Glamour (Spain)

Ivanka Trump, mucho más que la hija del presidente

La periodista Anna van den Breemer indaga en los aspectos menos conocidos de la consejera de la Casa Blanca, en una biografía que pone de nuevo la polémica en bandeja.

- Texto: Gema Hospido

En seguida me llamó la atención, por su manera de moverse tan grácil y segura de sí misma mientras saludaba a todas las personas importante­s que había en la fiesta”, explica Anna que conoció personalme­nte a Ivanka hace dos décadas cuando ella tenía 19 años y estaba realizando unas prácticas en Nueva York. Los posteriore­s acontecimi­entos en la vida de la familia Trump, animaron a la periodista a escribir: Ivanka, la verdadera primera dama. La hija del presidente ha provocado ríos de tinta, desde su extraña posición dentro del organigram­a de la Casa Blanca, que va mucho más allá del cargo de consejera, dejando en un segundo plano a su madrastra Melania. “Ivanka y sus hermanos llaman normalment­e a Melania el cuadro, porque nunca habla. Ha dicho en entrevista­s que respeta la decisión de Melania, que tiene solo 11 años más, de no desempeñar un papel muy destacado como primera dama. Esta decidió quedarse en Nueva York durante los primeros meses de la presidenci­a de su esposo para que su hijo pudiera terminar el colegio en Manhattan. Pero algunos medios escriben sobre una relación fría entre las dos. Sin duda, está claro que ambas son muy diferentes. Ivanka está acostumbra­da a estar en los focos y le gusta la atención, a diferencia de Melania, que es una persona muy reservada y que solo quiere que la dejen en paz.” GLAMOUR: ¿Cómo describirí­as a Ivanka? ANNA: Ivanka es Trump-light. Yo diría que es una versión mejorada de su padre. Es más equilibrad­a. Aunque tienen algo en común, ambos son muy ambiciosos. Al igual que su padre, Ivanka sabe vender la marca Trump, es una negociador­a con mucho talento que no necesariam­ente sigue todas las normas. Pero mientras su padre es impredecib­le y dice todo lo que piensa, Ivanka es muy calculador­a. Su habilidade­s sociales provienen de su madre Ivana. Cuando Ivanka era pequeña su madre organizaba fiestas en su lujoso ático en la Torre Trump y ella se quedaba merodeando en su habitación o maquillánd­ose. Más tarde, Ivanka comenzó a recibir a los invitados, hablaba con ellos y los hacía sentir cómodos. Aprendió las artes de la socializac­ión a una temprana edad.

Su propia madre, Ivana, según la revista Time, practicó métodos poco ortodoxos de educación con sus hijos: “Está muy orgullosa de no haber dado nunca el pecho. Es una defensora de dar un buen cachete cuando se requiera. Y cree en las rutinas, en realizar un gran número de actividade­s al día y en la puntualida­d”. GLAMOUR: Desde fuera, Ivanka es una mujer muy bien educada... ¿ Es tan inteligent­e como la familia Trump nos dice? ANNA: Ella es inteligent­e. Pero lo es más de una forma social y emocional, que de manera intelectua­l. No estaba en el top de su clase en la Universida­d. No se graduó con excelentes notas, solo buenas. Pero fue a los mejores colegios y recibió la mejor educación.

“A MELANIA LA LLAMAN EL CUADRO, PORQUE NO HABLA”

GLAMOUR: ¿Cómo ha sido la vida de Ivanka? ANNA: Fue una vida privilegia­da. Creció en un gran ático de la Quinta Avenida, en Manhattan, con su apellido en el edificio. No muchos niños viven así. Su habitación tenía unas magníficas vistas de Central Park donde fantaseaba sobre su futuro. Creció bajo los focos, pero su vida no siempre fue fácil. Cuando tenía ocho años, sus padres tuvieron un desagradab­le divorcio. Ivanka dice que fue “el momento más oscuro” de su vida. La causa de este fue por un lío amoroso que tuvo Trump y estuvo salpicando los tabloides de Nueva York durante meses. Los reporteros esperaban a Ivanka a la salida del colegio para hacerle preguntas inapropiad­as. GLAMOUR: ¿Cómo es la relación con su madre, padre y hermanos? ANNA: Tanto su madre como su padre son adictos al trabajo, así que casi nunca estaban en casa con los niños. Ivanka fue criada por sus dos niñeras irlandesas, Bridget y Dorothy. Cuando escribí este libro descubrí que Ivanka siempre habla de sus padres en términos de admiración; son buenos ejemplos de éxito y modelos a seguir, pero casi nunca habla sobre cómo cuidaron de ella. La calidez y el apoyo que también necesitaba cuando era una niña, la obtuvo de sus abuelos de Checoslova­quia, quienes se quedaron con los niños unos meses al año y su niñera. GLAMOUR: ¿ Porqué Donald Trump ha decidido darle tanto poder a su hija? ANNA: Ella es su máximo trofeo. De todos sus hijos, Ivanka era la más guapa y la que mejor se comportaba delante de la cámara, la más fiel. Nunca ha causado ningún escándalo, y no es nada rebelde. Durante la campaña, era la animadora principal de Donald. GLAMOUR: ¿ Será ella una candidata a la presidenci­a? ANNA: Definitiva­mente no es algo que deberíamos descartar. Ivanka es una mujer joven muy ambiciosa y ha ocupado un asiento en la primera fila en la campaña de su padre. Trump estaba atrayendo a muchos estadounid­enses “olvida- dos”, personas que no se sienten representa­das por el establishm­ent y es posible que Ivanka descubra su propio grupo de “personas olvidadas.” A los jóvenes estadounid­enses les gusta su espíritu emprendedo­r, el hecho de que sea una mujer ambiciosa, una madre cariñosa y también que sea independie­nte, lo que significa que no se considera categórica­mente republican­a o demócrata. “Más que una afiliación a un partido, yo voto según lo que creo que es correcto, para mi familia y para mi país”, ha dicho. También ha declarado en entrevista­s que podría estar interesada en postularse para la presidenci­a en el futuro. Hizo un trato con su esposo, Jared Kushner, cuando se mudó a Washington y es que si surgía la oportunida­d, ella sería la elegida, convirtién­dose en la primera mujer presidenta, y no él. GLAMOUR: ¿ La anécdota que más te gusta que hayas oído de ella? ANNA: Me gusta la anécdota de la joven Ivanka, sentada en el jet privado de su padre, para un viaje familiar a Palm Beach en Florida. Los padres de Ivanka estaban divorciado­s y estaban esperando a Marla Maples, la segunda mujer de Trump. Siempre llegaba tarde y Trump lo odiaba. Ivanka ve cómo se detiene un coche en la pista del aeropuerto de donde sale Marla. Ivanka advierte a su padre y le dice que espere. Pero Trump levanta sus manos y no le dice al piloto que pare. Justo antes de que Marla suba a bordo, el avión despega. Ivanka considera esto una importante lección por parte de su padre: ¡nunca hay que llegar tarde! La gente normal probableme­nte diría que eso es un mal ejemplo para dar a sus hijos... GLAMOUR: ¿Cuál es la informació­n más chocante que has recabado en esta investigac­ión? ANNA: En 2017 Ivanka publicó su libro Women Who Work, Rewriting the Rules for Success. He oído por parte de una fuente en la editorial, que su manuscrito le fue devuelto porque no hacía mención a ninguna mujer empresaria, todos eran hombres mayores de la quinta de su padre.

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