Marta Nieto, resultado final
Dos años después de Madre, uno de los cortometrajes más premiados del cine español, la actriz regresa para contarnos qué ha pasado en la vida de Elena, su protagonista. Un viaje emocional que no olvidará nunca. Ni nosotros tampoco.
cuanto MÁS AMOR hay, MENOS MIEDO tienes”
lega a nuestro encuentro con la adrenalina que provoca haber ganado el premio a la mejor actriz en la sección Horizontes del Festival de Venecia, por su interpretación en Madre, la nueva película de Rodrigo Sorogoyen y que da continuidad a su multipremiado corto. “Ha sido un subidón, no hay mejor manera de despegar que con este reconocimiento”, afirma Marta Nieto, que está deseando que el próximo 15 de noviembre descubramos qué esconde esta poderosa historia que arranca con el cortometraje, ese en el que una madre atiende la llamada de su hijo de seis años aparentemente perdido en una playa francesa. Y lo que viene después...
GLAMOUR: Todos los que vimos el corto de Madre queríamos saber qué pasaba después con la vida de Elena, su protagonista. ¿Por qué decidisteis hacer el largo?, ¿por su repercusión mundial o por la curiosidad de los espectadores?
MARTA: Rodrigo siempre pensó que era un buen comienzo de película. Cuando vieron el éxito que estaba teniendo el corto decidieron escribir el largo, y lo hicieron en un tiempo récord. De hecho teníamos la película rodada antes de ir a los Oscar, y fue allí cuando lo pudimos contar.
GLAMOUR: Han pasado diez años desde que desapareciese su hijo y la vida de Elena se agita de nuevo cuando conoce a Jean, un adolescente francés que le recuerda a él ¿Cómo definirías la historia de amor entre ambos?
MARTA: Ella comienza la película sobreviviendo, está muerta, seca, marchita, y el encuentro con esta persona le empieza a hacer sentir emociones, sentimientos que hacía años que no sentía. Es un amor que te despierta la vida de una manera pura, un encuentro de dos seres que se hacen bien, y que gracias a este encuentro que repito, te puede parecer bien o no, ella vuelve a la vida. Cuando comienza la película, ella sufre dos dolores muy profundos, la desaparición de su hijo y el odio que siente hacia el padre de ese hijo, pero gracias al encuentro que tiene con Jean, ya no odia, perdona, y este es el poder del amor, cómo transforma, es un amor que le hace soltar esa ira que lleva dentro, ese enfado con el mundo, vuelve a despertar en otra realidad diferente. Y eso pasa en la vida muchas veces.
GLAMOUR: ¿A través del amor se puede llegar a perdonar?
MARTA: Es que es el odio lo que te marchita, lo que te seca, no solo el dolor y la incertidumbre de no saber lo que le ha pasado a tu hijo. Y Jean le quita miedos, y el miedo como sensación opuesta al amor funciona muy bien. Cuanto más amor hay menos miedo tienes, y ella se empodera, coge las riendas de su vida, coge su trauma de frente, y es capaz de decirle a su pareja, no quiero lo mismo que tú.
GLAMOUR: ¿Qué diferencias has encontrado entre las dos Elenas, la del corto y la del largo?
MARTA: Entre el corto y el largo pasan diez años, para mí ese ha sido mi universo creativo más importante. La labor de
investigación de lo que supone la pérdida de un ser querido, imaginarme esos diez años, ha sido un trabajo arduo, además de aprender a hablar francés. ¡No tenía ni idea!
GLAMOUR: ¿Cómo se gestionan las emociones, especialmente el trauma de perder un hijo?
MARTA: Es que es peor aún, porque ni siquiera sabes que lo has perdido, no sabes si va a volver, no puedes acabar con la esperanza de querer que vuelva. En tu día a día te quieres convencer de que no va a pasar, que al no haber una muerte no puedes hacer el duelo y la esperanza de que vuelva se convierte en tu tortura diaria. Elena no se va de esa playa, de ese lugar en el que vive por si su hijo vuelve, aunque sea una hipótesis impensable. Y también la mente se imagina todo tipo de posibilidades, la incertidumbre de lo que ha pasado solo la suple una serenidad muy difícil de alcanzar. Cómo consigues parar tu cabeza, todo lo que te imaginas, dónde estará, qué pasó con él… la labor de investigación de este universo de desapariciones me ha llevado a creer que es una de las mayores torturas del ser humano. Es un agujero negro donde no hay lugar para el descanso, un horror, y trabajar esto interpretativamente ha sido una experiencia única.
GLAMOUR: ¿Te ha ayudado ser madre para hacer de madre?
