Glamour (Spain)

SERIES. El talento de Mrs.

Brosnahan

- Texto: Jessica Radloff. Foto: Ramona Rosales

Rachel Brosnahan está hambrienta. “Normalment­e llevo Nutella en mi bolso”, dice después de tomar asiento en Boxwood, un acogedor restaurant­e en The London West Hollywood Hotel (L. A.). “También llevaba Smarties. Cogí todas las salsas del hotel en Francia donde rodamos Maisel, toda la miel y mermeladas. Me encantan las salsas y condimento­s.” Maisel, es por supuesto, The Marvelous Mrs. Maisel, la serie original de Amazon por la que Brosnahan se llevó a casa el Globo de Oro a mejor actriz en Tv Series Musical o Comedia. “Puedo ver el titular de este reportaje: mi amor ilícito por los condimento­s.” Las últimas semanas, Brosnahan, oriunda de Milwaukee, ha estado rodando la segunda temporada de la serie en París. El consenso no oficial entre los críticos y la audiencia es que la serie –al estilo Mad Men y Good Girls Revolt– se puede agregar al canon de piezas de época que poseen una repercusió­n misteriosa.

La serie, escrita por la creadora de las Chicas de Gilmore, Amy Sherman-palladino, sigue las andanzas de Miriam ‘Midge’ Maisel, una princesa judía del Upper West Side de 1959 que se dedica a sus labores, para quien la perfección es tener los suelos limpios. Al final del primer episodio, las circunstan­cias dan un giro inesperado: su apocado marido, Joel, la abandona por su secretaria, pero en lugar de buscar una empleo de oficina u otro marido más rico, Midge casi accidental­mente empieza a testar su voz en un club de comedia del East Village con noches de micro abierto, hablando sobre su situación marital. Brosnahan da testimonio de cómo la mayoría de la gente que ha visto la serie asume que ha hecho antes stand-up comedy o que tenía interés en hacerlo (clava el papel de amateur que llega a una sesión de micros abiertos y todo el trabajo que hay detrás para mantener a la audiencia). “La verdad es que no y no”, me responde cuando le pregunto si tiene aspiracion­es en ese sentido. “Se necesita un conjunto de habilidade­s técnicas ligerament­e diferentes. Además, nunca he trabajado realmente en ello y no siempre me sale de manera natural.”

Drama Queen. Basándonos en sus papeles anteriores, como la prostituta llamada Rachel Posner en House of Cards, por la que recibió una nominación a los Emmy por mejor actriz invitada en una serie dramática; y la

mujer del científico que desarrolló la bomba atómica, en Manhattan, ficción de WGN America, hasta Sherman-palladino no estaba segura de que fuera la persona correcta para el papel. “Tuve un director de casting que dio un telefonazo y dijo: ‘Sé que en el CV de esta chica no hay nada que te demuestre que el papel es para ella, pero siento que es Rachel”, ShermanPal­ladino dijo. “Miras su trabajo y es todo drama o la mitad del tiempo está atada a un poste, lanzada a una caja o la empujan a la parte trasera de una furgoneta. Todo es muy dramático.” Brosnahan está de acuerdo: “Me río del hecho de haber ganado un premio por hacer comedia”, dice. “Es absurdo, he pasado la mayoría de mi vida escuchando que no soy graciosa. He perdido muchos trabajos porque la gente opinaba así: ‘Nos gusta mucho pero no es cómica’. Sucedió tantas veces que ya se estableció un patrón”, explica. “Pensé, quizá deba escucharle­s. Ahora me he dado cuenta que puedes continuar aprendiend­o cosas, incluso cuando ya te has formado una sólida conscienci­a de ti misma.”

Para el casting, cada aspirante debía prepararse tres escenas clave del piloto: el discurso que Midge da en su boda, la ruptura con el marido y la primera vez que se sube al escenario. Brosnahan clavó las tres. “Realmente hubo mucho talento, pasaron maravillos­as actrices con las que espero trabajar alguna vez”, dice Palladino. “Pero Rachel… Se conocía las escenas desde dentro. En el instante que salió por la puerta pensamos ‘bien, esa es nuestra chica’.”

Adiós anonimato. Durante los últimos meses, Brosnahan ha sido totalmente consciente de que su vida –la anterior al show, a los premios o a las hamburgues­as con periodista­s en los hoteles– es diferente. No se siente famosa, pero hay veces que se da cuenta de que está bajo el escrutinio de la gente. Vivir en Nueva York aún le permite tener cierto anonimato, pero incluso esto ha cambiado. “No me había dado cuenta cuánto solía tener y valorar el verdadero anonimato”, explica. “No es porque necesite ser más refinada, sino que ahora probableme­nte no podría ir a la verdulería en el Midtown con crema para los granos puesta en la cara.” Se ríe porque ya lo ha hecho antes. Recienteme­nte durante un brote de acné, salió con la crema puesta y fue al parque de perros del barrio. “Pensé que no me cruzaría con nadie que conociera”, dice. Por supuesto, en cuanto llegó allí alguien preguntó: “¿Tú eres…?” Rachel entró en pánico y le dijo que no. “No sé por qué estaba avergonzad­a. La gente tiene granos y se pone historias en ellos. Pero estaba mortificad­a. Me sentí súper incómoda siendo un perfecto y normal ser humano”, dice.

Brosnahan ha encontrado un camino para hacer que todo esto de la fama le funcione: aportando conscienci­a a los proyectos que le apasionan como Global Citizen y Covenant House. “Hay una gran responsabi­lidad que viene dada por el crecimient­o de la plataforma”, argumenta. “Nadie de nosotros debe permanecer ahora en silencio, pero también necesitamo­s escuchar.”

PNEENOR“A SMDHILEAEO­BNNERECMAC­I, OOERS”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain