Glamour (Spain)

LA ARTISTA ENAMORADA DE CAMARÓN

CON DOS EXPOSICION­ES ABIERTAS, LITA CABELLUT, LA ARTISTA ESPAÑOLA MÁS COTIZADA, DEJA DE SER UNA REFERENCIA SÓLO PARA EXPERTOS. A TRAVES DE LOS GRANDES RETRATOS QUE CARACTERIZ­AN SU OBRA, MUESTRA SU PASIÓN POR LA BELLEZA Y POR EL SER HUMANO, QUE SON LOS EJE

- Por Alicia Parro. Fotografía: Adriá Cañameras. Estilista: Loreto Quintanill­a

Soy lija por fuera y terciopelo por dentro”, dice Lita Cabellut sobre sí misma, y lo hace mirándote con unos ojos que traspasan. Su obra, grandísimo­s retratos que combinan hasta doce capas de pintura y distintas técnicas, es pura expresión e impresiona. Pero conocerla en persona es una experienci­a arrollador­a. Nos citamos en el Ayuntamien­to de Madrid, que exhibe en una de sus salas sus lienzos de Camarón, aprovechan­do la entrega de premios del Centro Cultural Gitano que la distinguió a ella misma hace cinco años. “Es una cultura que admiro. Charlie Chaplin, Leonardo Dicaprio, Jimmy Hendrix, la Madre Teresa… eran gitanos. Es un pueblo que ha sido siempre muy castigado, con tanto talento y con tanta fuerza de superación. Esto es lo que segurament­e mi cuerpo ha heredado. Esa tradición de continuar a pesar de...”, se emociona hablando. ALICIA: En agosto, has participad­o con La Fura dels Baus en una ópera. Ahora expones Retrospect­ive en la Fundació Vila Casas y en octubre llevas Testimonio al MAC de La Coruña. ¿Por fin ha llegado ese beso que echabas en falta de España? LITA: Me han dado ya muchos besos. Lo que es tan bonito es que el beso de repente se hace materia. Como un escultor cuando tiene una escultura en la cabeza, ve el yeso o el trozo de már- mol que tiene que esculpir y, de repente, surge una figura. Y esto está sucediendo con la exposición retrospect­iva en Barcelona, con cien obras. Después, con la de La Coruña, para mí la más completa, con mis instalacio­nes, mi fotografía, mi vídeo-arte, mi pintura... Voy a llevar mi estudio hasta allí. ALICIA: ¿Hay una Lita artista y una Lita mujer? LITA: Es imposible separarlas. El ser artista, para mí, no es un oficio, se ha convertido en un estado de vivir. El ser artista es cómo respiro, es cómo ando, es cómo vivo, es cómo quiero, es cómo amo, es cómo sufro… eso es ser artista para mí. Y que todo ese movimiento que define a Lita se traduzca en un lenguaje de colores y formas, el mundo lo llama arte, pero yo lo veo como algo más normal, como yo misma. Cuando hablan de “un artista tan importante” a mí me molestan estas categorías porque el arte está muy lejos de la publicidad, “esto es bueno y esto es malo”, la mejor vendedora…

Lita es la artista española más cotizada por Art Prize, la base de datos más importante del mercado del arte. En 2015, la situaba en el número 333 de un total de 500, un puesto que enseg uida atrajo la atención mediática hacia esta española afincada en La Haya desde hace casi cuarenta años. ALICIA: Pero esta distinción te da una visibilida­d indiscutib­le. LITA: Me da visibilida­d, pero molesta.

“QUIERO HABLAR DEL AMOR Y DE LA TOLERANCIA AL MUNDO”

Molesta porque está muy lejos de lo que es Lita, de lo que es el arte. Para mí, el reconocimi­ento está en hacer mi trabajo bien hecho y que alg uien lo compre y le conmueva, ésos son mis grandes triunfos. En mi caso, ser reconocido como artista ha sido un camino muy duro, pero no es mejor artista porque venda más. Segurament­e hay artistas que nos pondrían la piel de gallina y nos harían llorar, y no sabemos dónde están pero están ahí. Los artistas que no vemos también nos influyen. Son parte de la colectivid­ad del ser humano.

Lita nació en Sariñena, Huesca, en un hogar humilde del que escapó. En Barcelona, fue rescatada del orfanato a los 12 años por una familia que le enseñó a leer y le permitió descubrir su vocación. Sucedió al contemplar Las tres gracias de Rubens en el Prado y en ese instante comunicó a sus padres, tajante, que quería ser artista. Con 19 años, llegó a La Haya, sola, sin permitir que ninguna barrera la detuviera desde entonces. Hoy, sus cuadros se han expuesto en las principale­s ciudades del mundo y alcanzan los 115.000 euros. ALICIA: Los retratos son parte fundamenta­l de tu obra, normalment­e en gran formato, ¿por qué? LITA: Siempre. Mi gran amor es el ser humano. También hago instalacio­nes de flores, pero siempre las pongo una situación humana. ALICIA: Frida Kahlo, Coco Chanel, Chaplin, Camarón... ¿Por qué te atraen los grandes personajes?

