Glamour (Spain)

Miss SUNSHINE

La nueva belleza es una proclama, un acto de rebelión, un reflejo de lo que eres... Hablamos con Elle Fanning sobre el triunfo de la diversidad que, por fin, nos está conquistan­do. Texto: Ying Chu. Fotos: Olivia Malone

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c uarenta y cinco. Es el número de películas que Elle Fanning (Georgia, Estados Unidos, 1998), lleva a sus espaldas. Parece imposible hasta que las cuentas. La hemos visto crecer en la pantalla bajo el cartel de Hollywood. Literalmen­te. Con tres años, en su versión más infantil, interpreta­ndo a la hermana menor de Dakota en I Am Sam. Como una adolescent­e de ensueño en Somewhere, de Sofia Coppola. Y ha estrenado 2018 con las mejores críticas gracias a I Think We’re Alone Now, una historia de amor postapocal­íptica de la directora Reed Morano. Fanning confiesa que nunca se ha sentido juzgada por su apariencia en la industria, que ha aceptado siempre sus divertidos looks de maquillaje –y que son parte del mérito por el que L’oréal Paris la nombró Rostro del Año en 2017– y su peculiar forma de vestir. Fueron sus compañeros del colegio quienes le hicieron sentir que debía ser de una determinad­a forma. Pero Elle tiene mucho que decirle al mundo sobre la belleza y sobre sentirte bien contigo misma. GLAMOUR: En abril apareces junto a Camila Cabello y Aja Naomi King en la portada de Glamour USA, en un número dedicado a la belleza. Es tu primera portada de Glamour. ¿Qué significa para ti haber protagoniz­ado este número tan especial? ELLE: La belleza no es solo lo que se ve desde fuera. Yo no siempre me he sentido segura de mí misma. Fui educada en casa hasta el tercer curso. En Primaria comencé a ir al colegio, era la primera vez que estaba en clase con chicos de mi edad y me sentía un poco fuera de lugar. Mi pelo es rizado y yo me lo alisaba. Un chico se me acercó en el recreo y me dijo: “Eres muy guapa. ¡Me voy a casar contigo!”. Al día siguiente no me alisé el pelo y me puse mis gafas –porque veo fatal–. Entonces el chico vino a mi lado y me dijo: “Ya no voy a casarme contigo”. Me quedé... ¿Qué? ¿Ayer era todo por la apariencia física? Me rompió el corazón. GLAMOUR: Incluso un chico de nueve años pensaba que el pelo liso es lo bonito. Es traumático. ELLE: Pienso en la película Princesa por sorpresa, que me encanta, por cierto. La chica lleva gafas y el pelo rizado, y luego se las quita y piensas: “Guau, ¡es guapísima!”. GLAMOUR: ¿Cómo crees que se pueden superar los estereotip­os tradiciona­les de belleza? ELLE: Creo que habría que empezar por lo que se publica. El retoque no es atractivo.

“La BELLEZA no es solamente lo que se ve desde fuera”

Las imperfecci­ones son bellas. A mí personalme­nte me gusta dar una imagen divertida de mí misma, no seria. GLAMOUR: Has crecido rodeada de muchas mujeres: tu madre, tu abuela, tu hermana... ¿ Hay algún vínculo relativo a la belleza que todas compartáis? ELLE: Mi madre siempre ha sido muy natural. Pero mi abuela no podía salir de casa sin maquillars­e, se maquillaba un montón. Es rubia y de ojos azules; me parezco mucho a ella. Siempre lleva los labios pintados y perfilados en color melocotón. Se sintió realmente feliz cuando le conté que había sido nombrada Rostro del Año por L’oréal, se volvió loca. Le enviaron una bolsa llena de barras de labios, fue genial. GLAMOUR: Formas parte del star system de Hollywood desde muy joven. ¿ Alguna vez te has sentido presionada por tener que parecer de una cierta manera? ELLE: Sentí más presión en el colegio. Siempre me ha parecido que las alfombras rojas de la industria del cine son un sitio donde escapar y poder llevar ropa divertida, como unos pantalones Rodarte con volantes en vez de vaqueros ajustados y los vestidos serios que las chicas se ponen para las graduacion­es. En el trabajo debería haber más gente mayor que pensara, “¡ropa divertida, qué guay!”. GLAMOUR: ¿Te has sentido alguna vez sexualizad­a a una edad demasiado temprana? ELLE: No, siempre he estado rodeada de gente muy buena y profesiona­l que se ha preocupado por que eso no ocurriera. Han sido incluso sobreprote­ctores. Yo di mi primer beso en la pantalla en la película Ginger&rosa. Tenía 13 años e intentaba ocultar que era mi primer beso, pero el director lo sabía. Así que cogió un archivador gigante de chicos del casting y me dio a elegir al que yo quisiera. Fue solo una escena, su nombre era Max. Y yo lo elegí. GLAMOUR: Estamos viviendo un momento de empoderami­ento femenino en Hollywood, con conversaci­ones abiertas sobre sexismo y desigualda­d. ¿ Puedes hablarnos de tu experienci­a con mujeres directoras como Sofia Coppola y Reed Morano? ELLE: Reed es una de mis personas favoritas del mundo. Me siento muy segura con ella detrás de las cámaras. Somos como camaradas y nos entendemos la una a la otra. En el rodaje de Somewhere con Sofia yo tenía solo 12 años. Fue muy especial ver cómo una mujer conseguía llevar a cabo una gran película, ver que era posible, merece todo mi respeto. A mí también me encantaría dirigir algún día. Las mujeres tenemos muchas historias que contar. ¿ Por qué durante tanto tiempo ha sido tan difícil que lo hiciéramos? Creo que las mujeres no hemos hecho más que empezar. GLAMOUR: En el evento Mujeres de Éxito celebrado por L’oréal conociste a Valerie Weisler, la fundadora de la organizaci­ón contra el acoso escolar The Validation Protect, y tiene tan solo 19 años. ¿Te impactó su mensaje? ELLE: Después de haber sufrido bullying, y a partir de su propia experienci­a, Valerie ha ayudado a 6.000 adolescent­es que han padecido acoso en el colegio. Somos de la misma edad y me parece realmente inspirador cómo ha logrado darle la vuelta a su problema y convertirl­o en algo tan positivo. Valerie ha hecho que me replantee qué es lo que yo podría ofrecer a la sociedad. Eso es empoderami­ento.

“Las mujeres tenemos muchas historias que contar. ¿ Por qué no hemos podido hacerlo ANTES?”

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