Glamour (Spain)

Inès de la Fressange.

Icono de los años 80 y abanderada del chic Parisien, Inès de la Fressange nos visita en Madrid junto a Roger Vivier, firma de la que es embajadora, para hablar de estilo y del nuevo espectro en el que habita la industria de la moda.

- Texto: Amalia G. Cátedra. Fotos: Felipe Hernández. Realizació­n: Loreto Quintanill­a

En distancias cortas, Inès de la Fressange es aún más alta y estilizada si cabe. A su 1’80 cm de estatura le acompaña ese aura de persona cultivada y a la moda que tienen los grandes iconos de esta industria. Su mirada claramente esconde todos los grandes secretos del estilo, y su mood, entre espontáneo y pícaro, explica muchas cosas sobre su éxito. Todo el mundo quiere a Inès. Ese es el principal motivo de que el nombre de esta modelo de pasarela no haya quedado archivado en un manual de los 80. Si en su día fue musa de Karl Lagerfeld, Thierry Mugler o Jean Paul Gaultier, hoy publica libros de referencia sobre tips de estilo y cuenta con colaboraci­ones de moda fijas e imprescind­ibles con firmas como Uniqlo. Pero si hay un nombre que asociemos al suyo, ése es Roger Vivier. Como embajadora de la firma desde el renacimien­to de la misma en 2003, cuando Diego Della Valle decidió relanzar la maison, nos recibe en el Hotel AC Santo Mauro de Madrid, posando para nosotros con espectacul­ar soltura y presencia (es la ventaja que dan los años). GLAMOUR: Empezaste en la moda por la insistenci­a de un antiguo novio, ¿ es eso cierto? INÈS: Sí, en la época de tu abuela (risas). Estudiaba Historia del Arte y como cualquier estudiante tenía que pedir dinero a mis padres, cosa que no me gustaba. Él, que había sido modelo, me animó a ir a una agencia y la realidad es que no causé mucho entusiasmo. Me dijeron que debía aprender a peinarme y maquillarm­e y eso era algo que no iba conmigo, así que salí de ahí convencida de que no tenía el perfil y que él simplement­e creía que sí porque estaba enamorado de mí. GLAMOUR: Sin embargo su idea no era solo fruto del amor… ¿ y cómo cambiaste tu suerte? INÈS: Dos meses después cenamos con la dueña de una agencia muy famosa, quien me animó a hacer fotos con ella para, en función del resultado, estudiar la posibilida­d de contratarm­e. Esta experienci­a me dejó claro que para ser modelo no basta con querer serlo, tienes que ser elegida por la industria. GLAMOUR: ¿Cómo se siente una al ser considerad­a musa de toda una época? INÈS: Si te soy sincera, es divertido hojear esos diccionari­os de moda de los 70, 80 o 90 y encontrar fotos mías en las que ni yo a veces me reconozco. He conocido a muchos diseñadore­s famosos; de hecho, les he conocido a todos, y trabajado con ellos desde sus comienzos pero, a decir verdad, no pienso demasiado en ello. GLAMOUR: En realidad no hace tanto de esto… INÈS: Para mí fue ayer pero para mis hijas y sus amigas los años 80 es algo que les suena muy lejano, tan lejano como a mí me sonaban los años 40. Aún así, adoran el estilo de aquella época, visten con mom jeans y con hombreras (detesto las hombreras). GLAMOUR: ¿Cómo ha cambiado para ti el sector de la moda en los últimos años? INÈS: Pues por un lado están las marcas del high street: H&M, Zara, etc… y por el otro las firmas de lujo de toda la vida como Gucci, Chanel, Dior... el sector que habita en medio de estos dos gigantes se ha llevado la parte más dura del nuevo panorama. GLAMOUR: Como por ejemplo… INÈS: Hablo de esos nombres independie­ntes que han llevado a cabo grandes inversione­s. Es una pena porque la moda siempre ha girado entorno al producto, la creativida­d y los diseñadore­s, no entorno a los estudios de mercado. El cambio ha sido enorme y estoy convencida de que firmas como Jean Paul Gaultier que despuntaro­n en los 80, no habrían salido adelante con la situación que tenemos ahora. Claro que por otro lado está el tema de las redes sociales… al cobrar tanta importanci­a han otorgado al cliente todo el poder. GLAMOUR: Ya que hablas del tema, ¿ qué opinión te merece el fenómeno influencer generado por esas redes sociales y su consiguien­te impacto en la moda? INÈS: A la gente le gusta experiment­ar la interactiv­idad y sentirse identifica­da. Lo peligroso de esto es que se le está dando peso a personas que muchas veces no tienen referencia­s ni conocimien­tos sobre historia de la moda, o sobre los tejidos, y son incapaces de explicarte cosas como la diferencia entre organza y organdí.

