero dejar el programa”. (Risa). JENNI: Estamos encantados de que te hayas quedado, Jem. Zosia, ¿qué cambiarías? ZOSIA: Esto es tan difícil... Gran parte de mi trabajo cotidiano fue mi esfuerzo por encontrar a Shoshanna. Sentía mucha ansiedad porque no le llegase a dar el tono correcto. JENNI: Pero tú inventaste su tono. ZOSIA: Fue una sorpresa que ese personaje saliera de mí. Estaba tan obcecada en hacer lo correcto que creo que me perdí parte del placer de, sim-
“JEMIMA ME LLAMÓ Y DIJO: ‘QUIERO DEJAR LA SERIE’” Lena L Durham
plemente, estar ; entrar de l leno en las escenas. JENNI: ¿Allison? ALLISON: ¿Qué cambiaría? Todo el programa era un ejercicio brutal de confianza y falta de control para mí. Y por eso, tres temporadas antes probablemente habría dicho que desearía haber sido un guionista y productor de la serie (risas), para poder controlar algo. Pero ahora sé que me habría conducido al manicomio. No tengo la habilidad que Lena tiene para liberarme de mi propio cuerpo mientras escribo mi personaje. JENNI: Bueno, ¿Lena? ¿Qué cambiarías? LENA: El acuerdo con HBO con sólo 23 años, sentí que tenía tanto que demostrar... Sentí que debía ser la persona que respondía a los correos electrónicos más rápido que nadie. Por mucho que me encantara mi trabajo, realmente me lastimé de alg una manera. Si hubiera tenido la sensación de : “Te mereces ocho horas de sueño, no cuatro ; te mereces apagar tu teléfono en sábado”... no creo que hubiera cambiado el resultado de la serie. El consejo que le daría a cualquier mujer que tiene el síndrome del impostor al comenzar en un trabajo sería : no conseg uirás nada si no te cuidas. Y no puedo esperar a entrar en mi próximo proyecto con la fuerza que me otorga el haber aprendido a valorar mi propio cuerpo y mi salud mental. Jenni está pensando : “Lo creeremos cuando lo veamos”. (Risa). JENNI: Última pregunta, ¿trabajaríais para esta empresa en el futuro? ALLISON: Eso es como si alg uien me pregunta : “¿Volverías a la universidad?” Claro que sí. Porque al final lo haría bien. Así que sí, lo haría todo de nuevo. ZOSIA: Se nos permitió crecer. No sólo como nosotras mismas, sino como personajes. Y si tuviera que hacer esto por el resto de mi vida... moriría siendo una mujer feliz.