MARTA: Yo tengo la sensación de que como seres humanos todo lo humano nos es común. No estoy loca pero puedo entender la locura si la trabajo. No sé cómo hubiese hecho este personaje sin ser madre, pero al serlo se me abrieron una cantidad de universos emocionales que no tenía contemplados antes de ello. Y estas son mis herramientas para trabajar, porque el sentimiento de amor es de otro planeta, es un amor diferente el que sientes por tu hijo que el que sientes por los demás. Yo parto de mi experiencia para ello, y ser madre ha sido un punto a favor, porque tenía emociones profundas que ya sentía, que conocía. De hecho, lo curioso del corto de Madre es que cuando me lo enseñó Rodrigo yo tenía un hijo de la misma edad, y estaba separada, lo leí y lo entendí perfectamente. Además en la primera versión del corto ella se quedaba esperando en su casa, no se iba y yo le dije a Rodrigo, ¿qué madre hace eso? Esto sí tiene que ver con el tipo de madre que soy.
GLAMOUR: Después de rodar secuencias con tanta carga emocional, cuando oyes ¡corten! ¿eres capaz de desconectar de la historia y decir hasta mañana?
MARTA: ¡No! Para mí entrar en Elena fue paulatino y salir de Elena fueron meses después de acabar el rodaje. Eso no quiere decir que no fuese capaz de pasármelo bien, de reírme, de salir, pero el dolor, mis emociones, las he compartido con ella, mi postura corporal, mis tensiones, todo lo que tuve que adelgazar. Sí, me costó salir, me daban ataques de dolor y llanto porque mis emociones eran, en parte, las de ella.
GLAMOUR: Y me imagino que después del rodaje estarías deseando llegar a tu casa y darle un abrazo a tu hijo…
MARTA: Es que no estaba con él. Ten en cuenta que rodamos en Francia, necesitaba estar muy concentrada, y aunque yo soy Marta, no Elena, necesitaba saber que mi vida y mi hijo estaban bien. Pero los sentimientos son tan profundos, no puedes evitar rozar la locura, he intentado mantener la barrera que lo separa, creo que lo he conseguido pero no ha sido fácil. Te vienen imágenes a la cabeza de todo tipo de cosas, porque las necesitas para poder interpretar y hacer ese viaje con Elena y las experiencias de ella se te quedan en el cuerpo.
GLAMOUR: ¿Cómo es trabajar con Sorogoyen?
MARTA: Para mí tiene todas las cualidades que necesita un buen director. Viéndole trabajar de cerca te quedas fascinada, algunas cualidades son trabajadas, pero otras son innatas. Una de las cosas más sorprendentes es que la gente que trabaja con él son sus amigos. Su guionista, Isabel Peña, es su amiga personal, son como familia. Rodrigo tiene muy claro lo que quiere y una intuición muy fuerte y blindada, sabe sacar lo mejor de cada uno. El universo que forma junto a Isabel, sus personajes , lo que hacen es plantearte preguntas. La guinda de su talento es que sabe lo que funciona y por eso, para mí, es uno de los mejores directores del mundo.
GLAMOUR: ¿Cómo hacéis Rodrigo y tú para desconectar y no estar todo el día hablando de cine?
MARTA: Es que estamos todo el día hablando de cine (risas), viendo películas, ¡es muy guay! Es una pasión, y por eso todo en él gira en torno al cine. Recuerdo que me regaló el guión de
Madre por mi cumpleaños, dos días antes de los Goya del año pasado y yo no paraba de llorar. Eso es conocer el alma humana.
GLAMOUR: Tú llevas trabajando muchos años, pero es cierto que el corto Madre fue el que te colocó arriba, sobre todo desde la opinión de la crítica. ¿Te da rabia que este reconocimiento te haya llegado tan tarde?
MARTA: Sí, creo que todo es perfecto, que todo tiene sentido, que he necesitado muchas experiencias para poder llegar a interpretar a Elena. Pero me rebelo contra esa idea de que todos tenemos que triunfar, la capacidad de esfuerzo es un lema, hacer las cosas cada vez mejor también, y si eso está en marcha llegará. El pero en este asunto es que hay muy buenas actrices, pero pocos personajes donde puedan demostrarlo. Ahora hay más, ahora se están haciendo personajes femeninos desde el punto de vista de la mujer, pero hasta hace nada, estos personajes estaban escritos por hombres y tenían muy poco calado. Tengo compañeras maravillosas que, como a mí, no nos han dado la oportunidad, no había papeles para ellas. Al margen de esto, creo que este personaje es un regalo de la vida, yo no he nacido ayer, yo no he empezado como actriz ayer, puedo hacer esto porque he hecho muchas cosas antes, por fin me he podido realizar como actriz. Hay que ser optimistas y hacernos cargo de que nosotras podemos contarnos nuestras propias historias, y ayudar a que exista un equilibrio, una igualdad. Demostrar lo que vales siendo mujer no es fácil.
GLAMOUR: Marta, tú eres profesora de yoga y has dicho siempre lo mucho que esta disciplina te ha ayudado en tu vida.
MARTA: Sí, aunque últimamente no lo practico mucho. Ahora lo que más hago es meditar, me sirve para separarme de los personajes y manejar situaciones difíciles, o de mucha exposición, como me pasó cuando recibí el premio en Venecia. Mi conclusión es que espero que esto sea el principio de muchas cosas buenas.