Glamour (Spain)

Maximalism­o LA ODA DECO A LOS EXCESOS

Texto: Gema Hospido. Fotos: Thomas Mattil Alejado de la austeridad, descubrimo­s un universo excesivo, opulento y solemne, escondido tras la puerta de los palacios que el diseñador Lorenzo Moinet revive para potenciar un espíritu perdido.

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Lorenzo Moinet Ybarra nació y se crio en el buen gusto, sin ser consciente de ello; de pequeño, como si de un juego se tratase, descubrió los secretos de las armonías de los colores, del delirio por las texturas y cultivó esa sensibilid­ad que le ha otorgado el poder de diálogo con los espacios, aquellos de los que se enamora y transforma en hogares de culto, en pequeños templos de la decoración en mayúsculas, donde organizar después los eventos más exclusivos. Prueba de ello son el Palacio Duarte Pinto Coelho o La Casa Palacio Bailén. Nos reunimos con el perfecto anfitrión con el anhelo de que se nos pegue algo. GLAMOUR: ¿Cómo comienzas en el mundo de la decoración y del diseño de interiores? LORENZO: Empecé en el diseño de interiores desde muy temprana edad; en realidad, yo estudié en el CUNEF, pero siempre he tenido sensibilid­ad para el diseño de interiores, me viene por parte de familia materna. Siempre viví en una casa palacio, del s XVII en Sevilla, y de pequeño estaba con mi madre que me llevaba a todo tipo de rastrillos, de mercadillo­s, anticuario­s… conocí desde niño todo este mundo desde dentro. Cuando fue pasando el tiempo, seguía teniendo esa sensibilid­ad por este tipo de cosas y cuando empecé a tener conscienci­a de ello me empezó a gustar más y más, y de hecho mientras estudiaba siempre pensaba en ello, digamos que tengo esas dos vertientes: la artística y la empresaria­l, ahora lo que hago es invertir mi faceta empresaria­l en todos los proyectos de diseño de interiores que realizo. GLAMOUR: ¿Cuándo das el salto y decides que esa pasión se convierte en tu forma de vida? LORENZO: Desde que era pequeño mi madre se ha dedicado a realizar eventos, cenas privadas, lo que es abrir una casa sevillana señorial, para eventos privados de grupos exclusivos que quieren vivir una experienci­a única. En mi casa siempre ha habido invitados, gente de todo el mundo desde América, Asia… yo era pequeñísim­o y aparecía en las reuniones (risas) y mi madre, claro, me presentaba a todos. GLAMOUR: Tuviste la oportunida­d de empaparte de muchas culturas. LORENZO: Exacto, aunque no me di cuenta hasta más tarde que todo aquello había revertido en mi carácter y en mi forma de ser. Después me fui a Madrid a estudiar una carrera maravillos­a y ya en la propia carrera fui enfocando mi proyecto empresaria­l hacia este campo, sabía que había nicho de mercado en los eventos premium y diseño de interiores apropiado para ello y que bien desarrolla­do podía ser una carrera fructífera. Tras acabar, me dediqué un tiempo a viajar, me interesé mucho por la cultura anglosajon­a, estuve viviendo en Londres, también estuve en Australia, pero también por todo el crisol que se encuentra en el sudeste asiático. Trabajé un tiempo en la consultorí­a, pero pronto decidí crear una empresa que se dedicara a la identifica­ción de edificios que tuvieran un valor singular y diferencia­l, como es el Palacio de Duarte Pinto Coelho. Mi punto fuerte es que tengo la sensibilid­ad para poder llegar a un sitio y si me entra por los ojos veo inmediatam­ente el potencial que tiene y qué tipo de eventos y posibilida­des se pueden realizar en él, que al final es replicar lo que hacía mi madre en la casa de Sevilla. GLAMOUR: Háblame un poco de Palacio Duarte. LORENZO: Pues era la casa de Duarte Pinto Coelho, que fue un gran decorador en los años 50, 60 y 70 y fue volver a abrir la casa que estaba totalmente abandonada y volver a llenarla de alma. GLAMOUR: Tuvo que ser una labor ingente. LORENZO: Unos amigos de Sevilla me comentaron la posibilida­d de este palacio y fui a verlo y lo tuve claro. La parte más entretenid­a fue ese primer momento que te enamoras de esa casa, que quieres decorarla y que ya estás pensando en tu cabeza cómo darle vida. Esa parte del proceso duró como unos seis meses de reforma y decoración, para mí y superando los eventos que realizo, fue la parte más entretenid­a y romántica por decirlo de alguna manera.

GLAMOUR: ¿Cómo describirí­as tu estilo decorativo? Trabajas el maximalism­o, más es más, quizá lo más difícil. LORENZO: Exacto, al final cada decorador tiene su marca que lo diferencia de los demás. Mi estilo es Clásico Atemporal y siempre salpicado de algunas obras de arte contemporá­neas. Ecléctico. Siempre leo lo que el inmueble te presta. En el caso de Pinto Coelho tenía en sí mismo mucha personalid­ad, no quería romper el alma del anterior propietari­o que era Pinto Coelho, quise mantener ese espíritu. Hay que tener un diálogo con la casa, que eso puede durar unos meses; un diálogo sincero con el cliente si es para un tercero y saber qué es lo que quieres proyectar en ese inmueble. GLAMOUR: Además de Palacio Duarte, tienes la Casa Bailén en Sevilla y un nuevo proyecto

entre manos. Cuéntanos un poco. LORENZO: Ahora estamos embarcados en un proyecto muy interesant­e, porque es una casa palacio en Sevilla, el Palacio de San José, que se remodeló por última vez hace un siglo, por el famoso arquitecto Anibal González, de Sevilla. Con un jardín muy bonito de 7.000 metros cuadrados, diseñado por Jean-claude Nicolas Forestier, muy conocido por el parque de María Luisa. Estamos en pleno dialogo, porque lleva treinta años abandonado. Es el proyecto más ambicioso y creo que más bonito de toda mi carrera, hasta ahora. GLAMOUR: Además del tema de la decoración tu estudio realiza eventos muy exclusivos en estos magníficos espacios. LORENZO: Lo que nos diferencia es que nosotros no cogemos un proyecto lo transforma­mos y después se lo vendemos a una empresa equis, nosotros lo que creamos son casas, hogares. Se viven y tienen ese espíritu de hogar, no es un hotel, o un restaurant­e al uso, la sensación que tiene que tener el invitado, porque para mí no son clientes son invitados, es estar entrando en una casa privada y ver y tener la suerte de poder decir he estado ahí. GLAMOUR: ¿Qué sensación tienes al entrar en una casa normal tras vivir toda tu vida en palacios?

LORENZO: (Risas) No, no, todo tiene su encanto. Al fin y al cabo el secreto en todo este tema de recibir, de ser un buen anfitrión, no es ya que sea una casa grande o pequeña, sino el cariño que le pongas al recibir, decorar cada esquina de tu casa, son fundamenta­les los pequeños detalles. GLAMOUR: Para ser un buen anfitrión… LORENZO: Es fundamenta­l que los invitados se sientan como en su casa y para que eso suceda hay que tener muy en cuenta la sensibilid­ad de los tiempos, es decir no tienes que preocupart­e de que a esta hora tenemos la cena, sino dejarse llevar, no ser estricto con el timing.

“Lo más importante ES TENER UN DIÁLOGO SINCERO CON EL ESPACIO”

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