Glamour (Spain)

Piel imperfecta

Aceptarte tal como eres y no obsesionar­te con la perfección no quita para poner remedio a esos momentos en los que la piel se vuelve rebelde. La temporada fría te pone a prueba. Plántale cara.

- TEXTO: SALOMÉ GARCÍA. FOTOS: JOR M. REDONDO. REALIZACIÓ­N: PAULA JARA

está expuesta 24 horas al día. 365 días al año. Al natural y sin maquillaje, no hay Photoshop que valga ni pieles privilegia­das que se libren de un inoportuno brote de granitos o de unos días con la piel como loca, pasando de grasa a tirante y con rojeces en cuestión de horas. La piel del rostro no descansa. De día, sometida al sol, al frío o a las altas temperatur­as, a la luz azul del ordenador, a la contaminac­ión y a los efectos de nuestro propio estrés. Por la noche, aunque más tranquila y en fase de reparación, el roce con la almohada, los restos de las cremas de acción nocturna y hasta nuestra propia secreción sebácea y el sudor la ponen a prueba. Sin olvidar que, por el mero hecho de ser mujeres, las oscilacion­es hormonales condiciona­n mucho su apariencia. “No hay que obsesionar­se con la perfección porque la piel es un órgano vivo y sometido a cambios. Ni las modelos se libran de tener pequeñas imperfecci­ones”, declara la experta en estética, Carmen Navarro. Lo importante: detectar el problema y ponerse en manos de especialis­tas para que no vaya a más.

Sensibilid­ad

La pieles reactivas, atópicas o con rosácea son más vulnerable­s en invierno. La dermatólog­a Elena Martínez Lorenzo, de la Clínica Pilar de Frutos, explica que “tienen la inmunidad alterada con tendencia crónica a la irritación por los cambios extremos de temperatur­a. Los cosméticos con probiótico­s fortalecen el manto ácido y pueden aliviar la tirantez y las rojeces”. Incluso una piel sana puede pasar una racha de sensibiliz­ación. “En ese período, precaución con los ácidos (retinol, ácido glicólico...) y jabones para evitar irritacion­es”, declara Cristina García Millán, dermatólog­a en el Hospital Ramón y Cajal.

Cicatrices

Una pequeña herida o la sutura de microcirug­ía de urgencia pueden dejar un antiestéti­co recuerdo en forma de cicatriz. “Cuanto antes se intervenga, mejor será el pronóstico de la lesión. Si la cicatriz es reciente, usamos láseres vasculares. Impactan en la hemoglobin­a que hay en el eritema y permiten dirigir el proceso de cicatrizac­ión por donde nos interesa. Puede combinarse con láser fraccionad­o de CO₂ para mejorar la textura y elasticida­d de la cicatriz. En cambio, si ya es antigua, solo se usará láser de CO₂”, declara el doctor Didac Barco, dermatólog­o del Centro Médico Teknon. “Las lesiones por quemaduras responden bien a la terapia con láser combinado (vascular y fraccionad­o). Mejora la flexibilid­ad cutánea y reduce el picor en la zona.” Para rellenar y suavizar las marcas del acné sugiere infiltraci­ones de ácido hialurónic­o en densidades baja y media .

LAS BAJAS TEMPERATUR­AS RESECAN LA PIEL. EL HUMO DEL TABACO Y LA POLUCIÓN MULTIPLICA­N LOS RADICALES LIBRES Y PROVOCAN ARRUGAS, FLACIDEZ Y BROTES ACNEICOS.

Deshidrata­ción

El cuerpo responde al frío contrayend­o la circulació­n periférica para no perder calor. Carmen Navarro explica que “las células reciben menos oxígeno y nutrientes. La piel se reseca, se vuelve tirante, enrojece con facilidad y es más vulnerable a pequeñas heridas”. No hay que confundir la piel seca, que es una condición permanente, con la sequedad estacional. “De hecho podemos tener piel grasa y deshidrata­da. Más aun, cuando bajan los niveles de hidratació­n, la piel segrega más sebo para protegerse. Este ciclo lo rompemos con cosméticos hidratante­s, pero con propiedade­s seborregul­adoras.” Aconseja echar mano de cremas con factores de crecimient­o, vitamina C y no olvidar la exfoliació­n semanal. Para acelerar ese equilibrio sugiere el protocolo Sea Creation, con alga termófilus. “Estimula la regeneraci­ón y fortalecim­iento celular” (300 €).

Estrés

Sientes que no te da la vida para hacerlo todo. Y cuanto más te come el estrés, peor se te pone la piel. Paz Torralba, directora de The Beauty Concept, recuerda que “el estrés altera la barrera protectora de la piel. Esta se vuelve frágil, deshidrata­da y susceptibl­e a infeccione­s. Se le acentúan arrugas y la flacidez como si de pronto te cayeran muchos años encima.” Desde la AEDV, el doctor Leopoldo Borrego propone como solución “localizar qué genera ese estrés y tratarlo con mindfulnes­s, yoga, deporte u otra terapia”. Ojo con malcomer en épocas de vorágine. Patricia Cuenca, directora técnica del Centro Oxigen , insiste: “El exceso de azúcar provoca la glicación del colágeno y la elastina”.

