¿Por qué visto como visto?
polifacética es el adjetivo que define la trayectoria de Laura Mclaws (además de historiadora, consultora de moda, comisaria de exposiciones y editora de la revista Lady) y se debe, en gran medida, al descubrimiento en su adolescencia de la ropa vintage. En aquel momento empezó a coleccionarla al tiempo que descubría la historia del traje y la posibilidad de expresar sus diferentes facetas a través de su look. "Puedo ser muy romántica e idealista, salta a la vista en muchos de mis vestidos. Los de estilo disco de los años setenta los reservo para las ocasiones más glamurosas, mientras que los de cuello alto eduardianos son para mi lado de investigadora seria." Confiesa que a la hora de vestir busca disfrutar y que pese a los prejuicios en torno a la ropa de segunda mano, en su caso son inexistentes. "Si una prenda me llama la atención, no me importa la marca (ni el estado), sé que será perfecta para mí." Entre sus favoritas, piezas de los sesenta y setenta: "En la que los diseñadores hacían referencia a diferentes épocas y creaban ropa súper evocadora". Por algo Bianca Jagger y Jerry Hall son dos de sus iconos de estilo.
A través del vintage descubrí la historia de la moda y también mi vocación
fotógrafa, directora creativa e incluso artista performativa. Las múltiples ocupaciones de Indra Zabala revelan su gen millennial. "Las nuevas generaciones nos dedicamos a muchas cosas diferentes. En mi caso, sobre todo, intento disfrutar de lo que hago." Quizá por ello, afirma: "Mis proyectos, mis experiencias y mi vida condicionan mi manera de vestir. Por mi trabajo estoy en contacto con el mundo de la moda, pero las tendencias me aburren, vivimos contaminados por el fast fashion, así que baso mi forma de vestir en una época concreta, una película o en gente con personalidad". En su estilo, caracterizado por las prendas holgadas, las transparencias, los pantalones de talle alto y las faldas largas, hay un protagonista definitivo: el color negro. "Me parece súper elegante y siempre queda bien, lo relaciono con una etapa de mi vida algo misteriosa."
Para mí la moda es un juego, una herramienta artística con la que poder expresarme cada día
considera uno de los aspectos más gratificantes de su trabajo la posibilidad de "crear conceptos estéticos a partir del volumen". Algo así es lo que consigue a través de su estilo. Pese a vestir a menudo con prendas de su propia firma, reconoce que la mayoría de los días lo hace dependiendo del humor con el que despierte y de la ocasión. Eso sí, aclara: "Suelo usar la misma silueta, me siento cómoda con prendas cortas y partes de arriba anchas". En torno a su forma de entender la moda (conceptual, como la de su marca predilecta, Maison Margiela) opina que detrás de cada elección, casual en apariencia: "Hay una intencionalidad que conecta con el estado emocional que tenga en ese momento". ¿Sus referentes? "La gente que me rodea me inspira mucho, sobre todo mis amigos."
Visto en base a mi humor, pero casi siempre llevo la misma silueta
sensibilidad y nostalgia. Así de rotunda se muestra Leticia Sala al ser preguntada por los aspectos de su personalidad que expresa su manera de vestir. Al mencionar su trabajo (Scrolling After Sex, su primer libro, se publicó este mismo año) la respuesta es algo más ambigua. "Es posible que influya en mi estética sin darme cuenta. Si me meto mucho en una historia que estoy escribiendo, mi cabeza se sumerge en esa dirección y puede llegar a afectar a mis decisiones más cotidianas." Entre sus marcas favoritas figuran Jacquemus, "las prendas de lino de Paloma Wool" y Burberry, todas ellas perfectas para su visión de futuro ideal. "Me gusta proyectarme en el sur de Francia en verano y en Nueva York en invierno."
Vestirse es uno de los actos más irreflexivos que hay, al menos en mi caso