LIBROS. Firmamento, de Màxim Huerta
El escritor Màxim Huerta regresa con una exquisita novela, Firmamento, una historia en la que el mar y las estrellas lo inundan todo.
En las distancias cortas, Màxim Huerta te fascina. Su mirada revela inmediatamente una inteligencia viva, ávida de información. Firmamento (Espasa) es su séptima novela, una historia aparentemente sencilla pero llena de simbología y que, como el mar, protagonista innegable de la trama, nos arrastra desde el interior, a pesar de su tranquila apariencia. De todo ello hablamos con el también periodista. Y quizá porque estamos en el Café Comercial, sede de legendarias tertulias literarias, la entrevista se convierte en una animada conversación. GLAMOUR: La historia empieza con una aparente sencillez pero... MÀXIM: De hecho, mis novelas favoritas a priori son sencillas y después esconden mucho mar de fondo. GLAMOUR: Cuatro son los protagonistas: Ana, Mario, el mar y el firmamento. Y también podríamos decir que el Hotel Formentor. MÀXIM: Es como un círculo, como Eva y Adán en un paraíso, no hay más personajes, solo ellos dos conociéndose y luchando, que es lo que suele pasar a veces en las parejas, que no hay nada más alrededor y, cuando existe, eso se estropea. Es ese cielo y ese subsuelo que aguanta a los dos. GLAMOUR: ¿Como concebiste los personajes? MÀXIM: Ella, una mujer en principio fuerte, gélida y contradictoria, pero a la vez débil; y él, al revés, primero parece frágil, pero luego es muy resolutivo. Quería que fueran dos personajes muy contradictorios hasta con ellos mismos, personajes de hoy, muy frágiles pero obligados a ser fuertes. GLAMOUR: La historia tiene mucho de puzle en su estructura narrativa. ¿Cómo surgió la idea? MÀXIM: Es un puzle absoluto, de personalidad, de dolores. Yo quería una novela de verano en la que hubiera sudor, lágrimas y mar; todo lo que tiene agua salada cura. Y eso era una obsesión en esta novela, yo quería que mis personajes sudaran, lloraran y se bañaran, todo a la vez, en un mismo firmamento. La chispa surgió en un hotel que me fascinó, y al que acudí solo por una ruptura. Allí me di cuenta de algunas manías que tene-
mos todos cuando rompemos, y es seguir manteniendo el lado izquierdo o derecho de la cama del otro y no conquistarlo, y pensé: ¿ y si esto lo hace un personaje? Y a partir de ahí empecé a construir. GLAMOUR: La edad de los personajes, treinta y pico, es también relevante, porque es un punto de inflexión. MÀXIM: Es esa edad en la que algunos pilares o firmamentos se rompen y comienzan a colocarse en otro lugar, esa edad de los 35 en la que empiezan a aparecer dudas que antes no tenías, momento en el que la vida empieza a recolocarse de otra manera. GLAMOUR: Ese juego de ficción y realidad que experimenta el lector es muy divertido. MÀXIM: Porque muchas vidas desde fuera parecen perfectas, esta es una novela en la que los ves desnudos física y emocionalmente, en su cama, en su casa, en su sexo y en sus cartas. Desde fuera muchas de las vidas parecen perfectas y más en esta época de redes, pero cuando iluminas, de pronto ves la cantidad de fragilidad de las personas. Por eso pienso que es la novela más real que he construido. GLAMOUR: No son personajes buenos o malos, son reales. Hay momentos en los que te caen bien y otros en los que te caen mal, cuando ves que se están perdiendo... MÀXIM: Es como el mejor de tus amigos, es esa sensación de personaje de muy de verdad. Todos podríamos pertenecer a una novela, todos los que estamos circulando y tenemos relaciones podríamos ser novela. Y esto es lo que tiene, que todas las relaciones que aparentemente son felices o las que acaban carcomiéndose pueden formar parte de una novela. GLAMOUR: El escenario es maravilloso, el hotel Formentor, un Royal Hideaway en Mallorca. MÀXIM: Dudé si hacer la novela en 1926, cuando arranca este hotel, o ahora, pero dije, no, quiero que los de ahora sientan que también vivi- mos historias de novela, y aquel hotel era como aquel Biarritz, como aquel San Sebastián, o exactamente ese Formentor, el de aquellos pantalones con su nombre, un lugar que tiene moda, decadencia y personajes como Churchill, Chaplin o Grace. Todo el glamour ha pasado por ahí. GLAMOUR: ¿Pesa un poco estar a la altura de un sitio así? MÀXIM: ¿Pero sabes por qué quise todo eso? Porque a veces uno en sus relaciones cree que tiene que estar a la altura de los demás, más que de uno mismo, por eso estar en este lugar, por donde han pasado estrellas, otro firmamento, el social, a veces pesa mucho. La novela tiene muchos juegos de simbología, y es muy metafórica. Lo que pesan las estrellas del lugar, lo que pesa tener que aparentar, el destino que tienes que romper porque está escrito en el cielo... GLAMOUR: ¿Imaginabas ser escritor? MÀXIM: De pequeño sí lo imaginaba, pero luego se me esfumó, no pensaba que formara parte de mi día a día, luego he descubierto que sí. GLAMOUR: ¿Cómo ha sido este último periodo para ti? Alguien que ha estado tan expuesto en televisión, supongo que es un cambio muy drástico. MÀXIM: Genera mucha tranquilidad escribir, y no cierro las puertas a algún proyecto de televisión. Soy yo quien decido el rumbo de los personajes y mi día a día, y en el proceso creativo poder escribir en mi playa, en mi casa descalzo o llevármelo a París es maravilloso. El poder de hacer la historia donde quiero da una libertad muy sana. Es un proceso de madurez y de sentirme en el lugar donde quería estar. GLAMOUR: ¿Da miedo la introspección y la soledad que genera? MÀXIM: Sí, pero yo me obligo a salir, tengo una amiga que me dice: “Uy, ya estás escribiendo algo, cambias hasta la manera de hablar”; quizás porque te metes en la novela, en la herida, igual que quien compone una canción. Pero a mí me excita.
Y“APSIEC LPOORIOLS MTLRRGPE EEUSINNNT” OAS AA P“EASROSOEN ROFFBRULÁIEG GR AITLED ESOS ”, S COA UMN“ME O ASÍ CMCC RAE OIB NE MIXCRPCIOEÓITSN NA” E. R DE“QUVUENR EA ARNÍ NA O OH V YA ECLMAEARR”