Glamour (Spain)

Janelle toca la luna.

MONÁE LANZA DIRTY COMPUTER, SU NUEVO (Y REIVINDICA­TIVO) DISCO CON EL QUE SE POSICIONA A FAVOR DE LAS CAUSAS QUE MÁS LE IMPORTAN. NOS HABLA DE ELLAS, Y DE SU PROCESO CREATIVO, CON UN BAÑO DE MODA.

- TEXTO: ASHLEY C. FORD. FOTOS: CAMILA FALQUEZ

Conocí a Janelle Monáe a través de un email. “¿ Has oído hablar de ella?”, me escribió un amigo. “Creo que te va a encantar.” Incluía un link a su vídeo Tightrope. Viéndolo, cada fotograma me asombraba más. Ese peinado pompadour, los oxford bitono, e incluso el Whooaaa! en los primeros cinco segundos de la canción. Monáe, menuda y bellísima, atraviesa de un extremo a otro un manicomio en un traje entallado que le permite moverse como Jackie Wilson en el Apollo. Divertida, funky y encantador­a. En efecto, Monáe me había conquistad­o.

Su álbum debut, The Archandroi­d, acababa de salir. Era 2010 y estaba en mi sexto año de carrera. Con un 25 por ciento de todo el dinero que me quedaba, compré el álbum. No tenía muy claro qué quería del futuro, excepto más libertad de la que había tenido hasta la fecha. Monáe parecía, y sonaba, como el tipo de persona que podía ser sincera consigo misma sobre quién era y lo que quería. El tipo de persona que yo quería ser. Alguien libre. Ocho años después, estoy sentada en una mesa para dos en The Mark Restaurant de Jean- Georges, esperando a Monáe para desayunar juntas. Acaba de lanzar su tercer álbum, Dirty Computer, y el feedback de mis redes sociales está repleto de personas que alaban su trabajo.

Monáe lleva un vestido tipo blazer color carbón, gafas de sol y un sombrero que me recuerda al de un conductor de tren. Esto último no va a malas. Se disculpa por llevar gafas de sol y me dice que está algo cansada. Ambas provenimos de la Tierra de las Disculpas Innecesari­as, también conocida como el medio oeste. Dirty Computer es un álbum con el que uno tiene la sensación de que ella se abre en todos los sentidos. En el pasado, la nominada a los premios Grammy nos había mantenido a una distancia prudencial. Pese a que su talento era, y es, innegable, la rodeaba un aire de misterio. Ahora, eso ha cambiado. Monáe admite que este álbum nace de un lugar mucho más abierto. Aún así, quiere ser clara: este no es el típico álbum confesiona­l. Es personal, pero quiere conectar con los corazones y las mentes de muchos. “Es sobre todos nosotros, al menos sobre toda la gente con la que me siento en deuda. Tuve que decidir a quién molestar y a quién alabar.” Tengo curiosidad, por supuesto, sobre lo primero. “Tenía una lista”, sonríe burlona. “Pero no puedo dar detalles, creo que no sería inteligent­e señalar a alguien en concreto. Cuando intentas hacer algo de este calibre, tienes que medir tus pasos.”

Monáe se queda pensativa por un momento. “Después de estas elecciones, estuve bastante enfadada. Tuve que lidiar con la frustració­n, como muchos de nosotros, en todo lo relativo al actual no-líder del mundo libre y a este particular régimen.” Como para la mayoría de artistas a lo largo de los últimos años, la situación política y social vigente en Estados Unidos no ha pasado inadvertid­a para Monáe. De hecho, durante un tiempo, afectó directamen­te a su capacidad creativa.

“Lo sentí como un ataque directo hacia nosotras, las mujeres negras, las mujeres, la comunidad LGTBQIA, la gente más débil. No eres importante. No tienes ningún valor y vamos a hacer leyes que nos permitan trataros como ciudadanos de segunda clase, o incluso peor. Llegó un momento en el que tuve que parar de grabar porque sentí que iba a hacer un álbum lleno de rabia.” Muchos conservado­res y políticos de derechas han pedido a artistas, atletas y a otras figuras públicas negras que “se dediquen a lo suyo”, o “den las gracias” por sus carreras. A pesar de ello, hay quienes, como Monáe, saben que la riqueza y la fama no son, ni han sido nunca, razón suficiente para cegar a alguien sobre la verdad de su propia opresión. El dinero no sirve de mucho cuando se trata de resolver problemas como el racismo o la misoginia. “Es una parte de la vida real con la que tengo que lidiar. Quítame el maquillaje, el vestuario y todo lo que sabes sobre Janelle Monáe la artista, y sigo siendo la mujer afroameric­ana y queer que creció con unos padres de clase trabajador­a pobres. Cuando salgo del escenario, tengo que lidiar con estas confrontac­iones. Con sentir miedo por mi familia.” Monáe menciona dos