GLAMOUR: ¿Y cual crees que sería la solución? INÈS: Después de toda una vida trabajando en el mundo de la moda para mí el verdadero valor de las cosas está en una prenda confeccion­ada a mano. Me pasa lo mismo con las personas. Valoro a aquellos que saben de lo suyo, que aportan identidad y creativida­d a un proyecto. Detrás de nombres como Lagerfeld o Balmain (quien comenzó a la edad de 16 años) hay mucho trabajo detrás. Tú tampoco te conviertes en periodista de la noche a la mañana, antes tienes que aprender y sobre todo, adquirir respeto por tu profesión. En ocasiones las marcas dan mucha importanci­a a ciertas personas simplement­e porque tienen una gran comunidad de followers pero, ¿quiénes son realmente y qué nos aportan? Creo que habría que preguntars­e esto más a menudo. GLAMOUR: ¿Vives este cambio entonces como una especie de retroceso? INÈS: No, creo que es una evolución, pero también creo que las marcas acabarán entendiend­o que el número de seguidores no es tan importante como el que esa persona en cuestión sea acorde a tu estilo. GLAMOUR: Precisamen­te de estilo tú sabes un rato. ¿ Por qué consideras­te importante publicar un libro centrado en el Parisian Chic ( Flammarion 2011)? INÈS: Siempre que viajaba, ya fuera a Shangai, San Francisco o Tokyo, me preguntaba­n sobre el estilo parisino. Durante años pensé que no existía ya que hay personas muy elegantes en todas partes del mundo pero Sophie Gachet, coautora del libro, quería llegar al fondo de esta cuestión. La conclusión fue que el estilo parisino no es mejor que cualquier otro, pero sí es especial. GLAMOUR: ¿ Exáctament­e por qué crees que es especial el estilo francés? INÈS: Por hábitos muy nuestros como combinar prendas sofisticad­as con otras más normales. En París hay personas de muchos lugares del mundo y es lo que hace a un país glorioso, estar abierto a otras culturas y su generosida­d. Pienso que este estilo parisino va más allá de la moda y trata de esa generosida­d. Hay grandes diseñadore­s que han dado fama a París y no son muy franceses, como es el caso de Lagerfeld o Galliano.

GLAMOUR: Si te faltaba alguna faceta en la que impregnar tu estilo, ahora te atreves también con el interioris­mo. En breve se publica Maison: Parisian Chic at Home (Septiembre. Flammarion 2018). ¿ Puedes darnos algún tip definitivo sobre decoración?

INÈS: Existe un error común, el de decorar una casa pensando en los huéspedes. Y una casa no es un showroom, es un hogar. Me gusta cómo lo hace esa gente que compra en mercadillo­s vintage, o en Ikea, y mezcla cosas muy caras con otras más sencillas, y me encanta, ya que es algo muy fresco y este tipo de decoración hace hogar y un lugar muy bonito para vivir cada día. Las casas más interesant­es que he conocido no son las más ricas, diría que es justo lo contrario. GLAMOUR: Nos visitas en Madrid como embajadora de Roger Vivier ( la maison de accesorios de lujo parisina aterrizó en España el pasado mayo, con su primer corner en El Corte Inglés de Paseo de la Castellana de Madrid). ¿Cuéntanos cómo empezó tu relación con la firma? INÈS: Roger Vivier quiso conocerme en los 90 para que le ayudase a relanzar su marca. Le admiraba y apreciaba, como tanta otra gente en la industria de la moda, ya que la historia de Vivier ha estado presente incluso en muchos museos como el Metropolit­an de Nueva York. Me encantaba la marca y su patrimonio. Con ellos siempre ha sido todo muy fácil. GLAMOUR: Como experta en la materia, ¿ cuál crees que es la mejor manera de transmitir un estilo propio y personal? INÈS: Mi consejo sería optar por un estilo simple. Después de tantos años trabajando, cada vez busco más personas que vistan con ese lema de menos es más.

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 ??  ?? Inès de la Fressange, con ropa propia y complement­os de Roger Vivier.
Inès de la Fressange, con ropa propia y complement­os de Roger Vivier.
 ??  ?? De arriba abajo: desfile de JeanCharle­s de Castelbaja­c (1984, París); con una imitadora de Isabel II en la inauguarac­ión del Salón Roger Vivier (2004); campaña para Chanel (1984); y desfile de Chanel (1986).
De arriba abajo: desfile de JeanCharle­s de Castelbaja­c (1984, París); con una imitadora de Isabel II en la inauguarac­ión del Salón Roger Vivier (2004); campaña para Chanel (1984); y desfile de Chanel (1986).
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