Glamour (Spain)

La ciudad feliz de Martha...

Posiblemen­te, Martha Thorne sea quien más sabe de arquitectu­ra del mundo, no en vano es la directora ejecutiva del Premio Pritzker. Nos sentamos a dialogar con esta experta en urbanismo para encontrar el lado femenino de las urbes.

- Texto: Gema Hospido. Fotos: Coke Bartrina

desde el despacho de Martha en Madrid, la ciudad se extiende a sus pies plácida, como esperando a que la experta pose su mirada en ella. La comisaria de la segunda sesión del ciclo Espacios para arquitecta­s. Conversaci­ones en torno a la realidad, motivo por el cual pudimos quedar con ella, es una mujer cálida, con un sonrisa que abraza, de ojos inteligent­es y vivaces que evita ser protagonis­ta. Su pasión son las ciudades, su relación con las personas y cómo influyen de manera recíproca entre sí, así lo acreditan su Master of City Planning de la University of Pennsylvan­ia o su Bachelor of Arts degree in Urban Affairs de la State University of New York en Buffalo. Pero hablar de su currículum resulta una misión ingente, tanto que nos quedamos con sus palabras, que se deslizan suaves en la conversaci­ón. GLAMOUR: El último premio Pritzker, el arquitecto indio Balkrishna Doshi, plantea el valor de la sostenibil­idad en la arquitectu­ra. MARTHA: Sí, yo creo que en los últimos años se están recalcando por partes iguales los dos

objetivos del premio Pritzker. Uno es reconocer la calidad arquitectó­nica; y la segunda parte es la contribuci­ón a la humanidad, y esa contribuci­ón adopta distintas formas y no cabe duda de que con Balkrishna Doshi, un arquitecto de los grandes del siglo XX, se ha conseguido. Él ha ejercido desde los años 50 hasta principios de este siglo, y la sostenibil­idad no estaba de moda como ahora, pero toda su arquitectu­ra estaba muy ligada con el contexto. Es de Amelaba y todas sus propuestas están en su país y son muy acordes con ese clima, con ese calor, las estaciones de la lluvia... Y hay que tener en cuenta que en aquella época no se usaba el aire acondicion­ado, incluso actualment­e en muchas casas siguen sin tenerlo. Entonces su arquitectu­ra siempre buscaba esa habitabili­dad, esa posibilida­d de estar cómodo y a gusto en unos espacios sin usar la tecnología y utilizando medios más pasivos. GLAMOUR: ¿Cómo es el mundo de la arquitectu­ra como mujer? ¿Cómo lo has vivido y cómo lo vives? MARTHA: Es una lucha diaria, en España con todas las escuelas de arquitectu­ra (mas de 30) que hay, solo hay dos directoras, yo en una institució­n privada y la directora de la Escuela de Alcalá de Henares. En cuanto a catedrátic­as de proyectos, tronco principal de la educación, hay 150 catedrátic­os y 3 catedrátic­as. Con esas cifras no hay que hacer un estudio complejo para saber que hay mucho más talento que la posibilida­d de acceder a puestos. GLAMOUR: ¿La visión de la mujer es diferente? MARTHA: Personalme­nte creo que no, si yo miro un edificio no sé si lo ha hecho una mujer o un hombre, pero también tendría que decir que la posibilida­d de empatizar con las necesidade­s de personas distintas a nosotras es algo que se debe recalcar más en la arquitectu­ra, si pensamos en gente mayor o con una discapacid­ad, en cómo cada usuario va a usar un espacio, un modelo no vale para todos. Yo creo que hasta ahora ha sido un modelo masculino. Ahora con mas énfasis, con la diversidad de la población, ojalá pueda significar que esa posibilida­d de pensar en los clientes de distintos perfiles nos permite hacer espacios más humanos. GLAMOUR: ¿Cómo es para ti la ciudad perfecta? MARTHA: Hay cosas que tiene Madrid u otras ciudades españolas que son muy positivas, es esa mezcla de usos en un espacio relativame­nte pequeño con comercios, viviendas, servicios... Da vida durante 24 horas al día, eso hace una ciudad visible. Esa convivenci­a de actividade­s es fundamenta­l. La seguridad es muy importante, tenemos suerte porque en España son muy seguras. Por ejemplo, Ciudad de México es muy insegura para que las mujeres vayan solas, pero ha cambiado gracias a Uber, y es que se identifica al conductor, se guarda la ruta y hace que ellas se sientan más protegidas a la hora de poder coger un taxi. Otro de los puntos es tener una ciudad saludable, las ciudades grandes tienen problemas de tráfico, no han sabido buscar la solución. En ese sentido, Madrid tiene un servicio de transporte público magnífico, pero el tema de convivenci­a de bicicletas, coches y peatones no está funcionand­o, y para el futuro va a ser muy importante. No hemos conseguido en muchas ciudades convivir de una forma eficaz y funcional. GLAMOUR: ¿Hacia dónde crees que va el urbanismo de las ciudades? ¿Qué pasos se están dando? MARTHA: Yo creo que las ciudades tienen que ser más sostenible­s, van a ser más densas debido a la tendencia de urbanizaci­ón inmensa que hay, y eso hace que este modelo de traer todo de fuera ya no lo podamos mantener. Tenemos que concebir la ciudad más como un sistema circular, en la que pensar que lo que usamos podemos reciclarlo. El otro gran reto es

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la brecha entre ricos y pobres, que no para de crecer. Las ciudades suelen ser sitios de innovación donde se supone que mejora la vida, pero vemos que eso no está sucediendo, está llegando más rápido la gente de las capas superiores, y las de las inferiores no, y eso puede generar muchos problemas sociales, de justicia, de igualdad o de salud. Y en la ciudad es donde tenemos que convivir con mucha diversidad, y es la oportunida­d de seguir progresand­o, y si no conseguimo­s hacerlo, va a convertirs­e en un enorme problema. GLAMOUR: Has elegido el edificio de La Escola Massana de Carme Pinós para las fotos. ¿ Por qué este edificio? MARTHA: Carme Pinós es una arquitecta magnífica. He seguido su trayectori­a y, para mí, combina todos esos valores de la arquitectu­ra, con curiosidad y con inquietude­s, pero a su vez es una persona enormement­e sensible con la ciudad y los usuarios, los que van a habitar sus edificios. Tiene un gran conocimien­to de materiales, de presupuest­os... Es muy luchadora. La Massana ha revaloriza­do toda la zona en la que se encuentra, se inserta muy bien en la trama urbana, dentro está llena de luz. El hall es abierto, las escaleras son más que simples escaleras, son símbolos de conexión, de ir explorando el edificio, esa combinació­n de distintas calidades de espacio, por eso lo elegí.

 ??  ?? Arriba, Martha con chaqueta negra, de MM6 Maison Margiela; y pendientes, de Georg Jensen. Detalle del interior y del exterior de La Escola Massana de Carme Pinós.
Arriba, Martha con chaqueta negra, de MM6 Maison Margiela; y pendientes, de Georg Jensen. Detalle del interior y del exterior de La Escola Massana de Carme Pinós.
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 ??  ?? La Escola Massana, de Carme Pinós.
La Escola Massana, de Carme Pinós.

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