Zapatos de Cenicienta
Hormas llenas de luz, incrustaciones joya, strass y paillettes conforman el calzado con una sobredosis de fantasía esta temporada. Diseñadores y marcas revisan el concepto de princesa despojándolo de toda dulzura.
el recuerdo de Adele Astaire, musa de Erdem, nos trae a la memoria el chasquido reflectante de un zapato de charlestón, el destello de una diadema con incrustaciones Art déco y unos flecos moviéndose con destreza al son de la música jazz. Las flappers, esas primeras mujeres fuertes y urbanitas que trabajaban fuera de casa y alternaban sus noches en cabarets, insuflaron modernidad a los años 20 y protagonizaron una auténtica explosión de lúrex y purpurina en el armario femenino. Aquel arte de pisar fuerte no solo inspira la colección Otoño/ Invierno 18 de Erdem Modigliau: recordemos que Adele Astaire fue mucho más que hermana de Fred y esposa de dos maridos (el primero de ellos hijo del duque de Devonshire); Astaire fue esa icónica bailarina que pasó a la historia por méritos propios, la misma a la que un siglo después seguimos recordando por su estilo y carácter singulares. Aquel espíritu indomable de princesa desencantada inspira a muchas marcas de hoy para vestirnos por los pies. El español Johnny Coca, director creativo de Mulberry, rescata a la niña pija que pide prestadas piezas de su madre y abuela despojándolas de toda ranciedad. El protagonista del renacer de esta firma británica adopta las piezas más kitsch propias de la aristocracia inglesa y devuelve la gloria al zapato forrado en raso atrezándolo en ocasiones con pompones pastel. Coca nos sumerge de lleno en la irreverencia de los 70. De nuevo la moda recurre a una época de apertura estética donde el telón de fondo era un papel de pared trufado de flores y una canción protesta. De nuevo una feminidad representada con extra de azúcar en el envoltorio, pero con muchos matices de insurrección en su interior.
Pisadas cinematográficas. Escultoras, fotógrafas, bailarinas, cantantes y actrices sirven de principal influencia para la colección bautizada Hotel Vivier y que emprende un
LA LIBERACIÓN FEMENINA EN DIFERENTES ÉPOCAS SE VE REFLEJADA EN LOS ZAPATOS MÁS BONITOS DE LA TEMPORADA
viaje por los archivos de la maison. Gherardo Felloni, director creativo de la marca recapitula todas las siluetas posibles adaptables a un kitten heel que cuentan con esa capacidad de marcar un look moderno, añadiendo una paleta de color enriquecida. “Estos diseños responden a ese vehículo que proyecta el joie de vivre y la positividad que siempre han formado el ADN de Roger Vivier”, declara Felloni. Maje, por su parte, idea una línea en exclusiva para celebrar Navidad y Noche Vieja. Esta colección se inspira en musas que, a lo largo de la historia nos han dado las mejores lecciones sobre cómo llevar el look perfecto y no dejar de pasarlo (muy) bien. Bianca Jagger moviendo sus caderas en Studio54 entre luces estréboscopicas o Loulou de la Falaise haciendo giros de cabeza al son de la música en el parisino Le Palace, son algunos de esos iconos. De nuevo, el espíritu de liberación se ve representado por el brillo y el strass. La pasarela también hace alusión a materiales iridiscentes, como los tacones de aguja en paillettes con incrustaciones de piedras de colores que ha recreado Miuccia Prada en Miu Miu; o los zapatos excesivos de espejo firmados por los italianos Dolce&gabbana. Son muchas las marcas y diseñadores como Kanye West para Yeezy, Alexa Chung, Alessandro del’acqua para Nº21, o Demna Gvasalia para Balenciaga, que coinciden en esta idea de bajar a la tierra la imagen de Cenicienta, desmitificar la dulzura de princesa de cuento para convertirla en una persona desairada que opta por dar a su look toques de fantasía por pura diversión. Esta nueva diva está impregnada de matices urbanos y diseños que juegan con la idea de la diversidad, por el uso de PVCS, hormas extremas y diseños propios de cuento sí, pero cuentos del siglo XXI.
MUSAS DE FIESTA COMO BIANCA JAGGER O LOULOU DE LA FALAISE
SIGUEN INSPIRANDO NUESTRO DÍA A DÍA