EXPO. Gala, inédita
El Museu Nacional d’art de Catalunya nos descubre cómo influyó esta enigmática mujer en la obra y vida del genio de Figueres.
De Elena Ivánovna Diákonova, más conocida como Gala, se ha dicho de todo: que fue fría y manipuladora, y que la personalidad arrolladora de Dalí hizo que eclipsara a todo el que estaba a su alrededor, incluida a ella misma. Sin embargo, él nunca se cansó de asegurar que su triunfo y sus obras eran fruto de la ayuda de su compañera, de su amor, algo que quedó presente en toda su obra. Y es que el genio de Figueres sucumbió ipso facto ante un espíritu libre, vitalista y hedonista que avivó todo el talento y la extravagancia que corrían por sus venas. Dalí pintó a Gala una y otra vez, vestida, desnuda, de espaldas, de mil maneras. Estaba tan obsesionado con ella que a partir de 1950 firmó sus obras como Gala-dalí: “Ya que no hago más que dar nombre a una verdad existencial, porque yo no existiría sin mi gemela Gala”, explicó más de una vez.
Una heroína posmoderna
Si quieres conocer más de cerca a esta enigmática mujer, hasta el próximo 14 de octubre el Museu Nacional d’art de Catalunya (MNAC) y la Fundación Gala-salvador Dalí se adentran en su vida y la presentan como una figura clave en el arte del siglo XX. En Gala Salvador Dalí. Una habitación propia en Púbol también se expondrá por primera vez un interesante conjunto de cartas, postales y libros, además de vestidos y objetos del tocador personal de Gala. En total, unas 180 obras que permitirán reconstruir la compleja y fascinante figura de esta heroína posmoderna, una mujer creativa que escribía, leía, diseñaba su ropa y también su propia imagen cuando la retrataba Dalí. Porque no hay que olvidar que, sin ella, el tablero del juego surrealista aparecería incompleto y que pocas musas han sabido sacar lo mejor de sí mismas.