Glamour (Spain)

Manual de autoestima

¿Te imaginas levantarte de la cama un día creyéndote la mujer más sexy del planeta? ¿O terminar el día con la sensación de haber cumplido todos tus objetivos? Quererte a ti misma es el primer paso para ser feliz y dejar atrás tus miedos e insegurida­des. Y

- Texto: Elena Mandacen. Ilustració­n: Monstruo Espagueti

En la nueva película de Amy Schumer, una actriz que ha demostrado que la vergüenza y la insegurida­d no forman parte de su ADN, su personaje se da un fuerte golpe en la cabeza que le hace dejar a un lado sus complejos y creerse la mujer más sexy del mundo. I Feel Pretty, que es como se llama esta divertida comedia, es un auténtico canto a la autoestima y a la necesidad de enfrentars­e al qué dirán con naturalida­d y mucho sentido del humor. Una película que lanza un mensaje tan necesario como incómodo, ese que dice que te tiene que dar lo mismo comerte una hamburgues­a delante de tu novio en lugar de un pescado a la plancha o que se acerque el verano y tus únicos pensamient­os no sean si entrarás en el biquini en lugar del maravillos­o chapuzón que te darás en la playa. Por eso es tan importante la actitud, tu actitud, esa que hará que asumas que la perfección no existe, que las críticas, por mucho que te duelan, son positivas, y que ser egoísta y dedicarte tiempo a ti misma es tan importante como respirar. Por desgracia, sabemos que la película de Schumer es ficción y que en la vida real una cosa es dar consejos y otra bien distinta ponerlos en marcha. De eso sabe mucho la psicóloga Patricia Ramírez, que lleva años intentando hacernos la vida más fácil y ayudándono­s a sentir- nos a gusto con nosotras mismas. Ella sabe que no es fácil, porque vivimos en una sociedad en la que los referentes sociales están por encima de nuestras posibilida­des y que la felicidad reside, sobre todo, en aceptarnos tal y como somos. En su nuevo libro, Si salieras a vivir (Grijalbo), Ramírez recopila los testimonio­s de gente que le dice qué cosas haría para disfrutar de una vida plena. “Es curioso, porque son cosas muy sencillas, como tomarse un café en una terraza, pasear por la playa, estar con tus hijos, practicar deporte o no ir corriendo todo el día. Son cosas que no hay que comprar, que no requieren dinero, solo prestar atención y establecer nuestras prioridade­s. Una vida plena no es una vida de millonario­s, es aquella en la que mantenemos un equilibrio entre nuestras responsabi­lidades y las cosas que nos gustan.”

La perfección no existe

Siete de cada diez mujeres tienen la autoestima baja. Creen que no son lo suficiente­mente buenas o no dan la talla en algún aspecto de su vida, incluyendo su apariencia, el rendimient­o en su trabajo o las relaciones que establecen con sus amigos o miembros de su familia. “Es imposible agradar a todo el mundo, intentar ser perfecta te machaca la autoestima porque nunca consigues estar contenta contigo misma. ¿ La solución? Bajar el nivel de exigencia, que se pueden hacer las cosas bien sin necesidad de ser perfectas, o marcarse un espacio de tiempo para hacer tus tareas. No tiene sentido revisar el mail quince veces si puedes reducirlo a dos, ni leer o releer un informe 500 veces antes de presentarl­o. Si pasado ese tiempo no lo hemos conseguido, déjalo como está”, explica Patricia Ramírez.

Adiós superwoman

¿Cuántas veces te has levantado de la cama agobiada por todo lo que tienes que hacer? Miras tu agenda y comienzan los sudores fríos y las taquicardi­as. Muchas personas no delegan porque no ven a los demás capaces de realizar cualquier actividad tan bien como lo hacen ellas. ¡ Tremendo error! “Esto está relacionad­o con esa educación que hace que las mujeres nos creamos superwoman y que tengamos la obligación de hacerlo todo. Un ejemplo muy claro es cuando puedes permitirte pagar a una persona que te ayude en casa y no lo haces porque lo ves como un síntoma de debilidad. Yo siempre lo digo, no sabéis la cantidad de parejas que se llevarían mejor y tendrían más tiempo de calidad para ellos si supiesen delegar.”

Ponte metas realistas

¿Quién no ha soñado alguna vez con tener el físico de Gisele Bündchen, ganar 6.000 euros al mes y que su pareja sea su media naranja? ¡Segurament­e

todos! Pues este es uno de los errores más comunes que cometemos y que evitan que seamos felices. Hay que huir de las metas imposibles, de esos objetivos que sabes que son inalcanzab­les y que solo se cumplen en las películas (¡cuánto daño nos han hecho las comedias de Hollywood!, ¿ verdad?). Por eso es importante comenzar con algo relativame­nte pequeño pero que tenga sentido para ti (¿aprender un idioma o sacarte el carnet de conducir?). “Establecer metas demasiado ambiciosas puede generar el efecto contrario y provocar desmotivac­ión. Tus referentes nunca pueden estar por encima de tus posibilida­des, tienen que ser siempre expectativ­as que dependan de ti. Las cosas no se pueden conseguir involucran­do a otra persona, tú tienes que tener siempre la última palabra.” Por ejemplo, a partir de una determinad­a edad, querer meterte en una talla 34 es absurdo, son expectativ­as que te pasas persiguien­do todo la vida y que te causan frustració­n porque suponen un sacrificio altísimo y una serie de renuncias que no compensan.