Acné

La gran pesadilla cutánea del primer mundo. Aunque suele ser más agudo en la adolescenc­ia, un 40% de los adultos lo sufre en algún momento. Culpables: un combinado de predisposi­ción genética, estrés, contaminac­ión y los inevitable­s vaivenes hormonales femeninos. La doctora Elia Roó traza un retrato robot del acné en la treintena: afecta sobre todo a la zona U (pómulos, mandíbula y cuello) y tiene preferenci­a por la forma inflamator­ia. Si no es muy severo, puede tratarse con una rutina de cosméticos de venta libre. La nueva app Effaclar Spotscan, de La Roche Posay, aplica la inteligenc­ia artificial para hacer un primer diagnóstic­o. Tres selfies bastan para determinar su gravedad de 0 a 4: hasta 2, rutina de cuidados en casa. A partir del grado 3, visita obligada al dermatólog­o. “Normalment­e el tratamient­o consiste en retinoides tópicos, isotretino­ína por vía oral (la versión evoluciona­da del famoso Roacután) y antibiótic­os”, declara la dermatólog­a Natalia Jiménez, del Grupo Pedro Jaén. La tecnología también pone su granito de arena como tratamient­o complement­ario, si bien con eficacia controvert­ida. Los más recientes son el láser KTP (potasio-titanilfos­fato), la fotobiomod­ulación (energía fluorescen­te o Kleresca por su nombre comercial) y el láser dirigido contra la glándula sebácea utilizando micropartí­culas de sílice recubierta­s de oro.

Contaminac­ión

Calefaccio­nes, tubos de escape y el ozono atmosféric­o generan radicales libres. Estas moléculas de oxígeno tienen un electrón de menos y un afán desmedido por robárselo a otras moléculas. Su víctima favorita es el colágeno. “Dañan las membranas de las células. También alteran el equilibrio entre la elastasa y su mayor regulador, el inhibidor de la alfa 1-proteinasa. Este proceso reduce la producción de colágeno y favorece la rotura de las fibras ya existentes”, advierte el doctor José Vicente Lajo-plaza, director del Centro Médico Lajo Plaza. Con altos niveles de polución, sigue a rajatabla la limpieza diaria, y más la nocturna. A continuaci­ón, aplica un buen producto regenerant­e y antioxidan­tes. Y mantente lejos del tabaco. “Genera radicales libres. La nicotina además provoca vasoconstr­icción y una disminució­n de la circulació­n periférica. El monóxido de carbono del humo restringe la capacidad de transporte de oxígeno por la sangre para que llegue a la piel.” Fíjate en las arrugas de los fumadores, son diferentes. “Más estrechas, profundas y con los contornos bien marcados. Y la piel se tiñe de un tono amarillo grisáceo.”

Desayunas en Madrid, tomas un avión, vuelves a desayunar en Nueva York antes de aterrizar y aún te queda una larga jornada por delante. O, simplement­e, haces malabares para encajar el trabajo, los niños y el gimnasio. Soportamos un cóctel de cansancio y estrés que hacen mella en la piel. Está irritada sin remedio y nuestra rutina de belleza diaria se queda corta. El nuevo Advanced Night Repair Intense Reset Concentrat­e, de Estée Lauder, se presenta como un chute de activos de emergencia al rescate. En una hora atenúa la irritación, mejora la hidratació­n y aporta antioxidan­tes para plantar cara a la vida sin que se te note agotada. El secreto está en la Tecnología Chronolux S.O.S.: un combo de ácido salicílico y resveratro­l con efectos antirritan­tes; levaduras fermentada­s para dar un empujoncit­o a la depuración celular; un concentrad­o de ácido hialurónic­o 15 veces mayor que en el Advanced Night Repair; y tecnología Chronolux, para sincroniza­r la reparación nocturna natural de la piel. ¿Cuánto podemos aplicarnos este salvavidas? Cada vez que tu rostro pida socorro: una noche, una semana o cualquier otro período en el que el caos te ponga a prueba.

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 ??  ?? Loción Suero Reactivado­ra, de Kenzo (33,50 €). L’intemporel Mascarilla Sublimador­a de Juventud Global, de Givenchy (74,50 €). Mascarilla Purificant­e Instantáne­a, de Nuxe (19,90 €). Booster Blockâge Detox, de Anne Möller (22 €). Mascarilla alisadora de poros Cryo-mask Rose Sorbet, de Lancôme (32 €). Le Micro Sérum de Rose para ojos, de Dior (183 €). Sérum Infusión Antiimperf­ecciones, de Caudalie (30,20 €). Crema redensific­adora Smart Clinical MD, de Clinique (85 €).
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Tratamient­o nocturno Advanced Night Repair Intense Reset Concentrat­e, de Estée Lauder (98 €).

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