Sigo siendo la mujer afro americana y queer que creció en una familia pobre

cosas que le ayudaron a afrontar la rabia y a empezar a grabar otra vez: 1) Terapia. 2) Un consejo de Stevie Wonder. En terapia, Monáe fue capaz de deshacerse de un gran peso emocional y aceptar la validez de sus sentimient­os. “No quise censurarlo­s,” afirma. “Era imposible hacerlo.” Después vino la cena con Stevie Wonder. Trás escuchar a Monáe, el gigante de la música le pidió que sacase su móvil y grabase lo que iba a decir: "Incluso cuando estas molesta, utiliza palabras de amor...". Decir que Monáe tomó al pie de la letra las palabras de Wonder sería quedarse corto. Transformó la grabación en un interludio llamado Stevie's Dream. “Fue un reto,” dice. “Es más fácil seguir enfadada, pero más difícil escoger el amor por encima de lo demás.” Entonces, ¿ cómo se elabora un álbum “enraizado en el amor”, destinado a los que más lo necesitan? Monáe lo hizo en tres partes o movimiento­s. “Me gusta llamar al primero La Toma de Conciencia; darte cuenta de lo que eres para la sociedad”. Es ese aguijón que se te clava cuando te llaman nigger por primera vez, o cuando un hombre te llama puta por primera vez. Te das cuenta. “OK, así es como me ven.”

Por supuesto, las primeras cuatro canciones del álbum son invitacion­es a ver el mundo desde sus márgenes con todas sus verdades y complicaci­ones. Las canciones parecen querer hacernos entender que no todos tenemos la misma oportunida­d de ser jóvenes y despreocup­ados. Me hizo pensar en jóvenes como Tamir Rice y Jordan Edwards, actuaban de acuerdo a su edad y precisamen­te por ello les mataron. Le pregunto si este era el mensaje que quería transmitir. Asiente con la cabeza. “No tenemos las mismas oportunida­des. Esa es la realidad. La gente necesita darse cuenta de los privilegio­s que la mayoría de la población blanca tiene en este país [ hace una pausa para buscar la forma más correcta posible de decirlo]. Necesitamo­s tener una conversaci­ón sobre el tema y entender que es una realidad. No tenemos segundas oportunida­des como los blancos. Y punto.”

Django Jane da paso al segundo movimiento. “Me gusta llamarlo La Celebració­n.” Monáe pronuncia esta palabra como si fuese una petición. Es adecuado y convierte un término, que en ocasiones puede parecer frívolo, en algo más necesario de lo que podríamos imaginar. “Se trata de celebrar el hecho de ser un dirty computer. Es auto-empoderado­r. Con canciones como Django Jane es cuando suceden las cosas. Es como, ' Wow. Estoy aquí. Escojo libertad frente al miedo'." Nuestra comida llega antes de que Monáe pueda describir el acto final. Reza antes de empezar a comer (“En algunos aspectos sigo siendo muy tradiciona­l”), después vuelve a lo que estaba diciendo. “La conclusión es una reclamació­n. Yo también soy americana, y este es un álbum americano visto desde la lente de una mujer negra. Es importante recordar que fueron nuestros antepasado­s los que construyer­on esto. Desde la Casa Blanca hasta el Wall Street negro, han sido tantas las cosas que hemos dado por hecho y olvidado.”

Pese a que la historia de la mujer negra ha sido ignorada, Monáe quiere que sepamos que somos parte de la base de este país, y no habrá progreso sin nosotras. Durante nuestra conversaci­ón, repite varias veces que no habla por toda la comunidad o las mujeres negras. Pero que sí lo hace para apoyarnos. Y no nos dejará solos en esta lucha por la libertad. No es que no le dé miedo hablar abiertamen­te. “Vivir libre y abiertamen­te y criticando a quienes están en una posición de poder conlleva muchos miedos,” me dice. “En realidad no sabes lo que te puede llegar a pasar cuando hablas sin tapujos. Es arriesgado. Pero estoy dispuesta a aceptarlo.” Es fácil creerle estando sentada frente a ella, aún más si has escuchado el álbum. Una vez que lo has hecho, es imposible negar que Monáe cree firmemente que el futuro nos pertenece – a los marginados– tal y como siempre debería haber sido. Es fácil creer que nos ayudará en el camino. Me recuerdo a mí misma que es una persona que tiene claro quién es. Y lo que representa. “No voy a huir a Canadá. No me marcho. Me quedo aquí y voy a luchar por el amor.”

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 ??  ?? Sombreros, de Marc Jacobs; blazer, de Alexander Mcqueen; y pendientes, de WKNDLA.
Sombreros, de Marc Jacobs; blazer, de Alexander Mcqueen; y pendientes, de WKNDLA.
 ??  ?? Abrigo, de Junya Watanabe; sombrero, de New York Vintage; pendientes de plata, de Ariana Boussard-reifel.
Abrigo, de Junya Watanabe; sombrero, de New York Vintage; pendientes de plata, de Ariana Boussard-reifel.

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