¿Qué limpiadora necesitas?
Gel y espuma para pieles grasas, leche para las sensibles o aceite si te maquillas... Ante la avalancha de texturas y métodos de limpieza, los expertos nos explican cuál es la mejor opción para cada cutis y necesidad.
El que fuera el ritual de belleza más básico ya no lo es tanto... Primero, elige la textura: leche, gel, espuma, aceite, bálsamo, agua micelar o fluido. Luego, la herramienta: las propias manos, una muselina, el algodón, un cepillo limpiador... ¡Y el método!, porque hay doble y hasta triple limpieza, como recomienda Myriam Yébenes, del Instituto de Belleza y Medicina Estética Maribel Yébenes. “Es una buena alternativa para pieles grasas, muy maquilladas o expuestas a un alto grado de polución. Y se realiza con leche limpiadora, gel vitaminado y mousse, que disuelven las impurezas con suavidad y realizan una limpieza profunda”, explica. Las opciones son infinitas... pero lo importante es escoger la que mejor se adapte a tu tipo y condición de piel.
P. ¿Cómo debemos limpiar una piel estresada?
R. “Este tipo de cutis suelen tener una textura rugosa y poco uniforme, son reactivos y presentan signos de envejecimiento cutáneo prematuro a causa de un sistema de defensas precario”, explica el equipo de Handmade Beauty. Y añade: “Elige soluciones calmantes, leches y geles suaves, ricos en ingredientes antioxidantes y nutritivos que colaboren en el fortalecimiento de la barrera de la piel y que aporten calma al rostro. Los aceites de lavanda relajantes, como el de lavanda o naranja dulce, añadidos a nuestra limpiadora o crema habitual, además de desestresar el rostro actuarán sobre el sistema nervioso, ampliando los efectos del uso del producto más allá de la piel”.
P. ¿Cómo despertar la piel tras una salida nocturna o si existen problemas de sueño y de descanso?
R. “Para bajar la hinchazón del rostro repasa el cutis con un cubito de hielo realizando movimientos circulares continuos”, prescribe Myriam Yébenes. Para descongestionar bolsas y ojeras, la experta aconseja colocar dos rodajas de pepino o de patata durante 20 minutos. “Otro gran aliado son los contornos con vitamina K, que aclaran la tonalidad al regular la coagulación de la sangre. Aplícalo mañana y noche tras la rutina de limpieza.” Por su parte, Carmen Navarro, directora del centro que lleva su nombre, “recomienda el uso de leches limpiadoras e incluso limpiadoras que realicen una suave exfoliación para activar la microcirculación del rostro”.
P. ¿Cómo saber qué tipo de limpiadora necesita mi cutis?
R. “Para acertar en la elección tienes que tener en cuenta cuatro factores: tu tipo de piel, la condición de esta, el clima donde vives y la estación del año”, afirma Vanessa Delli, directora de Dellicare. En cuanto a las texturas, “el gel, ligero y agradable, resulta perfecto para las pieles jóvenes, mixtas y con tendencia acneica. También para climas húmedos y durante la primavera y el verano. Si no llevas maquillaje, sirve
para la limpieza de la mañana y de la noche; y si te maquillas, úsalo solo por la mañana, porque no elimina bien estos restos”, añade. “La leche limpiadora es perfecta para pieles secas, maduras y maquilladas. Debe aplicarse con la piel sin humedecer y conviene repetir la acción dos veces, porque siempre quedan restos”, apunta Carmen Navarro. “El aceite de coco es uno de los mejores aceites para limpiar el rostro: es antiséptico, hidratante, equilibrante y elimina bien el maquillaje. Aplícalo sobre la piel seca, masajea y retira con una muselina empapada en agua caliente. No lo elimines solo con agua ni algodones, ya que su poder de arrastre es superficial y pueden quedar restos que hagan que tu piel se sienta pesada”, remata Vanessa Delli.
P. Las pieles grasas y con acné sienten la necesidad de limpiar más veces. ¿Cómo eliminar esa sensación sin recurrir a la limpieza tradicional?
R. “En esos casos, lo mejor sería vaporizar un tónico astringente sin alcohol en el rostro y presionar con un papel para absorber el sebo”, cuenta Myriam Yébenes. Handmade Beauty apostilla: “Estas fórmulas tonificantes a base de hidrolatos y activos vegetales refrescan el rostro y pueden emplearse como bruma en cualquier momento. Además, nos protegen contra los daños oxidativos”.
P. ¿ El uso del móvil puede ensuciar nuestra piel?
R. “Está demostrado que el móvil tiene más bacterias que el inodoro. El roce de este con el pómulo y mentón puede favorecer los desequilibrios cutáneos”, explica Delli. “Intenta no pegar la parte inferior del móvil a la cara y limpiarlo cada día con un líquido desinfectante de cristales ópticos”, recomienda Yébenes. Pero no solo este dispositivo ensucia nuestra piel: “No nos damos cuenta, pero estamos todo el día tocándonos el pelo con las manos, que están llenas de bacterias. Estas pasan del cabello a la almohada, y de ahí a nuestra piel. Por eso recomiendo cambiar la funda cada vez que te laves el pelo; sobre todo si tu piel es mixta, grasa o con acné”, concluye la experta de Dellicare. En cuanto a las toallas que empleamos para secar la piel tras la limpieza, Elena Comes, de Le Petit Salon, recomienda “cambiarlas cada tres días como máximo e intentar no lavarlas ni con lejía ni con suavizante”.
P. ¿Cómo limpiar la piel de las partículas de contaminación y tras el uso de fotoprotectores?
R. “Los solares suelen ser formulaciones resistentes al agua, por lo que para eliminarlos es necesario el uso de aceites vegetales como el de jojoba, oliva o almendra dulce. Estos están incluidos en algunas leches y geles limpiadores”, explica el equipo de Handmade Beauty. En cuanto a la contaminación, Yébenes aconseja emplear productos como las arcillas naturales o el carbón vegetal, porque tienen un gran poder de absorción. “Además, recomiendo acudir al salón una vez al mes para realizarse una limpieza en profundidad”, concluye. Para mantener los poros cerrados y evitar que penetren las partículas de polución, Natalia de la Vega, de Tacha Beauty, aconseja recurrir a la doble limpieza, que consiste en emplear primero una limpiadora en leche o aceite y luego un producto fitoactivo –gel o espuma–. “El primer paso lo haremos con agua templada para limpiar las impurezas en profundidad, y el segundo con agua fresca [que cierra los poros]. Prueba a enfriar el tónico en la nevera; en verano es superagradable.”