Olivia sigue su INS INSTINTO
En la cima de su carrera, esta empresaria e it girl neyorquina ha pasado de ser “la chica del momento” a convertirse en un referente para la industria. Todos quieren a Olivia Palermo.
Antes eran los diseñadores quienes dominaban el mercado; después las marcas, ahora son los consumidores.” Si algo ha aprendido Olivia Palermo en todos estos años de profesión (12 para ser exactos) es que no hay nada como aliarse con el progreso y confiar en el propio esfuerzo. Esta empresaria, socialité, e it girl neoyorquina ha hecho de su impronta personal de niña bien ese sello distintivo reconocido internacionalmente, más allá de Manhattan, donde no pasa más de 150 días al año debido a sus constantes viajes. Se rumorea que antes incluso de su aparición en el reality The City (MTV, 2007) ya inspiró al personaje de Blair en la exitosa serie Gossip Girl. A sus 32 años Olivia se ha convertido en novia de América en versión influencer, y tan pronto se pasea por la Quinta Avenida ataviada en un impecable vestido de Carolina Herrera NY, como acude a
un evento enfundada en un eclipsante Oscar de la Renta. Sus estilismos son la versión preppy de Carrie Bradshaw en la era millennial. Desde que el fotógrafo Patrick Mcmullan la inmortalizara en diversas fiestas de la ciudad –cuando realizaba prácticas en la revista norteamericana Quest tras graduarse en Diseño y Comunicación en la sede de la escuela Parsons entre París y Nueva York– la carrera de Palermo despegó como un auténtico cohete. Tal fue la expectación creada que en 2007 protagonizó la portada del New York Magazine como la it girl del momento.
La moda como factor de empoderamiento. Si algo caracteriza a Olivia Palermo es su sofisticación innata. Incluso sus outfits más casuales, al más puro estilo neoyorquino, se componen de básicos siempre impecables y a la última. “Lo que usas, lo que te pones en el cuerpo, hace efecto en tu entorno. Si decides ir casual, tu lenguaje cambia. Los domingos en Nueva York son casual, es como una costumbre instaurada a través del tiempo. Ahora las personas han decidido que deben ser perezosas, pero puedes darle la vuelta con un buen upgrade”, comenta la it girl a Glamour Mexico, revista donde ha sido portada el pasado mes de agosto. En poco más de diez años, Olivia ha ejercido de modelo, siendo imagen de firmas como Hogan o Mango; y diseñadora, con colaboraciones para Aquazzura, Piaget, Stuart Weitzman o Pretty Ballerinas. Pero sobre todo ha sido pionera y gurú de esa pasarela particular que es el street style, y ese escaparate que es Internet, donde da rienda suelta a su criterio prescriptor en un site de nombre homónimo donde firma sus updates, proyectos y reflexiones sobre el mundo de la moda. Tampoco defrauda en Instagram, cuenta con 5.3 millones de seguidores. El tiempo le ha proporcionado la credibilidad de sus fans y el apoyo del fashion establishment. “Es crucial devolverle algo a la industria de la que eres parte. En la moda, somos una comunidad pequeña y apoyarse es la clave del éxito.” Un éxito que ella prefiere saborear en familia, junto a su marido el modelo Johannes Huebl y su adorable perrito, un bichón maltés llamado Mr. Butler, quienes le acompañan siempre, en cada una de sus sesiones.
Cuestión de reciclaje, cuestión de esfuerzo.
“He aprendido que todo cambia constantemente y tienes que ir a la par. Por suerte, he logrado que mi formación me traiga hasta aquí, pero siempre aconsejo dejar que el trabajo duro y el esfuerzo hablen por sí mismos. Desde las circunstancias complejas, hasta los pequeños detalles (acostarme temprano, levantarme ¡y a trabajar!)”, cuenta Olivia Palermo en la cabecera mexicana. Confiesa que en diez años el sector ha cambiado en demasiadas cosas. “La gente y las marcas proporcionan nueva información de una manera muy diferente, todo es más interactivo.” Una cuestión importante en la que decide hacer hincapié es la del medio ambiente. “Debemos ser más conscientes ecológicamente; eso implica a las fábricas, sus procesos y una filosofía de educar para no contaminar. También cambian los nuevos modos de consumo. A mí me sorprende, ¡antes no se compraba así!”