Glamour (Spain)

¿Qué limpiadora necesitas?

Gel y espuma para pieles grasas, leche para las sensibles o aceite si te maquillas... Ante la avalancha de texturas y métodos de limpieza, los expertos nos explican cuál es la mejor opción para cada cutis y necesidad.

- Texto: Leyre Moreno. Fotos: Gil Inoue

El que fuera el ritual de belleza más básico ya no lo es tanto... Primero, elige la textura: leche, gel, espuma, aceite, bálsamo, agua micelar o fluido. Luego, la herramient­a: las propias manos, una muselina, el algodón, un cepillo limpiador... ¡Y el método!, porque hay doble y hasta triple limpieza, como recomienda Myriam Yébenes, del Instituto de Belleza y Medicina Estética Maribel Yébenes. “Es una buena alternativ­a para pieles grasas, muy maquillada­s o expuestas a un alto grado de polución. Y se realiza con leche limpiadora, gel vitaminado y mousse, que disuelven las impurezas con suavidad y realizan una limpieza profunda”, explica. Las opciones son infinitas... pero lo importante es escoger la que mejor se adapte a tu tipo y condición de piel.

P. ¿Cómo debemos limpiar una piel estresada?

R. “Este tipo de cutis suelen tener una textura rugosa y poco uniforme, son reactivos y presentan signos de envejecimi­ento cutáneo prematuro a causa de un sistema de defensas precario”, explica el equipo de Handmade Beauty. Y añade: “Elige soluciones calmantes, leches y geles suaves, ricos en ingredient­es antioxidan­tes y nutritivos que colaboren en el fortalecim­iento de la barrera de la piel y que aporten calma al rostro. Los aceites de lavanda relajantes, como el de lavanda o naranja dulce, añadidos a nuestra limpiadora o crema habitual, además de desestresa­r el rostro actuarán sobre el sistema nervioso, ampliando los efectos del uso del producto más allá de la piel”.

P. ¿Cómo despertar la piel tras una salida nocturna o si existen problemas de sueño y de descanso?

R. “Para bajar la hinchazón del rostro repasa el cutis con un cubito de hielo realizando movimiento­s circulares continuos”, prescribe Myriam Yébenes. Para descongest­ionar bolsas y ojeras, la experta aconseja colocar dos rodajas de pepino o de patata durante 20 minutos. “Otro gran aliado son los contornos con vitamina K, que aclaran la tonalidad al regular la coagulació­n de la sangre. Aplícalo mañana y noche tras la rutina de limpieza.” Por su parte, Carmen Navarro, directora del centro que lleva su nombre, “recomienda el uso de leches limpiadora­s e incluso limpiadora­s que realicen una suave exfoliació­n para activar la microcircu­lación del rostro”.

P. ¿Cómo saber qué tipo de limpiadora necesita mi cutis?

R. “Para acertar en la elección tienes que tener en cuenta cuatro factores: tu tipo de piel, la condición de esta, el clima donde vives y la estación del año”, afirma Vanessa Delli, directora de Dellicare. En cuanto a las texturas, “el gel, ligero y agradable, resulta perfecto para las pieles jóvenes, mixtas y con tendencia acneica. También para climas húmedos y durante la primavera y el verano. Si no llevas maquillaje, sirve

para la limpieza de la mañana y de la noche; y si te maquillas, úsalo solo por la mañana, porque no elimina bien estos restos”, añade. “La leche limpiadora es perfecta para pieles secas, maduras y maquillada­s. Debe aplicarse con la piel sin humedecer y conviene repetir la acción dos veces, porque siempre quedan restos”, apunta Carmen Navarro. “El aceite de coco es uno de los mejores aceites para limpiar el rostro: es antiséptic­o, hidratante, equilibran­te y elimina bien el maquillaje. Aplícalo sobre la piel seca, masajea y retira con una muselina empapada en agua caliente. No lo elimines solo con agua ni algodones, ya que su poder de arrastre es superficia­l y pueden quedar restos que hagan que tu piel se sienta pesada”, remata Vanessa Delli.

P. Las pieles grasas y con acné sienten la necesidad de limpiar más veces. ¿Cómo eliminar esa sensación sin recurrir a la limpieza tradiciona­l?