LITA: Porque encuentro que son ejemplares y siento que hay que acariciarl­os. Otras veces, quiero recordarle­s para no olvidar lo difícil que es mantener la paz y la seguridad. En realidad, son semáforos de cosas que me enriquecen y que me preocupan. ALICIA: ¿Qué quieres transmitir con tu arte?

LITA: Amor, tolerancia, comprensió­n. Sobre todo tolerancia, en un mundo en el que estamos muy asustados. El arte es comunicaci­ón y la comunicaci­ón es empatía. Empatía y comunicaci­ón llegan a una palabra, amor. Solamente podemos amar cuando somos tolerantes, pero para eso necesitamo­s la informació­n, porque la ignorancia es muy bruta y peligrosa. La ignorancia no es algo que debemos entender como “el que no sabe no daña”, porque el que no sabe hace mucho daño. El viento de la ignorancia y el fuego de la política pueden hacer grandes incendios. El deber de los artistas y de la gente como tú es dar un mensaje de tolerancia, que hoy más que nunca pasa por la cultura, y el hecho de que hoy no existan fronteras. La frontera existe en nuestra ética. En vez de fronteras visuales, las hemos convertido en fronteras intelectua­les y emocionale­s. ALICIA: ¿De verdad crees que antes éramos más tolerantes? LITA: Nos hemos olvidado de algo muy importante. Todos nosotros hemos sido emigrantes y todos nosotros hemos sido refugiados. En la tierra siempre ha habido desplazami­entos en momentos críticos, y cómo es que ahora con toda la tecnología, con toda la capacidad… ¡cómo podemos ser tan bestias! ALICIA: ¿Por qué nos hemos vuelto más conservado­res y menos abiertos cuando la tecnología, en principio, te lleva a lo contrario?

LITA: Porque nos hemos olvidado de la ética. La filosofía está muda desde hace un buen tiempo. ¿Qué hemos hecho de algo tan vital como el arte, la filosofía, la educación o la creativida­d? Porque la creativida­d nos enseña a romper moldes. Estamos perdiendo el traje de la humanidad. ALICIA: Eres una persona que a los doce años aprendió a leer. Hasta ese momento, no te había ayudado nadie, salía de ti. Pero habrá niños que no tengan esa capacidad de lucha.

LITA: Y hay que ayudarles. Educar a gente que ha sufrido malos tratos, que no ha tenido buena educación, que no ha tenido un hogar, que no sabe la base de la ética y cómo nos comunicamo­s en la sociedad… ¿Cómo vamos a esperar que estos niños den esos grandes pasos? Es muy complicado. ALICIA: Tuviste una infancia difícil, ¿ha afectado en la educación de tus hijos?

LITA: Tengo cuatro hijos y dos son artistas. Uno de ellos me decía ayer : “Mamá, nos has criado con muchísima l ibertad y eso es una gran responsabi­lidad”. Sí, porque no he querido privarles de alg o que yo he tenido la gran fortuna de conocer, que es responsabi­lizarme de mi propia existencia . Para mí, es fácil decidir si alg o me g usta o si lo quiero, porque lo aprendí de pequeñita . Es un don y es una suerte, por eso dig o que los niños de la calle también somos héroes, porque aprendemos desde pequeños a hacernos carg o de nuestra vida . Vivimos o morimos, c omemos o no c omemos. ALICIA: Y todos deberíamos tener esa actitud... LITA: Sí, habría que enseñarles desde muy pequeños,

“PINTO RETRATOS PORQUE MI GRAN AMOR ES EL SER HUMANO”

dándoles confianza. Mi hijo mayor a los dieciséis años me dijo que quería dejar la escuela porque era algo que no le hacía bien, y le dije : “Creo en ti, si no creo lo que me estás diciendo estoy perdiendo contigo lo más importante”. Le apoyé y hoy me ha demostrado que fue la mejor decisión. Al contrario, el pequeño me dijo que quería estudiar en una escuela privada y hoy está en Oxford con las mejores notas. En mi familia se puede todo. Hoy en día, mis dos hijos están en la misma mesa sentados y se respetan, no usan los conocimien­tos para ser mejor o peor sino para hacerse mejores personas. Esto es muy importante. ALICIA: Da la impresión de que puedes con todo. ¿Cómo ha sido trabajar para Le Siège de Corinthe con La Fura dels Baus? LITA: Me ha gustado mucho trabajar para esta ópera, donde he desarrolla­do la escenograf­ía, el vestua- rio y la parte de vídeo. Soy una gran admiradora de la moda, me enloquece. La moda nos dice en qué estado estamos históricam­ente. Ahora está en plena revolución, hay un caos y esto es muy interesant­e. Está mucho más filosófica, más conceptual y se está agarrando a los artistas de una manera bestial. La moda se está convirtien­do en una forma de arte. Esto es interesant­e, quiere decir que la gente necesita esto, se quiere disfrazar, volar con otros mundos. ALICIA: ¿Cómo buscas la inspiració­n? LITA: Hago mucho estudio. Mis viajes son siempre relámpago porque me desconcent­ran muchísimo. ALICIA: ¿Todo lo llevas dentro? LITA: No, siempre digo que todo el mundo está en mi pequeña casa. La naturaleza también es muy importante, las formas, los colores, el silencio. La contradicc­ión que hay entre esos colores tremendos

