ACTIVISMO DE MODA
El feminismo vive una tercera época dorada con movimientos reivindicativos que surgen desde cualquier lugar del planeta. En la pasarela, las grandes firmas se apuntan un tanto y se suben al carro del activismo.
Fue uno de los desfiles más esperados de la pasada edición de la semana de la moda de París. El debut de Maria Grazia Chiuri al frente de la maison Dior l le va implícito una ruptura significativa en la trayectoria de la leg endaria etiqueta francesa . La diseñadora marca un antes y un después al erig irse como la primera fémina a los mandos en los setenta años de historia de la firma . “Es una gran responsabilidad ser la primera mujer que se pone al frente de una casa tan profundamente l ig ada a la feminidad”, decía la hasta entonces directora creativa de Valentino. La ital iana presentó una primera colección que vino a ser una auténtica declaración de intenciones, un debut disfrazado de rotundo aleg ato feminista en forma de hashtag – ella misma decidió tagear cada imagen en las redes sociales con el mensaje #Thewomenbehindmydress– y que además, por si el mensaje no quedaba lo suficientemente claro, se materializó con eslóg anes impresos sobre camisetas blancas de alg odón –todos los indicios apuntan a que se convertirán en uno de los best seller de la temporada–. “We all should be feminists” o“Dior (R) Evolution” eran alg unas de las proclamas con las que la maison daba carpetazo a más de cinco décadas de dominancia masculina y dejaba a un lado el pasado para centrarse en el presente más inmediato.
¿Es el patriarcado algo del siglo pasado?
Cuando este artículo vea la luz, hará exactamente 32 días que Barack Obama ha abandonado definitivamente la Casa Blanca y Donald Trump habrá ocupado su lugar como presidente de la principal potencia económica del mundo. Nunca hasta ahora Estados Unidos había vivido una elección presidencial así de convulsa. El multimillonario empresario ha puesto patas arriba a la sociedad norteamericana que, más dividida que nunca, teme por el f uturo que pueda deparar la l leg ada al poder de un hombre de particulares características. Y es que es precisamente su polémica relación con las mujeres uno de los puntos más criticados del candidato republicano –recordemos que, durante su campaña presidencial, f ue grabado presumiendo con Billy Bush de que “podía agredir sexualmente a las mujeres”, entre otras muchas perlas– que ha levantado
EL DEBUT DE MARIA GRAZIA CHIURI MARCA UN CAMBIO EN LA MAISON
ampollas entre colectivos femeninos, en general, y de moda, en particular, hasta el punto de que la editora de moda del New York Times, Vanessa Friedman, se ha aventurado a comentar que “el triunfo de Trump podría marcar el principio del fin entre la moda y el poder”.
Es sencillo entender el fenómeno cuando, a la vista está , las celebrities ondean la bandera feminista más que nunca y un ejército de famosas está decidida a sacudirle el polvo al fenómeno y devolverlo a la actualidad, invadiendo sus cuentas de Instagram con hashtag s como #Girlslikeus, #BlackgirlsareMagic o #Masculinitysofragile mientras se fotografían con camisetas que rezan mensajes como “Grab my pussy. I dare you”. No han faltado voces en contra del activismo de famosas como Beyoncé, Emma Watson o Lena Dunham –la actriz y escritora ha puesto voz al nuevo mini documental de Planned Parenthood sobre la salud reproductiva de las mujeres narrado por personalidades como Meryl Streep, Amy Schumer o Hari Nef, entre otras– por ser demasiado popular, pero lo cierto es que su gran visibilidad favorece la exportación de sus ideas y el acercamiento a la gente de un fenómeno necesario.
Además, coincidiendo con el primer día del mandato del presidente Trump –el 21 de enero–, un grupo de activistas (compuesto también por caras conocidas femeninas en su mayoría) se concentraron en una protesta masiva en contra de sus planteamientos políticos que atentan contra los derechos de la mujer y, en fin, contra casi todos los colectivos que no sea el de hombres blancos heterosexuales con dinero. El hashtag #Whyimarch ha agrupado en Instagram a miles de personas anónimas, pero también a infinidad de celebridades como la modelo Christy Turlington o la actriz Scarlett Johansson.
La pasarela que cuenta cosas. Lo cierto es que, visto el panorama, esta primavera no existe posibilidad de fallo. Cada diseñador ha subido a la pasarela un elenco de ideas, más o menos subversivas, en forma de eslóganes que aterrizan sin pudor sobre camisetas oversized, maxi jumpsuits o faldas midi emparejadas con camisas de mangas abullonadas. Stella Mccartney, vegetariana convencida que excluye cualquier tipo de piel animal en sus colecciones, ensalza sus pasiones y las sitúa en el epicentro de un ejercicio reivindicativo y luminoso que grita a los cuatro vientos statements como “Thanks girls”, “No fur” o“No leather”. Claro que si lo que uno desea es hacer metamoda, recurre a iconos de la cultura (de moda) contemporánea como Henry Holland –que celebra su décimo aniversario en la industria homenajeando a las camisetas que le hicieron famoso– o Chitose Abe. Henry, maestro del eslogan, ha sabido hacer de su característico tono irónico una suerte de emblema para su firma homónima, House of Holland. “Let’s breed Bella Hadid”, “Give us a toss Karlie Kloss” y“Suck on my toe Phoebe Philo” son algunos de los guiños que el diseñador británico lanza al mundo en general y a su público en particular. Mientras que Abe prefiere hacer su personal interpretación de citas de ídolos musicales como Joe Strummer o Daniel Johnston en su ejercicio para Sacai. A los diseños virales y reivindicativos de Maria Grazia Chiuri y a la acidez de Henry Holland, se suman los mensajes de la diseñadora argentina Vanessa Seward –con frases como “Cada loco con su tema”– y la inspiración poética y oscura de Haider Ackermann con frases que invitan a ser uno mismo.
LOS HASHTAGS FEMINISTAS INVADEN IG COMO NUEVO CAMPO DE LUCHA