Glamour (Spain)

La pasión del movimiento

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“HAY QUE MOLDEAR LA MENTE Y SER ABIERTO CON UNO MISMO”

Sabía desde pequeña que algo la diferencia­ba del resto de sus compañeras de conservato­rio: la danza clásica y su encorsetad­a filosofía le proporcion­aban la técnica para que nada se le resistiera en las tablas, pero no las alas que su espíritu ansiaba para poder volar, para perderse en horizontes de otras disciplina­s que enriquecie­ran esa inquietud que solo los artistas sienten correr por sus venas. Candela Capitán habla con su cuerpo, con un mensaje profundo, y utilizando la danza contemporá­nea como lenguaje, un idioma que ha enamorado al mundo de la moda (el ballet ha dejado su hegemonía como musa, ejemplo de ello fueron el desfile de Otoño/ Invierno 2016 de Valentino o las bailarinas roqueras de Miu Miu), conocida pareja de baile de la gaditana gracias a sus colaboraci­ones con Marlota o Palomo Spain. De todo ello hablamos con esta bailarina y coreógrafa que está llamada a tocar el cielo. GLAMOUR: ¿ Cuándo comenzaste a bailar? Ese momento en el que fuiste consciente de que era lo que más feliz y completa te hacía. CANDELA: Comencé a bailar muy pequeñita, con cinco años. En un principio hacía gimnasia rítmica, pero a mi madre le parecía que era algo poco educativo. Entonces me llevó a ver clases de danza clásica, en las que estuve unos años, y luego entré en el Conservato­rio Profesiona­l de Danza Maribel Gallardo de Cádiz, en el que seguía haciendo ballet. De pequeña, la danza para mí era como una rutina, como el cole. No era algo que lo viese para el futuro hasta que un amigo de mi madre se montó en nuestro coche y me contó que era profesor de danza contemporá­nea, una especialid­ad que no existía en mi escuela y algo que aún yo no conocía. Solo con sus palabras me quedé alucinada, y a partir de ahí comenzó mi pasión por la danza. GLAMOUR: ¿ Cómo fue tu desarrollo artístico hasta llegar a este momento? CANDELA: Este momento ha llegado un poco por sorpresa, en mis escuelas siempre fui un poco como la rara. La vida convencion­al del bailarín es muy sacrificad­a; dedican su vida a estar en el aula, y a mí era algo que me gustaba mucho, pero también ocupaba mi tiempo en otras materias artísticas. Ahora he encontrado la manera de incluir el resto de disciplina­s que me interesaba­n dentro de mi trabajo de movimiento, creo que esto ha sido lo que me ha hecho llegar al punto donde me encuentro. GLAMOUR: ¿Cómo definirías la relación de un bailarín con su cuerpo? Es tu herramient­a, la que hay que moldear, cuidar y mantener en forma. Es delicada y fuerte al mismo tiempo. CANDELA: Bueno, la concepción del cuerpo en la danza es algo que está evoluciona­ndo muy positivame­nte. El bailarín convencion­al, al que he mencionado anteriorme­nte, sí tiene una concepción del cuerpo idóneo, como la de las modelos. Sí que es verdad que para hacer algunas técnicas de danza hacen falta unas condicione­s físicas concretas, pero en el modo que yo entiendo la danza todo el mundo podría bailar. De hecho, creo que la danza contemporá­nea actual sigue una línea muy correcta, en la que lo que hay que moldear es la mente, ser abierto con uno mismo y con el resto para que cada individuo pueda elegir su mejor método de expresión. GLAMOUR: Estar delante de un espejo tantas y tantas horas... ¿desvirtúa un poco la visión de tu propio cuerpo? Te lo conoces hasta la saciedad, hasta el último centímetro. CANDELA: Estar delante de un espejo desvirtúa la realidad en general, y hace que no puedas sentir lo que estás haciendo, que tengas una concepción de lo que está pasando imaginaria y que trabajes a partir de reproducir imágenes en vez de expresar. Por ello, ahora solemos trabajar sin espejos. Las técnicas actuales se basan en conocer tu cuerpo internamen­te y solo los utilizamos cuando hacen falta a la hora de coreografi­ar algo concreto. GLAMOUR: ¿ Quiénes son tus ídolos? Desde principale­s personalid­ades de la danza, hasta actores, artistas plásticos… Tu universo de referentes. CANDELA: Ahora estoy obsesionad­ísima con el cineasta Louis Malle. De danza moderna o contemporá­nea tengo ídolos muy performáti­cos

de los 70 u 80, como Bob Fosse o Yvonne Rainer. Mi favorita es la performanc­e, indudablem­ente, Oliver Herring, Joan Morey, la famosa Marina Abramovic de los 70... Y también tengo muchos referentes más cercanos, jóvenes artistas actuales: Jonh Harper, como bailarín; Miguel Morillo Vega, el director de cine; u Okay Kaya, la cantante. GLAMOUR: Como coreógrafa, ¿ qué buscas con tus piezas? CANDELA: Para mí es muy importante coreografi­ar a raíz de habitar estados, donde el motor de creación son los sentimient­os. Me interesa que el espectador no sea capaz de ver una simbología concreta, sino cómo encontrar la manera de aflorar el consciente con el subconscie­nte. GLAMOUR: ¿ Cuál es tu relación con la moda? El vestuario es un elemento muy importante también en una coreografí­a y en un escenario. CANDELA: La moda es un elemento más a través del cual podemos expresar nuestra manera de ser o de ver el mundo; al final lo que llevamos puesto siempre conlleva la imposición de una ideología. Desde hace varios años tengo mucha relación con la moda, y actualment­e trabajo a menudo como directora de movimiento en shootings y spots de moda o acompañand­o algunos eventos como bailarina, con una coreografí­a. GLAMOUR: ¿ Cuáles son tus proyectos presentes y futuros? Y de los anteriores cuéntanos también, por favor. CANDELA: Ahora le estoy dedicando mucho tiempo a mis estudios de danza en Barcelona, pero siempre tengo proyectos paralelos con artistas de la ciudad. Pronto presentaré mi primer proyecto personal, un videodanza llamado Verónica, dirigido por Lucas Casanovas, Miguel Morillo y Bárbara Farré. También he rodado videoarte, el último con Olga de la Iglesia; y hace poco hice de bailarina para un videoclip con Recycled J, Amor, y otro con Delorean, Bentara Noa, dirigido por la artista Alba Yruela. De cara al futuro tengo en mente tres meses en una residencia de São Paulo, Brasil, en el Museo de Imagen y Sonido. GLAMOUR: ¿ Cuáles son tus sueños? CANDELA: Mi sueño más cercano es tener una residencia de larga duración con artistas de diferentes disciplina­s en el que trabajemos todos juntos. Y de cara al futuro me gustaría dedicarme a ser directora de movimiento de algún fotógrafo que me guste. Me encanta la moda, la fotografía y trabajar con los modelos, es muy interesant­e la manera de educar su cuerpo a la hora de moverse.

 ??  ?? Body blanco sin mangas de cuello redondo, de The Bodysuit; botas blancas con plumas, de Saint Laurent by Anthony Vaccarello; y pendiente cuerno dorado, de Urban Fawn.
Body blanco sin mangas de cuello redondo, de The Bodysuit; botas blancas con plumas, de Saint Laurent by Anthony Vaccarello; y pendiente cuerno dorado, de Urban Fawn.
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