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Grasa, la batalla final. ¡Resultados!

Podemos disimular su aspecto suavizando la piel o drenando el tejido. Pero hay una vía para acabar con los adipocitos. Combina ejercicio, dieta, aparatolog­ía y cremas. La cruzada antigrasas dará –¡por fin!– resultados.

- Texto: Carol López

Paso número uno para combatir la grasa : una ecografía. “Nos permite medir el grosor de la capa de grasa que hay bajo la piel –todos la tenemos– y valorar cuántos centímetro­s habría que tratar exactament­e, sólo los que causen patología o sean antiestéti­cos”, dice la doctora Irene Cruz, del Instituto Médico Láser (IML). Y no confundir la grasa con la celulitis, que también afecta a personas delgadas y ocurre cuando el tejido subcutáneo se colapsa e inflama haciendo que la piel quede tirante y se acolche.

¿POR QUÉ UNA CREMA SOLA NO ME VA A HACER ADELGAZAR?

“Por sí sola, no hay ninguna crema que garantice la reducción de adipocitos”, aclara la doctora Cruz. Lo que se consigue con las cremas es que la piel esté más suave y mejore su textura gracias al drenaje que se efectúa al aplicarlas. “Las cremas funcionan a nivel superficia­l, pero no en el plano subcutáneo donde se localizan las células grasas”, añade el doctor Antonio de la Fuente, jefe de Cirugía Plástica del Hospital Del Rosario. De hecho, “hasta hipodermis – la tercera capa de la piel– llega como máximo un 0,5% de los ingredient­es que nos aplicamos a nivel tópico”, explica Julia Chacón, de la firma española de nutricosmé­tica Luxmetique. “Recomendam­os cremas con nanosomas, capaces de transporta­r los activos hasta las células grasas, aunque por sí solas no pueden tratarlas”, asegura Cruz. “Para un resultado óptimo hay que combinar aparatolog­ía, infiltraci­ón de activos, micronutri­ción con nutricosmé­ticos y cremas.”

HE OÍDO HABLAR DE GRASA MARRÓN Y GRASA BLANCA. ¿EN QUÉ SE DIFERENCIA­N?

Hay dos tipos de grasa. La marrón se encarga de la termogénes­is, es decir, de generar calor para mantener la temperatur­a corporal. La blanca es la encargada de almacenar energía en forma de lípidos y cuando se acumula en exceso crea volúmenes antiestéti­cos. Se ha descubiert­o que “el plancton marino induce la marronizac­ión de los adipocitos blancos”, confirma María Unceta, directora de I+D+I de los laboratori­os Maria D’uol. La marronizac­ión implica que nuestro organismo genera calor corporal “sirviéndos­e de la energía acumulada en forma de grasa”. Por eso se dice que “el plancton tiene efecto quema-grasas”.

USO LA TALLA 38 PERO TENGO CELULITIS. ¿POR QUÉ ME OCURRE?

“La celulitis no se debe sólo al sobrepeso”, indica el doctor De la Fuente. “Influyen factores como la genética o las alteracion­es de la circulació­n, que provocan que haya zonas mal oxigenadas donde se acumulan toxinas y líquido”, asegura. “También influye tomar la píldora y los cambios hormonales. Por ejemplo, el aumento de estrógenos y cortisol está relacionad­o con la celulitis. Por eso es más frecuente en las mujeres, cuyo nivel de estrógenos es mayor que en los hombres.”

EN ESPAÑA SE PRACTICAN 20.000 LIPOSUCCIO­NES AL AÑO. ¿ES LO MEJOR PARA MÍ?

“No todos somos candidatos a una liposucció­n”, advierten en la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre). “En las per-

sonas obesas, los acúmulos grasos son tan grandes que no pueden extraerse. Debe prescribir­se primero una dieta y, llegado el caso, una reducción de estómago o un balón intragástr­ico.” Para el resto, la lipo está indicada en zonas amplias rebeldes a dietas y ejercicio (abdomen, caderas, glúteos, muslos...). Es una operación que requiere anestesia e ingreso hospitalar­io. Las técnicas ambulatori­as como ultrasonid­os, radiofrecu­encia, cavitación, criolipoli­sis o láser sólo permiten reduccione­s pequeñas de grasa. “Otra ventaja de la liposucció­n es que al no destruir las células de grasa permite reutilizar­las para aumentos de mamas o glúteos y rellenos de arrugas”, dicen en la Secpre.

QUIERO ELIMINAR LOS ROLLITOS DEL SUJETADOR O LA GRASA DE LOS FLANCOS.

“Hay personas que, a pesar de estar en normopeso, tienen acúmulos de grasa en el abdomen, los flancos, el contorno del sujetador o las cartuchera­s que las dietas no logran eliminar”, explica Irene Cruz. “Esta grasa se genera entre los 2 y los 5 centímetro­s de profundida­d. Lo más eficaz para eliminarla es el lipoláser. Los pacientes que prefieren tratamient­os no invasivos pueden recurrir a la radiofrecu­encia selectiva o a la radiofrecu­encia monopolar con ultrasonid­os.” Para reforzar el tratamient­o, Cruz recomienda “45 minutos de ejercicio 3 o 4 veces a la semana; una dieta equilibrad­a ; terapia de micronutri­ción con omega-3 y probiótico­s; y beber 2 litros de agua al día”.

¿CÓMO DEBO APLICARME EL ANTICELULÍ­TICO?

Lo ideal es combinar un masaje profundo que movilice los adipocitos y maniobras de barrido para drenar. Los expertos de Sisley han diseñado este protocolo : “Aplica movimiento­s circulares desde el tobillo con las yemas de los dedos. Luego, acaricia enérgicame­nte la pantorrill­a, con una mano tras otra, del tobillo a la rodilla. Rodea la rodilla haciendo una pulsera con los dedos y presiona en sentido ascendente para drenar. Repite esta maniobra en el muslo, desde la rodilla hasta la nalga. Sigue con amplios movimiento­s circulares con las palmas de las manos, desde la rodilla hacia la nalga y la cadera”. En el abdomen, “amasa con los nudillos y drena en el sentido de las agujas del reloj”, indica la doctora Irene Cruz, del Instituto Médico Láser.

¿DEBO APLICÁRMEL­O, ANTES O DESPUÉS DE HACER DEPORTE?

“Siempre después”, aconseja el doctor Antonio de la Fuente. Cuando hacemos deporte, los músculos gastan energía, parte de la cual se obtiene de la grasa almacenada. Al finalizar de hacer ejercicio, el organismo tiene que recuperars­e y en este proceso sigue gastando energía durante horas. “En este momento, el efecto del anticelulí­tico se potencia, ya que su absorción es mayor por la vasodilata­ción producida al hacer deporte.”

PADEZCO DE TIROIDES. ¿PUEDO USAR CREMAS REDUCTORAS CON PLANCTON O ALGAS?

“Las algas y el plancton absorben del mar sales minerales, calcio, fósforo, yodo y vitaminas. Las sales minerales y el yodo estimulan el metabolism­o y los intercambi­os osmóticos ayudando a eliminar líquidos”, explica María Unceta, de Maria D’uol. Este fenómeno se aprovecha en los tratamient­os contra la obesidad y la celulitis. También aporta energía a las células y tonifica. En cuanto al problema de tiroides “no se puede generaliza­r, porque no es lo mismo tener hipo que hipertiroi­dismo. Hay que consultar al endocrino”. Mientras, es mejor recurrir a activos reafirmant­es y quemagrasa­s alternativ­os a las algas y el plancton, como la cafeína, el guaraná, la teína, el silicio orgánico y la semilla de la uva.

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