Ana al DESNUDO
Convertida en La mujer más fea del mundo, la actriz Ana Rujas pone a nuestra generación frente al espejo y proclama la belleza de la felicidad. Imagina tu próximo selfie como una página en blanco... ¿Qué hashtags le pondrías?
érase una vez un mundo en el que zamparse un big mac era el mayor acto de rebelión posible. “Comerse el capitalismo para destrozar un cuerpo capitalista.” La artífice de semejante insurrección es la actriz Ana Rujas (Madrid, 1989). La última vez que le hicimos fotos para GLAMOUR, hace un par de años, la superprodujimos, la maquillamos hasta el tuétano, la disfrazamos de lo que no era... Hoy, convertida en La mujer más fea del mundo –hasta el 3 de noviembre en el Teatro Pavón–, Ana se desnuda, sobre todo emocionalmente, con un cínico monólogo decidido a empoderar toda la fealdad que llevamos dentro.
GLAMOUR: He leído que habéis intentado escribir la sinopsis de la obra 28 veces. ¿De qué va exactamente
La mujer más fea del mundo?
ANA RUJAS: Pues va de Jhkjnljxdnslkjdbalkjabljlkjbkjhvskjnljdns !!!!
GLAMOUR: Hummmm... ¿Perdona?
ANA RUJAS: Ahora en serio, va de muchas cosas. Es una pieza generacional, de la generación de los hijos de Apple, del consumismo, de los que llenamos el vacío con el consumo. También aborda la relación madre-hija, cómo al final siempre vuelves a tu madre y cómo la figura materna te acaba sosteniendo. Y habla de la moda, de lo que supone la belleza, de las redes sociales... Es una obra escrita por mujeres [Bàrbara Mestanza –que también se encarga de la dirección y dramaturgia– y la propia Rujas] que ha dejado muy tocados a muchos hombres que han venido a verla.
GLAMOUR: Cuando alguien juzga a una mujer por su apariencia no la está definiendo a ella, sino más bien a sí mismo. Y no precisamente bien. Pero, confesemos, todos hemos hecho
body shamming alguna vez...
ANA RUJAS: Sí, todos. El tema es intentar tener la empatía muy despierta. Es el patriarcado, hemos crecido con ello. No deberíamos juzgarnos entre nosotras, sino poner el ojo en que hemos crecido en una sociedad capitalista que fomenta la competitividad y provoca estos comportamientos de una forma que al final acaba siendo innata.
GLAMOUR: ¿Alguna vez has hecho dieta? ¿Cómo gestionas en tu proyección pública esos momentos en los que no estás del todo contenta con tu cuerpo?
ANA RUJAS: Claro que he hecho dietas. Es otro de los temas que se aborda en la obra. Yo también he sido esclava de mi cuerpo, pero afortunadamente ya no lo soy. Ahora como de todo y me siento más a gusto que nunca. Supongo que será también gracias a la edad, la experiencia y al trabajo que hago conmigo misma.
GLAMOUR: ¿Qué importancia le das a tu exposición pública? ¿Te preocupa la imagen que se difunde de ti?
ANA RUJAS: Trato de relativizar todo. Por ejemplo, cuando voy a un photocall y luego veo que no he salido en la foto como esperaba, pues bueno... La vida es así, nadie es perfecto. Hay que relativizar y reírse, es solo una foto.
GLAMOUR: ¿Te da pudor el desnudo?
ANA RUJAS: Me da miedo el desnudo emocional, por eso estoy tan nerviosa con la obra. Creo que es más intimidante estar desnuda de alma que de cuerpo. Abrirme y hablar desde la verdad, eso es lo que me da más pudor.
GLAMOUR: La mujer más fea del mundo es un ensayo sobre la fealdad. Como autora del texto, ¿cuál es tu tesis? ¿Piensas que la fealdad es la ausencia de belleza o crees que hay matices y que no se puede ser tan sintético cuando se habla de lo feo?
ANA RUJAS: En la obra hablamos de que lo físico es totalmente insustancial. Lo importante es cómo se siente cada uno por dentro. Para mí la belleza más allá de lo físico supone algo brutal, y ha sido esencial en mi vida y en mi crecimiento. En muchos momentos de mi vida me ha salvado el arte, me ha salvado la música clásica, ir a un museo... Me vienen a la cabeza Goya y Van Gogh, cómo de experiencias horribles ellos construyeron cosas tan bellas. Cuando veo sus pinturas puedo conectar con algo superior a mí, más elevado. Todo se mezcla, somos belleza y fealdad... ¿qué pasaría si estos dos conceptos estuvieran confundidos?