La nueva bohemia británica
La ciudad del Támesis cambia cada año a la velocidad de la luz. Hoy, Londres continúa siendo un hervidero de tendencias que dictan los nuevos rostros de moda.
Aocho meses de que Reino Unido quede automáticamente fuera de la Unión Europea, el país –y concretamente su capital–, continúa siendo uno de los destinos preferidos por decenas de millones de ciudadanos de todo el mundo y las razones son innumerables. Por un lado, la ciudad del Támesis se mantiene a la cabeza en los rankings de las urbes más atractivas del mundo y, por otro, todavía un gran porcentaje de jóvenes de todo el planeta acuden a la ciudad atraídos por las oportunidades laborales de la que en su día fuera bautizada como la capital del mundo. Cosmopolita, rica y hasta hace bien poco abierta a casi cualquiera que quiera convertirla en su casa, se suele decir de ella que es otro país con entidad propia dentro del Reino Unido. Y es que, si hablamos en términos culturales, es mucho lo que ha dado al mundo.
Entre las décadas de 1960 y 1990 se produjo toda la música que cambia-
ría nuestra manera de escucharla y percibirla: The Beatles, David Bowie, The Smiths, Pink Floyd... La lista es interminable. También, en términos de moda, del Reino Unido han salido leyendas del diseño como Alexander Mcqueen, Vivienne Westwood o Stella Mccartney, entre otros, y la tradición británica ha sido capaz de crear un universo estético que, temporada tras temporada, resurge con fuerza sobre la pasarela. La imaginería real, con Su Majestad Isabel II a la cabeza en su casa de Balmoral, ha inspirado infinidad de estilismos, colecciones, editoriales de moda e incluso series de televisión ( The Crown, la más reciente), conformando así un British heritage que deja tras de sí un halo que impregna todas las referencias culturales de la ciudad. Además, la pasada temporada Isabel II acudió por primera vez a la fashion week londinense de la mano de una de las grandes promesas de los últimos años, el diseñador Richard Quinn. Con la presencia de la reina, el creador, de tan solo 28 años, ha sido capaz de acaparar toda la atención de la prensa y medios especializados. Eso, y una colección compuesta por siluetas inspiradas en el New Look de Dior, impecables, excéntricas y estructurales, han hecho de este joven británico uno de los talentos más prometedores de las últimas temporadas. Junto a él, la diseñadora coreana con sede en Londres, Rejina Pyo, firma los vestidos más deseados por las que realmente saben de moda. Y a pesar de no haber podido hacerse con el galardón a Mejor talento emergente de ropa femenina el pasado año, continúa siendo una de las diseñadoras
más estimulantes del panorama de moda internacional.
Otro capítulo reciente de historias made in England lo protagonizan marcas como Lazy Oaf y Bella Freud. La primera comenzó con un puesto callejero de su fundadora, Gemma Shiel, en un mercadillo callejero de Spitalfields y ahora tiene una tienda en la icónica Carnaby Street, en el corazón del Soho, y algún otro punto de venta en Japón, país en el que cuenta con legiones de fans. Sencillas, cool y repletas de referencias intelectuales a los 70, así es la etiqueta homónima de la descendiente de Sigmund Freud, que comenzó en la moda asomando la cabeza tímidamente hasta convertirse en una referencia obligada para los insiders.
Amigos, burgueses y bohemios.
La ciudad del Támesis cambia a velocidad de vértigo y, con ella, también lo hacen sus habitantes. Cada poco tiempo –tan poco que apenas puedes parpadear para no perderte nada–, saltan a la palestra artistas sorprendentes, jóvenes herederos peculiares, e hijas de, modelos y actrices que dictan lo que se lleva,