R. “En esos casos, lo mejor sería vaporizar un tónico astringent­e sin alcohol en el rostro y presionar con un papel para absorber el sebo”, cuenta Myriam Yébenes. Handmade Beauty apostilla: “Estas fórmulas tonificant­es a base de hidrolatos y activos vegetales refrescan el rostro y pueden emplearse como bruma en cualquier momento. Además, nos protegen contra los daños oxidativos”.

P. ¿ El uso del móvil puede ensuciar nuestra piel?

R. “Está demostrado que el móvil tiene más bacterias que el inodoro. El roce de este con el pómulo y mentón puede favorecer los desequilib­rios cutáneos”, explica Delli. “Intenta no pegar la parte inferior del móvil a la cara y limpiarlo cada día con un líquido desinfecta­nte de cristales ópticos”, recomienda Yébenes. Pero no solo este dispositiv­o ensucia nuestra piel: “No nos damos cuenta, pero estamos todo el día tocándonos el pelo con las manos, que están llenas de bacterias. Estas pasan del cabello a la almohada, y de ahí a nuestra piel. Por eso recomiendo cambiar la funda cada vez que te laves el pelo; sobre todo si tu piel es mixta, grasa o con acné”, concluye la experta de Dellicare. En cuanto a las toallas que empleamos para secar la piel tras la limpieza, Elena Comes, de Le Petit Salon, recomienda “cambiarlas cada tres días como máximo e intentar no lavarlas ni con lejía ni con suavizante”.

P. ¿Cómo limpiar la piel de las partículas de contaminac­ión y tras el uso de fotoprotec­tores?

R. “Los solares suelen ser formulacio­nes resistente­s al agua, por lo que para eliminarlo­s es necesario el uso de aceites vegetales como el de jojoba, oliva o almendra dulce. Estos están incluidos en algunas leches y geles limpiadore­s”, explica el equipo de Handmade Beauty. En cuanto a la contaminac­ión, Yébenes aconseja emplear productos como las arcillas naturales o el carbón vegetal, porque tienen un gran poder de absorción. “Además, recomiendo acudir al salón una vez al mes para realizarse una limpieza en profundida­d”, concluye. Para mantener los poros cerrados y evitar que penetren las partículas de polución, Natalia de la Vega, de Tacha Beauty, aconseja recurrir a la doble limpieza, que consiste en emplear primero una limpiadora en leche o aceite y luego un producto fitoactivo –gel o espuma–. “El primer paso lo haremos con agua templada para limpiar las impurezas en profundida­d, y el segundo con agua fresca [que cierra los poros]. Prueba a enfriar el tónico en la nevera; en verano es superagrad­able.”

 ??  ?? 1. Con una textura híbrida gel-aceite, Le Soin Noir Démaquilla­nt, de Givenchy (87 €), . 2. All in One Ginger Wash, de Handmade Beauty (30 €). 3. Desmaquill­ante micelar Lumière Essentiell­e, de Darphin (c.p.v.). 4. Agua Micelar Sensibio H2O para piel sensible, de Bioderma (11,95 €/250 ml).
1. Con una textura híbrida gel-aceite, Le Soin Noir Démaquilla­nt, de Givenchy (87 €), . 2. All in One Ginger Wash, de Handmade Beauty (30 €). 3. Desmaquill­ante micelar Lumière Essentiell­e, de Darphin (c.p.v.). 4. Agua Micelar Sensibio H2O para piel sensible, de Bioderma (11,95 €/250 ml).
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 ??  ?? 5. Con arcillas rosas y verdes, Superstar Probiotic Cleanser, de Elizabeth Arden (29 €). 6. Pack de muselinas de algodón orgánico, de Kóoch Green Cosmetics (15,50 €). 7. Limpiador en gel Evercalm, de REN (20 €). 8. Toalla limpiadora de konjac Mimos, de Beter (9,55 €).
5. Con arcillas rosas y verdes, Superstar Probiotic Cleanser, de Elizabeth Arden (29 €). 6. Pack de muselinas de algodón orgánico, de Kóoch Green Cosmetics (15,50 €). 7. Limpiador en gel Evercalm, de REN (20 €). 8. Toalla limpiadora de konjac Mimos, de Beter (9,55 €).
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