de las flores. Cojo esas flores y me las llevo al estudio. ALICIA: ¿Qué relación tienes con tu equipo? LITA: Es maravillos­o. Primero han sido amigos. Los selecciono, me los encuentro. Siempre digo que la vida me los regala. Por ejemplo, mi mano derecha en este momento tiene veintidós años. Yo estaba haciendo obras en mi casa, él era aprendiz de electricis­ta y le fiché. Un chico tan sensible... y pensé que si se hacía electricis­ta iba a ser un desgraciad­o porque nadie iba a entender su sensibilid­ad. Ahora es él quien que me ayuda, sin él me es casi imposible trabajar. ALICIA: ¿Hay discusión o hay más diálogo?

LITA: Yo soy la jefa . Soy muy obsesiva en lo que quiero, tengo muy claro lo que quiero y hay veces que me tienen que seg uir a ciegas. Las discusione­s vienen ahí, pero ellos tienen que hacer lo que les digo porque es muy difícil para mí sacar lo que tengo en la cabeza en palabras. ¡Todos para allá ! Cuando lo digo y estoy tan convencida, se fían. La persona que lleva todos los contratos, la conozco hace treinta años. Son parte de mí, son parte de la familia, porque mi vida no es mi trabajo, mi trabajo y mi vida son un todo, es imposible de separar.

ALICIA: ¿Recuerdas el comienzo de esa familia? Llegaste a Holanda con una beca de la Gerrit Rietveld Academie y nada más.

LITA: Los primeros años en La Haya fueron muy duros, me fui sola, sin hablar inglés. Era muy cabezota, pero esto siempre será mi virtud y mi desgracia. Fui a esta ciudad porque había oído que la Academia de Arte era la mejor del mundo. Quería estar cerca de los maestros, de los flamencos... Allí estaba todo mi universo. ALICIA: ¿Echaste de menos el amor humano?

LITA: Mucho, pero estaba tan enamorada del arte y tan en éxtasis por descubrir el mundo, que me centré en las cosas que quería hacer. Mi primera impresión en La Haya fue sentir una sensación de paz, de que iba a iniciar mi mundo elegido por mí. Era la primera vez que tenía opción de elegir ¿quién es Lita? ¿Cómo es Lita? Me sentía muy libre y con un amplio abanico de posibilida­des de aprender. Aquello era tan emocionant­e. Cuando has querido aprender y no has tenido la posibilida­d, cuando has querido formarte y no has podido… Cuando mi hijo me dijo que no quería ir a la escuela, yo pensaba : “Es curioso cuando es algo que yo deseaba tanto...”. ALICIA: Pensando en personas corrientes, ¿te interesa hacer obra más accesible? LITA: Sí, voy a hacer obra gráfica más accesible, de más

fácil acceso a la gente, a través de la página web y de las galerías. Ahora en mi retrospect­iva en La Coruña está todo lo que soy...

ALICIA: ¿Ha habido algún personaje vivo que te haya llegado especialme­nte?

LITA: Muchos modelos, g ente sin nombre que me ha l leg ado muy hondo. Uno de los personajes que más recuerdo es el de un payaso, que en realidad era un señor que vendía frutas en el mercado. En el momento que se disfrazó de payaso, del payaso que yo quería pintar de él, los dos acabamos l lo - rando juntos. Fue tan bonito... Siempre tengo una conexión muy f uerte con mis modelos porque si no, no p odría pintarlos a sí. ALICIA: Parece que la lucha más importante del ser humano es llegar a mostrarse como es. El hombre había encontrado que era un payaso... LITA: Exacto. ALICIA: Tú ya has encontrado lo que eres… LITA: Sí, pero el proceso es mucho más importante. ALICIA: ¿Has tenido que sacrificar cosas?

LITA: Muchas cosas. Para defender tu arte hay que emplear mucha pasión y dedicarle muchas horas de labor. Para cada sí, he tenido que decir cincuenta noes. Pero esos síes me han valido mucho la pena. ALICIA: ¿Tienes en La Haya algún pedacito de España? La comida, la música… LITA: Camarón esta siempre. Mis patios, mis flores… Yo soy muy española, mi casa es muy española.

“LA MODA SE ESTÁ CONVIRTIEN­DO EN UNA FORMA DE ARTE”

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