PARA TI, MARÍA ISABEL
Palas de playa, de Hermès (620 €). Fotografía de Xavier Miserachs.
Aunque hoy nos parezca increíble, dicen que hubo un tiempo en que la gente iba a la playa sin SPF. Ojiplática me quedo. Eso sí que era vivir al límite. Mis padres me cuentan que iban en Vespa y allí se juntaban con toda su pandilla. De vez en cuando, el día que alguno se llevaba la cámara, se hacían un par de fotos en blanco y negro. Sólo un disparo de cada instantánea. Sin selfies. Libres de la tiranía de Instagram. No podían verlas hasta semanas o meses después, al revelar el carrete al final de las vacaciones; ya de vuelta en la meseta, cuando la brisa del mar y el affair del verano no eran más que un recuerdo. Cuando el posado no se podía repetir. En casa tienen un álbum con muchísimas fotos de aquellos veraneos (poquísimas, si las comparamos con los estándares de la era digital). Me encanta diseccionarlas: veo el poder liberador de los primeros biquinis y los bañadores turbo; que los guiris y las suecas eran el cénit del exotismo; que pagaban las sardinas del chiringuito en pesetas y luego, por la tarde, con la piel bien achicharrada de un popular mejunje hecho a base de mercromina y Nivea de lata azul (de patente typical Spanish), se iban de guateque a bailar agarrados de Françoise Hardy, Mina, Fórmula V y el Dúo Dinámico. Si en casa de tus padres no hay un álbum de aquellos –o si quieres curiosear en los veraneos de otros–, Xavier Miserachs tiene billetes para una escapada al Mediterráneo. Su serie Costa Brava Show teletransporta a Tossa de Mar, Cadaqués, Ibiza y Calongue antes del boom urbanístico, y mucho antes de la dictadura del selfie. (Photoespaña 2018. Hasta el 6 de agosto en La Fábrica, Madrid).
HUBO UN TIEMPO EN QUE SE IBA A LA PLAYA SIN SPF