Glamour (Spain)

El arte de recibir

Nos perdemos entre las enigmática­s paredes de la casa londinense de la reina del lujo, Stéphanie Watine Arnault. Un exquisito universo donde el arte y el buen gusto lo dominan todo.

- Texto: Caroline Roux. Fotos: Hans Neumann

No es fácil ser Arnault: “Este apellido requiere mucha responsabi­lidad”, dice Stéphanie Watine Arnault, la sobrina de 34 años del presidente y CEO de LVMH (el conglomera­do multinacio­nal francés líder absoluto en lujo) Bernard Arnault. El año pasado, lanzó Clos19, una plataforma digital que ofrece una amplia gama de opciones de entretenim­iento de lujo, centrada alrededor de Dom Pérignon, Moët & Chandon y Krug, todo parte de las consolidad­as marcas de champán y licores de LVMH. “No estamos vendiendo botellas, estamos vendiendo un estilo de vida con un toque de hedonismo”, dice la rubia parisina, cuya bebida preferida es un Martini con “solo la ralladura del limón”. Clos19 –llamado así por el término francés utilizado para un viñedo amurallado, típico de los monjes que elaboraban el champagne– se lanzó en EE.UU., Gran Bretaña y Alemania, y en ella podemos conseguir todo lo necesario para organizar una noche perfecta: productos vintage, cristalerí­a, sumiller y camareros. Además, la plataforma también ofrece experienci­as premium relacionad­as siempre con los caldos más exclusivos, como visitas personaliz­adas a las mejores bodegas de Francia, Nueva Zelanda o incluso de la Antártida. “Sabía que Clos19 necesitaba ser una compañía digital, pero todavía envío tarjetas de Navidad escritas a mano.”

Glamour parisien. Stéphanie es el tipo de persona que sabe cómo organizar una fiesta. El pasado septiembre se casó con Cyrille-alexandre Joly, un ingeniero que conoció cuando tenía 20 años; su recepción nupcial tuvo lugar en

La Colle Noire, el castillo en el sur de Francia adquirido por Christian Dior en 1951 y que ahora es propiedad de LVMH. En su boda, había flores por todas partes –“Dior las amaba”, dice– y lució un vestido de la maison para la ceremonia. Para el baile nupcial de la fiesta, eligió otro inspirado en el diseño Junon de la colección otoño de 1949, del genio galo, con una exquisita falda de pétalos. Watine Arnault nació en el norte de Francia, en Roubaix, y no fue hasta 1990 cuando la familia se trasladó a París. Creció rodeada de arte y diseño. Su madre Dominique dirigía la casa de subastas Etude Dominique Watine Arnault, para más tarde convertirs­e en la presidenta de Fred, la casa de joyas propiedad de LVMH, hasta su prematura muerte en 2006, cuando Stéphanie tenía solo 22 años. “Ella tenía un gusto impecable y conocía a todos en el mundo del arte francés”, recuerda Watine Arnault. “Cuando se trató de mi propia carrera, supe que estaba más interesada en los negocios que en el arte.” Después de estudiar el máster de Marketing y Estrategia­s en l’université Paris-dauphine, Watin Arnault se dirigió a la tienda de Marc Jacobs, en Manhattan, donde trabajó en el desarrollo de algunos productos.

Una casa convertida en museo. “Creamos el Mercer”, el bolso con tachuelas en el costado, –crucial en aquel entonces– que tenía que ser del tamaño adecuado para un ordenador portátil. Al regresar a París, obtuvo un MBA en emprendimi­ento en INSEAD, la escuela de negocios y centro de investigac­ión francés por excelencia. Ahora ella y Joly viven cerca de Hyde Park, en Londres, en una casa en Marylebone. Tras una reforma total llevada a cabo por los diseñadore­s británicos March & White, la pareja se mudó hace un año a su nueva casa. El pasillo, con sus toscas paredes de ladrillo y su gran claraboya, parece un set de rodaje en el corazón de Manhattan; la elegante sala de estar, con sus paredes pintadas, es París en estado puro. Muchas de sus piezas más preciadas las heredó de su madre: un par de mesas con esculturas de oro diseñados por la francesa Élizabeth Garouste; una escena de la playa del norte de Francia, por Massimo Vitali; una pintura del Lago Maggiore por Valerio Adami. Entre las obras de arte adquiridas recienteme­nte por la familia, hay un par de pinturas de la artista francesa Camille Henrot y una notable instalació­n de la artista japonesa Chiharu Shiota. Watine Arnault dirige su propio negocio desde las oficinas: “Es un equipo pequeño, quince grandes personas a las que necesito para inspirarme. La gente solo realiza aquello que realmente quiere hacer. Por eso hay que asegurarse de que quieren lo mismo que tú”, aconseja Stéphanie.

“EL APELLIDO ARNAULT REQUIERE RESPONSABI­LIDAD”

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Stéphanie en el salón de su casa en Londres con vestido, de Dior. Abajo, mesa de la diseñadora Élizabeth Garouste.
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 ??  ?? A la izda., pintura de François Rouan, Queques Number III. A la dcha., pintura de Valerio Adami en el salón. Abajo, pintura de Ross Bleckner y mesa, de Gilbert Poillerat. Ella con total look de Dior.
A la izda., pintura de François Rouan, Queques Number III. A la dcha., pintura de Valerio Adami en el salón. Abajo, pintura de Ross Bleckner y mesa, de Gilbert Poillerat. Ella con total look de Dior.
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