Empieza a decir que no

A planes que no te apetecen, a compromiso­s innecesari­os… ¿Por qué nos cuesta tanto hacerlo? “Es muy sencillo, siempre que decimos que no, nos vamos a sentir mal porque inevitable­mente sabemos que estamos fallando a la otra persona. Hemos sido educados para anteponer las necesidade­s de los demás a las nuestras como un acto de generosida­d, de altruismo y de bondad. Por eso es importante la otra parte, esa en la que tú te sientes bien por tomar tus decisiones y por no estar haciendo algo que no te gusta”, explica Patricia Ramírez, que aconseja tomarte el “aprendizaj­e del no” como un ejercicio para mejorar la autoestima. ¿Cómo lo conseguimo­s? “Puedes practicar con las personas más cercanas sin necesidad de que suponga una ruptura. Por ejemplo, el próximo domingo no te apetece ir a comer a casa de tus padres, llama y avísales de que tienes otros planes, y ya está.”

Cambia de imagen (si lo consideras necesario)

Ya está aquí el verano, ese momento de nuestras vidas en el que nos preocupamo­s de cosas que el resto del año tenemos olvidadas. Hablamos de unos kilos de más que harán que la ropa nos quede un poco más justa y que nos provocan una sensación de frustració­n incontrola­ble. Si tu apariencia física te limita, si te impide tener aspiracion­es en tu vida, es que tienes problemas de autoestima que debes solucionar. Pero ¡ojo con lo que haces! No recurras a planes imposibles como apuntarte a un gimnasio 24/7, empezar una dieta milagro o conseguir en un mes lo que no has logrado en un año. “Este es uno de los errores más comunes, no creo en los objetivos a corto plazo. Cuando hablamos de metas relacionad­as con la vida saludable o con la serenidad personal, dejarlo todo para el último momento solo provoca frustració­n. La autoestima pasa por aceptarte tal y como eres, si quieres un cambio de imagen trabájalo poco a poco, como una filosofía de vida, con cosas que son factibles, no con dietas o sesiones de gym que sabes que son imposibles.”

Huye de las personas tóxicas

A veces, casi sin darnos cuenta, nos rodeamos de personas a priori simpáticas, atractivas y tremendame­nte sociables. El problema surge cuando empiezan a hablar de sí mismas, se quejan de todo y no se alegran nunca de las cosas buenas. Hay que tener cuidado con ellas, porque son personas tóxicas cuyos efectos negativos irrumpen con fuerza apenas sin darnos cuenta. “La gente con baja autoestima se sigue rodeando de gente que no le apetece, tiene miedo a que, siendo ellos mismos, les vayan a abandonar, a sentirse solos, piensan que son tan poca cosa que si pierden a los tóxicos se quedan sin nada. Pero una persona con buena autoestima decide qué gente quiere tener a su alrededor, aunque sean pocos. En una palabra: prefieren estar solos a estar mal acompañado­s, saben elegir el tipo de relaciones personales que quieren tener a su alrededor, y eso es fundamenta­l para ser feliz.”

Practica tus aficiones preferidas

Un idioma, cantar, ir a clases de pintura… Existen muchos hobbies que hacen que nos sintamos mucho mejor, ya que incrementa­n la percepción de nuestro bienestar. “Siempre digo que es fundamenta­l elegir qué hacer con tu vida y establecer recompensa­s que te ayuden a ser más feliz y a pensar más en ti. Por ejemplo, la actividad física es buena para la salud mental, y se ha demostrado que mejora la autoestima de las personas y la sensación de bienestar. O comerte un helado de chocolate en verano mientras ves tu película favorita.”

Apóyate en referentes positivos

Como el discurso que dio en 2008 la escritora J. K. Rowling ante los nuevos graduados de la Universida­d de Harvard y que se ha convertido en una obra inspirador­a para esas personas que han perdido la confianza en sí mismas y se ven incapaces de seguir adelante con su vida. “Fracasar me proporcion­ó una seguridad interior que nunca había alcanzado aprobando exámenes. Fracasar me enseñó cosas sobre mí misma que no habría podido aprender de ninguna otra manera, me di cuenta de que tenía más disciplina de la que sospechaba y que tenía amigos mucho más valiosos que las piedras preciosas”.

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